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Walala se sentó en el otro costado de la mesa desconcertado viendo cómo Benzo se servía té.

— El mismísimo Sombrebenzo, ¿Llegó acaso la leyenda de mi bella persona a donde vives? — Habló mientras le daba una taza de té a Tom York para que se la pasara a Walter.

— Algo así. — Contestó con grima tomando la taza.

— Sombrerero, esta Alicia a penas llegó ya se quería ir. — Lo acusó el Barry.

— ¡Motivación! Así me gusta.

— Oigan cabros, no entiendo muy bien lo que está pasando. — Walala seguía viendo su alrededor tan irreal. — ¿Como me voy de aquí?

— Bueno mi querida Alicia. — Benzo se paró sobre la mesa. — Deja te explico, para regresar a tu mundo real, el rey rojo debe ser derrotado.

— ¿El rey rojo?

— Es cierto, no lo sabe. — Neabum se sentó junto a él. — El rey rojo es el que gobierna todo aquí, si no hacemos lo que quiere, chaochao cabeza.

— Yaaaa, pero si le agarro la onda puedo conquistarlo, así lo decapito a él y ¡bam! El nuevo rey seré yop. — Presumido, Benzo comenzó a bailar moviendo al pobre Tom York en el aire.

Walala se puso a pensar, si cortarle la cabeza a una persona ficticia en su sueño era lo único que debía hacer, él lo haría 100 veces con tal de poder volver a dormir sin despertar aquí.

— Yo te ayudo. — Dijo decidido.

— ¡¿Enserio?! — Hablaron todos al unísono.

— Por supuesto, ustedes digan que hacer y yo voy en caliente.

— Fuaaa, que rápido, pues manos a la obra.... ¿Que teníamos que hacer? — Barrybee pasó de estar entusiasmado a confundido.

— Pero si eri weon, vamos a infiltrarnos al jardín de rosas del rey. — Finalmente se bajó de la mesa el ridiculo. — ¡Hay que ir en marcha!

— Espera un segundo... ¿En marcha? — Walala comenzó a sentirse un poco extraño. — Que estupido que soy.

— ¡WALALA!

Llamó su padre así despertándolo.

— Ay viejo... ¿ sí qué horas son de la mañana?

— ¿Mañana? ¡Si casi es la tarde! ¡Debiste estar arriba a las 4 y ya son las 7! — En efecto, ya había amanecido. — ¡Te quiero en las duchas ahora!

Walala, más que cansado desconcertado, salió a darse un baño muy corto, todo lo que no hizo en la mañana tenía que hacerlo en este momento.

— Que paja... y todo en un domingo weon...

No solo un domingo, todos los días, a todas horas todos los fines de semana.

Se quedó parado al lado del abarrotes de la vieja mercedes pensando de nuevo en el sueño preguntándose; "¿Quién será el rey rojo? Si es mi viejo va a estar pesao".
Mientras procastinaba, de la tiendita salió la Nea con chicles en la boca.

— ¿Qué hay Walala? — se acercó la Nea a saludarlo. — Está vez no escuche en la madrugada a tu papá gritarte marchando afuera de mi casa, ¿y eso?

— Me desperté tarde po.

— Ay Walala andas muuuy flojo, échate agua o una alarma en la madrugada para despertarte.

— Yaya, ¿Y cuando planea Benzo dejarme entrar a tu casa otra vez?

— Si tu siempre eres bienvenido loco, nomas que llega temprano en vez de hacerte perro muerto.

(WALMÓN) Walala en el país de las maravillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora