3 meses después de la transformación.
Pov Elena:
Ya había aprendido a controlar mi sed de sangre. Pero había un problema, y era que no podía controlar mi don.
Con sólo decir la palabra dolor conseguía que la gente que yo quería se retorciera de dolor. Según Eleazar era un escudo mental y físico, pero aún no sabía utilizarlo.
Estaba volviendo por la calle de comprar flores para el jardín y un chico se puso delante mío.
X: pero si es la chica la cual sus padres abandonaron en un internado...
Elena: déjame —aceleré el paso.
X: ¿Qué tal está tu hermana?
Elena: idiota —murmuré, me iba a descontrolar— déjame irme.
X: deberías de volver al internado del que saliste, a pudrirte en tu habitación.
Elena: ¡He dicho que me dejes!
Esta vez me había enfadado muchísimo. Nadie tenía derecho a hablarme de mi. Finalmente me descontrolé.
Elena: dolor —dije con una sonrisa mirándolo a los ojos.
X: ¡AAHH! —se cae al suelo del dolor— ¡Eres un monstruo!
Un monstruo, lo que me decía mi madre. Salí corriendo de allí y me fui directa a mi casa.
Al llegar le di una patada a un árbol. Estaba muy enfadada. Al escuchar el estruendo que había echo sale la familia fuera.
Esme: ¿Qué pasa cariño? Estás muy enfadada.
Elena: ¡Me he descontrolado otra vez! ¿¡Vale?!
Jasper: —con su don me tranqulizó— oye tienes que calmarte...
Elena: ¡Ya no sé qué hacer!
Alice: ¿Estás bien?
Elena: ¡Soy un monstruo!
Y después de formar ese espectáculo se va corriendo. Me moría de vergüenza.
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2 horas después decidí volver a mi casa.
Al llegar entré directamente a la casa y subí al despacho de Carlisle. Tenía que hablar con el.
Al llegar toqué la puerta.
Elena: ¿Puedo pasar? —dije con un tono muy apagado—.
Carlisle: claro que sí —me abrió la puerta— ¿Qué necesitas?
Elena: lo siento mucho, de verdad.
Carlisle: no pasa nada hija—me abrazó—
Elena: quiero hablar contigo...
Carlisle: siéntate.
Se sentó y yo hice lo mismo. Estaba muy nerviosa y algo triste.
Carlisle: ¿Qué pasa?
Elena: sé que el otro día te llegó una carta de los Vulturi. Te dijeron que ellos podían enseñarme a controlar mi don...
Carlisle: Elena...
Elena: quiero ir con ellos. No quiero hacerle más daño a la gente...
Carlisle: es tu decisión —dice apagado— no puedo obligarte ha hacer algo que yo quiera.
Elena: vámonos ya a Volterra...
Carlisle: prometemos que vas a visitarnos.
Elena: eso siempre.
Bajé directamente al salón y les di la noticia a toda mi familia, se pusieron muy tristes, pero dijeron que ellos iban a apoyarme en todo.
Carlisle iba a acompañarme. Se me hizo muy duro despedirme de todos. Esme y Carlisle siempre fueron los padres que siempre quise. Alice y Rose fueron como mis hermanitas. Los demás chicos simplemente eran ellos, me apoyaban en todo.
Elena: os echaré de menos. Prometo venir a visitaros todos los años.
Eso fué lo último que dije. Después me despedí y me monté en el coche de Carlisle.
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Después de un largo viaje llegué a Volterra.
Nos dirigimos al castillo de los Vulturis y nos recibió una chica rubia quien me dedicó una gran sonrisa.
Pasamos por todos los pasillos, abrieron una gran puerta y entramos en una sala.
Allí habían tres hombres sentados en tres tronos, eran los Vulturis. Carlisle ya me había hablado de ellos, así que ya los conocía.
Aro: ¡Qué sorpresa!—se levanta de su trono y se nos acerca— esta es la pequeña Elena...
Carlisle: hemos aceptado vuestra carta.
Marco: ¿Se queda con nosotros?
Cayo: exacto.
Aro: tu don es muy poderoso querida. Aquí te enseñaremos a controlarlo. También aprenderás a sacar tu don de escudo.
Elena: vale...
Aro: le enseñaremos todo el castillo, pertenecerás a la guardia Vulturi. Carlisle, ya puedes irte.
Carlisle: adiós —me dijo en un susurro—
Y sin pensarlo lo abracé con todas mis fuerzas, lo quería muchísimo.
Elena: te quiero.
Finalmente se fué, iba a echarlo de menos.
Aro: querida, ella es Jane, ella te enseñará todo el castillo y te presentará a la guardia Vulturi. Mañana empezarán tus clases.
Elena: de acuerdo.
Jane: ven conmigo —me cogió del brazo y me sacó fuera— tu y yo vamos a ser grandes amigas. Las dos tenemos el mismo don, el del dolor.
Elena: ¿En serio? —Pregunté sorprendida— Guay.
Jane: yo te enseñaré a controlarlo.
La seguí por todos los pasillos oscuros. Esa chica me caía bien. Finalmente se paró enfrente de mi habitación.
Jane: esta es tu habitación.
Cuando la abrió pasé dentro. Era enorme. Tenía un armario enorme y al lado había una cama con sábanas de terciopelo rojo.
Jane: hora de las presentaciones. El es mi gemelo Alec.
Alec: ¡Hola! —dice con una sonrisa—
Jane: el es Demetri.
Demetri: ¡Ey!
Jane: y el es Félix.
Félix: encantado.
Jane: nosotros somos la guardia Vulturi. Solemos salir del castillo ha hacer misiones y nos encargamos de que la gente siga las normas. Cuando aprendas técnicas de combate serás muy poderosa y te unirás a la guardia. Esta es la ropa— me entregó una capa negra y roja con detalles dorados, además de un collar collar con la V en dorado de Vulturi— te dejamos para que te cambies.
Elena: ¡Vale!
Jane: hasta ahora —salen de la habitación—
Me quité mi ropa y me puse la que Jane me dió. Me miré en el espejo y me quedaba genial, después me puse el colgante.
Pensé en que tenía que cambiar mi dieta a la de sangre humana, pero no me importaba.
Los humanos son más crueles que los animales. Los animales matan por su instinto, pero los humanos matan por diversión.
Iba a ser una Vulturi.
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Elena Cullen Vulturi
VampireTodos los vampiros dicen que apenas recuerdan su vida de humanos... Pero yo me acuerdo de todo... Me llamo Elena Cullen Vulturi y pertenezco a la guardia. Soy la heredera del trono de Aro. No tengo muy buen pasado, ya os lo contaré... Un día decidí...