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Pasado el momento de aquellas declaraciones, Obito y Kakashi aún seguían abrazados, aún procesando lentamente lo que pasó en esa cocina de blancas paredes. Lo que ambos recordaban de lo que pasó hace unos minutos, inesperadamente no fue un escenario de los miles que imaginaron en sus cabezas años atrás, estaba sucediendo de verdad.

Se separaron y Obito se puso al lado, para que el Hatake pudiera levantarse del mueble, donde anteriormente estaba sentado. Se miraron fijamente y con cariño. Kakashi admiraba y observaba el rostro del más alto por centímetros, vio un pequeño hoyo en la parte inferior de la oreja, mientras pensaba y recorría su cara suavemente con su mirada, observo claramente una pequeña mancha roja rozando a morado en la parte inferior izquierda de la mandíbula. Pero antes de que el peliplateado pudiera hacer el mínimo movimiento, el suave sonido del timbre se escuchó, proveniente de la puerta.

Ambos desconcertados, ya que según ellos, nadie venía a aquellas horas de la tarde, y menos sin una invitación.

Camino a recibir la persona, la cuál estaba tocando el timbre desesperadamente.

— ¿Qué pa....? —

— ¡KAKASHI MI RIVAL! ¿CÓMO ESTÁS? — Gritaba un eufórico Gai, abrazando y dándole una palmadas en la espalda al peliplateado, el cuál por el movimiento brusco casi saca un quejido por el dolor de cadera que olvidó anteriormente.

— Gai, eres tú....  — respondía agobiado el Hatake mientras observaba al inesperado invitado, el cual vestía un buzo y sudadera deportiva de color verde, zapatillas y un bolso negro donde se veía una botella con un líquido naranjo en su interior, conjunto de una bolsa plástica blanca. — Que bueno verte por aquí. — decía mientras el de corte de tazón le mostraba una bolsa. — ¿Qué... —

— ¡Es algo para tu resaca! Me encontré en la farmacia con Rin y ella me pidió de que te lo diera a ti, aprovechando de que vivimos cerca. — Interrumpió mientras le mostraba al peliplateado todo el contenido de la bolsa con una sonrisa. Miró al lado y observó a Obito. — ¡Hay suficiente para los dos! ¡No te había visto Obito! — saludó de la misma manera al Uchiha como lo hizo con el Hatake.

— Hola y, muchas gracias Gai, pero no te preocupes, ya lo tengo todo controlado. — decía feliz mientras se rascaba la nuca.

— ¡No importa! Siempre es mejor que sobre que falte. — dicho esto, el de grandes cejas entrego la bolsa al Hatake. — Bueno, ¡fue un gusto verlos! Me retiro, debo seguir entrenando, ¡MIS LLAMAS DE LA JUVENTUD AUN NO ESTAN CANSADAS! ¡ADIÓS! — al segundo después dicho, el Uchiha y Hatake, solo vieron algo parecido a un rayo pasar por la vereda, pero verde.

— No entiendo como puede no cansarse. — decía preocupado Obito respecto a la hiperactividad del corte de tazón sobre la actividad física y su casi nulo cansancio. Además de que ya estaba atardeciendo y Gai seguía haciendo ejercicio, seguramente desde la mañana sin parar, es admirable pero excesivo y peligroso.

— Yo menos. — respondía el peliplata con una gota en la cabeza.

Segundos después, la reciente pareja, entraron al hogar de los Hatake, llevando la bolsa a la cocina y mirando su contenido, viendo una caja de aspirina, otra de paracetamol, una botella de Gatorade, una botella de agua mineral con gas, y una notita.

"Un regalo para la resaca, Kakashi-kun, espero que te sirva. Con cariño, Rin<3"

Kakashi estaba medio sonrosado, agradecido y sentía una sensación agradable, pero a la vez, con culpa. Dos sensaciones lo atacaban en su pecho y no sabia como responderles.

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⏰ Última actualización: May 16, 2023 ⏰

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Sueños Placenteros | ObiKakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora