Su inconsciencia duró poco tiempo. Se sintió más como cerrar los ojos solo por un rato. Le seguía doliendo la cabeza y tenía frío.
-Oh, oh, oh, acaba de despertar- reaccionó Himeno, soltando un suspiro de alivio.
-Hmm, ¿le deberíamos ayudar a levantarse?
-Aki, tú también deja de actuar raro.
Ángel tragó apenas al volver a escuchar aquel nombre, sintiéndose seguro de reconocerlo de algún lado. Su visión se esclarecía a medida que pestañeaba, pero su mente seguía muy confusa. Oía un interminable zumbido y el sonido empezaba a volverse tedioso.
Tan pronto como todo se vio colorido y claro, decidió prestar atención a la gente a su alrededor. Una ojiverde era quien le veía de cerca, frunciendo un poco el ceño y ladeando su cabeza.
-¿Te encuentras bien?
El pelirrosa se limitó a observarla un poco más, poniéndose de pie e ignorando la mano que la pelinegra le había extendido. Sacudió ligeramente su ropa y murmuró un "Gracias" que se perdió entre el ruido de un viernes por la noche. Su contraria asintió y le ofreció una pequeña sonrisa, dándose la vuelta para continuar interactuando con sus acompañantes.
Creyendo haberse librado de la atención, Ángel se dispuso a marcharse. No a la cafetería, él solo quería ir a casa. Se sentía un poco debilitado y con la mente enredada, no podía imaginarse a sí mismo despierto y andando por más horas. Refunfuñó en tono bajo, pues el tiempo de ida pudo haberlo invertido en terminar de ver The Promised Neverland. Sacó su celular y prosiguió a caminar, escribiendo un mensaje rápido a Reze explicándole que tuvo un inconveniente. Sabía que probablemente ella le molestaría por eso después, pero prefería postergarlo antes que nada.
-¿Ya te vas?
En primera instancia quiso ignorar aquella voz pero, tras procesarlo, se detuvo súbitamente.
No, no era su intención quedarse parado allí como idiota, pero lo había hecho por inercia y estaba seguro de que no podría moverse. Intentarlo no estaba de más, tal vez sí.
Una parte de él estaba a punto de voltearse hacia el sonido, pero se recordaba repetidamente de que no era buena idea.
¿Y qué sí es una buena idea?
La persona a su atrás no mencionó mucho más, pero de algún modo podía sentir su presencia. El centro de la ciudad de pronto lucía y se escuchaba vacío, salvo por el silbido del viento.
-¿Importa?- se oyó a sí mismo diciendo.
-Pues se supone que tú nos guiarías hoy, ¿te acuerdas?
-Si me siento mal podemos cancelar la salida.
-¿Te sientes mal?
Las palabras se ahogaron en su garganta y se giró a la expectativa de ver el rostro de con quien hablaba; de reconocerlo.
-¿Qué?
Frente a él un chico pelinegro y ojiazul lo observaba, inspeccionándolo con la mirada de arriba a abajo. Ángel se limitó a fruncir el ceño y molestarse un poco, solo un poco.
-Acordamos dar un mini paseo turístico, no puedes cancelarlo así como así- señaló su contrario, chasqueando la lengua.
-De hecho sí puedo, después de todo no era nada serio- El pelinegro tomó un largo suspiro y le dirigió un gesto de reproche-. Me desmayé, ¿acaso no importa mi salud?
Llegados a este punto, cualquiera cedería. Aki, por su parte, no llegaba a comprender con exactitud qué sucedía. Era como si algo dentro suyo le pidiera no dejar ir a aquel pelirrosa, aunque solo fuera un mero desconocido.
ESTÁS LEYENDO
Roce - CSM (Akiangel)
FanfictionDurante varios días seguidos, Ángel ha estado soñando lo mismo; él y otra persona abrazándose a piel desnuda. Por alguna razón, siempre siente que está mal. La primera vez soñó con un pelinegro de ojos celestes, pero la segunda vez fue con una chi...