「18」YEAH YOU MAKIN' ME A BOY WITH LUV

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El día que ella y yo tuvimos nuestro primer encuentro en el techo no fue una casualidad.

Había oído de ella antes del festival deportivo, específicamente unos días después de que su clase hubiese sido atacada por los villanos. Recuerdo haber estado con unos compañeros cuando su hermano apareció junto a ella mientras este llevaba la mochila de los dos. Briolle tenía la vista al frente, como si cada palabra del chico rubio mientras la regañaba no le hicieran efecto alguno. Llevaba el brazo vendado con un cabestrillo para sostenerle la extremidad. Su rostro tenía pequeñas heridas, pero nada grave. Suponía que iban camino a ver a Recovery Girl para encargarse de eso, sin embargo, ella no parecía muy interesada. Recuerdo que me miró tres segundos y eso fue todo.

—Debiste dejar que me encargara, yo pude haberte sacado de ahí — gruñó el rubio.

—¿Por qué esperar? Vi una oportunidad de liberarme y la tomé. No es la gran cosa.

—Te zafaste el brazo, cuatro ojos, ¿Qué hubieses hecho si el maldito nerd no hubiese llegado?

—¿Correr? ¿Pelear? No puedo adivinar lo que no pasó, Kacchan.

—Si me dices así una vez más te zafaré el otro brazo.

Fue lo último que alcancé a escuchar.

Desde entonces no dejé de verla. Como miraba al chico de las cintas cada vez que podía, como fingía escuchar a la de tez rosada con cada cosa que le decía, y le seguía el juego para no hacerla sentir mal. Como jugaba con sus muñecas cuando estaba nerviosa o como el chico de su equipo era el único que podía tocarla además de su hermano. Aún así, me generaba un mal sabor de boca que ella nunca volteara a verme, no hasta que llegó el festival deportivo. Midoriya me había eliminado, pero eso tampoco tuvo un gran impacto, yo seguía siendo alguien a quien ni siquiera miraba cuando estaba a su lado en la fila del almuerzo. Ir a la azotea ese día es de las pocas decisiones de las que no me arrepiento en mi vida.
Sin siquiera buscarlo, ella había entrado en mi vida como un huracán, arrasando con todo a su paso.

Y todo fue gracias a su amigo.

Recuerdo que estaban por irse a sus habitaciones cuando chocamos accidentalmente. No fue tan fuerte, pero él se disculpó como si hubiese tratado de hacerme pedazos.

—L-Lo siento mucho — dijo haciendo una reverencia —. Estoy buscando a mi amiga, ¿La has visto? Su nombre es Briolle, es de cabello corto color rosa. La vi en las escaleras, pero no fue a las habitaciones... ah... lo siento, debo irme. Disculpa de nuevo.

Las escaleras... entonces fue a la azotea.

Ese fue el comienzo de todo.

Nunca me había dolido que pensaran en mí como un villano hasta que Briolle lo hizo.

Se había vuelto una costumbra para mí, pero jamás creí que ella pudiese preguntarme si había usado mi quirk con ella con otro propósito que no fuese salvarla. No se me cruzó por la mente ni siquiera cuando saltó y ya no vi su pequeño cuerpo parado en la orilla. Incluso cuando estuve aterrado y la tela blanca que envolvía mi cuello salió disparada hacia ella antes de que me diera cuenta. Ni siquiera cuando tuve que agarrarla más de una vez usé mi control mental para algo que no fuese asegurar su vida.

Negué con la cabeza, sacando esas ideas de mi mente.

Ella estaba en aprietos y se había disculpado. Le dije que la entendía y que todo estaba bien.

¿Entonces por qué esta sensación no desaparecía de mi pecho?

Dejé la bandeja vacía sobre el mostrador cuando terminé de almorzar, mirando la mesa donde ella revolvía su comida, pero no la probaba. El par sentado con ella tampoco estaba comiendo, la rubia se miraba con el chico de tercero sentado a un par de mesas de ellos. Ella estaba recostada en la mesa, y él apoyaba su rostro en su mano.  Solo se miraban, no hacían más que eso. Yo también quería compartir algo así con Coletas.

²𝐅𝐎𝐑𝐄𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora