「20」IT'S LIKE A POLAROID LOVE

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Relamí mis labios mientras apretaba la bufanda de Katsuki como si se yo fuese nuestra madre. Aunque siendo sincera, no recuerdo ni una sola vez en la que Mitsuki nos haya arropado como una progenitora cariñosa, siempre fue papá. Masaru era el más afectuoso con nosotros, pero tampoco podía quitarle el crédito a mamá, tenía sus momentos.

Escasos, pero momentos, a fin de cuentas.

El rubio quitó mi mano con brusquedad mientras miraba a otro lado.

—No me digas que te avergüenza que acomode tu bufanda — dije con tono burlesco, pero sin expresión alguna —. Niñito llorón.

—Yo te convertiré en una niñita llorona si no me dejas en paz — me respondió él de mala manera.

Volteé justo a tiempo para ver a Todoroki junto a Midoriya. Sabía que habían salido antes, pero verlo yo misma era surreal, la meta de Katsuki debía ser realmente buena como para trabajar con Endeavor y su hijo. Me alejé un par de pasos, para que no notaran que estaba actuando como una hermana preocupada. Puse mis manos en la espalda, devolviendo la sonrisa que me dio Midoriya.

—Oh, Briolle — dijo Todoroki, y yo asentí —. ¿Vienes a despedirte de nosotros?

—Por supuesto, les deseo mucha suerte — aseguré, con mis mejores intenciones. Posé mis ojos en mi hermano —. Procura que no te maten, no pienso ser yo la única Bakugo que quede, no me gusta que me presionen.

Él solo bufó, tomaba eso como un: no te preocupes, estaré bien.

Cuando me giré, sentí un escalofrío tan fuerte en mi espalda que volteé de golpe. Nadie, solo los chicos a lo lejos que comenzaban a perderse en la distancia. Mi paranoia me mantuvo de pie unos segundos más, segura de que estaba siendo observada.

Tranquila, Briolle, nadie te está mirando.

Me adentré al edificio de la U.A, pensando en las clases que estaba por tener. Recordé mi primer patrullaje. Incluso si estaba nerviosa, jamás lo demostré. En ese entonces solo éramos Arata y yo sin la ayuda de Dai porque ella seguía en coma. Dos novatos aterrados de enfrentarse a los malos, pero aliviados de que no fuesen como Shigaraki o Kurogiri. Eran malos, por supuesto, pero jamás se parecerían a ellos. Tiempo después conocimos a alguien igual, y Kai Chisaki pasó a la lista de personas que nos daban miedo.

Negué con la cabeza para quitar esos pensamientos.

En medio de la clase, mi celular vibró.

Miré a Aizawa con cautela, no quería que me viera usando mi teléfono.

Él también estaba en esa lista.

RUBIA LOCA
Hey, búscame cuando termine tu clase.

Fruncí levemente el ceño, era extraño que Dai me mandara un mensaje puntual para que nos juntáramos. Siempre que estábamos solas y nos encontrábamos por los pasillos nos hacíamos compañía, pero ninguna preguntaba por la otra específicamente. Apenas terminé de guardar mis cosas miré por este. La joven de tercero doblaba recién la esquina mientras hablaba con Nejire Hado. Mi compañera de equipo rodó los ojos mientras la contraria reía y picoteaba a Sasaki con una actitud pícara.

Cuando sus ojos se posaron en mí, volteó a ver a su amiga.

—Te veo después. Tengo asuntos que hablar con cuatro ojos— le pidió, alzando las comisuras.

—Está bien, buscaré a los demás, no te olvides de la reunión esta noche.

Sasaki le sonrió sin gracia —: Lo recordaré. Dile a Tamaki que si sigue diciendo cosas molestas sobre mí, lo haré llorar como solo yo sé hacerlo, él definitivamente sabrá de lo que hablo.

²𝐅𝐎𝐑𝐄𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora