Día 5

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Baile:
Kohaku mataría a Luna cuando la viera, la había traído a una fiesta de disfraces y se había perdido a perseguír a no sé quién.

Ni si quiera estaba sus hermana para distraerse de esa aburrida fiesta, la música estaba muy alta y las luces muy baja. Además que el disfraz que tenía era muy incómodo, estaba disfrazada de la Cenicienta por idea de Chalsea y Luna, pero eso le pasaba a ella por no hacerle caso a Nikki y disfrazarse como si tía.

Por lo menos estuviera dando autógrafos falsos o los fans de su tía, no estaría tan aburrida.

— Pensé que vendrías disfrazadas de algún animal o de una guerrera, ¿no había de Mulan? — pregunta una voz a sus espalda que conocía perfectamente.

— Hyoga — dice ella y se voltea, se aguanta las ganas de reír al verlo con un disfraz de príncipe azul — ¿Y tú? ¿Querías aparentar algo que no eres?

Ve como el chico suspira y le responde — Fue idea de la hermanita de Tsukasa.

Kohaku ahora entendía porque el disfraz tan ridículo, la hermanita de Tsukasa era una dulzura, ella y Suika eran amigas, también tenía otra amiguita de nombre Namari. La pequeña Mirai era fanática de Disney y siempre que Tsukasa podía la llevaba a los parque de dicha empresa, como Hyoga era el mejor amigo de Tsukasa siempre terminaba en ese paquete.

Un claro ejemplo era que estaba vestido de príncipe.

— ¿Tsukasa de que se disfrazó? ¿Tarzan? — pregunta Kohaku aprovechando el momento de tomarle una foto a Hyoga, mañana la subiría en las redes.

— Del papá de Ariel y la pequeña Mirai de Ariel, pero Tsukasa la tiene que cargar porque no puede caminar con su cola de sirena — comenta Hyoga con una voz de resignación, al ver como Kohaku le tomaba fotos. Aunque no fue la única, antes lo habían hecho Ukyo y Chrome, mientras que Gen se estaba riendo — Si sigues tomando foto te voy a cobrar.

— Valdrá la pena el pago.

Hyoga le iba a responder, cuando escucharon la voz de Ryusui por los altavoces.

—Ahora le daremos la bienvenida a los reyes del baile.

— ¿Reyes? — preguntaron Hyoga y Kohaku al mismo tiempo, mientras que su pregunta era respondida por los reflectores del lugar, apuntandolos a ellos.

— Debe ser una jodida broma — dice Hyoga entre dientes.

— Voy a matar a Ryusui después de esto — dice furiosa Kohaku agarrando su vestido e ir en busca del dueño de dicha fiesta.

— ¿Van a bailar? — pregunta unas voces a su alrededor.

Kohaku mira y era Ruri con Suika, junto con Mirai y Namari que la miraban con ilusión.

— Nosotros...

— ¡Si! — responde Kohaku e interrumpiendo a Hyoga en el proceso, no quería romper las ilusiones de sus hermanas.

Hyoga suspira, si le rompía el corazón a Marai, su amigo no le volvería hablar en toda la vida.  Estira la mano para que Kohaku la tome.

— Los príncipe hacen una reverencia — dice Ukyo quién le había quitado el micrófono a Ryusui.

—Ruri también dice que los príncipe besan la mano de las princesas — dice Chrome que estaba bajo la tarima, junto con Gen, Senku y Tsukasa.

— Los mataré — murmura Hyoga para inclinarse y perdirle una vez más un baile a la princesa.

— ¿Pero antes no tienen que acabar con un dragón? — pregunta Namari a sus amigas.

Todos miran a  Ryusui en ese momento, por el significado de su nombre.

Él nervioso dice — Pero primero un baile y luego la matanza.

Kohaku sonríe, si después podía golpear al dragón no tenía problemas de bailar con un príncipe gruñón. Toma la mano de Hyoga, para comenzar un baile improvisado.

Se sorprende gratamente al ver como Hyoga lleva el ritmo de la música y la sabe guiar en el vals, en verdad parecían un príncipe y una princesa de cuento de hadas. Y las cosa se puso más tierna cunado las luces de colores comenzaron a ser estrellas, que brillaban y se movían por la pared y el techo del lugar.

También comenzó a ver burbujas y la música ser más de película Disney.

— ¡Qué hermoso! — escucho decir a sus hermanas y amigas.

Kohaku ya no estaba molesta, estaba feliz de ver a sus hermanas felices y que Hyoga supiera bailar bien. Sin pisarle el vestido o los pies, podía notarlo todo concentrado llevando su cuerpo al ritmo de la música, pareciera que en vez de practicar arte marciales lo que hacía era tomar clases de baile.

La canción terminó  y todo el mundo aplaudió, después de todo el baile no fue mala idea.

— Bueno es hora de matar al dragón — le dice Hyoga susurrandole al oído.

Ella asiente y busca a Ryusui con la mirada, pero no lo ve por ninguna parte. Él muy traídor se había ido junto con los demás chicos.

HyoHakuWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora