Día 7

193 23 76
                                    

Enfermedad:

Hyoga toca el timbre de la puerta de la casa de su novia. Suspira al pensar en esa palabra, quién diría que consiguiera pareja y fuera una persona que conocías desde hace tiempo.

La puerta se abre y ve a su cuñada Ruri — Gracias a Dios que llegaste, no quería dejarla sola y está terca en tomar sus medicinas.

Hyoga sonríe detrás del tapaboca, imaginando a Kohaku negando con la cabeza como si fuera una niña chiquita.

— Tranquila, yo me asegurare de que se tome sus medicinas — dice él entrando a la casa y quitándose los zapatos — ¿Está en su habitación?

— Si, gracias Hyoga. Yo tengo que ir de viaje con Chrome por una conferencia de trabajo que tienen ellos, me quedaría en cuidarla pero ella misma insistió para que fuera — comenta Ruri revisando que no le faltará nada — Deje sopa en la nevera, los recetarios de las medicinas junto con el horario en la puerta de la nevera y cualquier cosa marca el número de emergencia, también puede ser el de Senku es casi lo mismo aunque Senku ayudaría más.

Hyoga asiente y ve como la rubia mayor se marcha, Chrome ya la pasó buscando.

Suspira y deja su maleta en la sala, para subir al cuarto de la princesa guerrera que tenía como pareja. Pero al abrir la puerta se sorprende al verla saltando la cuerda.

— Sabías que estabas mal de la cabeza, pero no para esos extremos — dice él cruzándose de brazos y apoyándose en el marco de la puerta.

— Yo estoy bien y ninguna tonta gripe me va...

Hyoga se tuvo que mover rápido para atraparla en sus brazos y no se golpeara la cabeza.

— Si, se nota que estás bien — dice él mirándola a los ojos.

Pero Kohaku hace un puchero y le contesta — No me regañes y abrázame, la tonta de Ruri se fue. No me quiere.

— Tú misma le dijiste que se fuera — dice él llevándola a la cama, para comenzar a arroparla con las cobijas.

Kohaku toma uno de sus peluches y se lo da — Mira, eres tú.

Hyoga solo sonríe, sí era él por un especial que salió donde sus brillantes amigos tuvieron la idea de hacer un calendario para vender en Navidad. Hay que decir que se vendió como pan recién horneado y hasta mercancía sacaron de ellos, pensó que Kohaku se iba enojar pero se sorprendió cuando compró toda su mercancía.

Aunque no fue la única que compró mercancía de su pareja, Gen compró toda la de Senku y Ryuisui la de Ukyo.

— ¿No prefieres al real? — pregunta él revisando su frente al ver su tenía temperatura, estaba con un poco de fiebre.
— No, tengo gripe y no te quiero enfermar. Por eso le pedí a Ruri que se fuera, para no enfermala. Pero tú estás aquí y no era parte del plan — dice Kohaku con un bostezo, la medicina estaba haciendo efecto — No me dejes sola.

Hyoga le acaricia los mechones dorados y se sienta en la cama — Nunca te dejaría sola y menos en ese estado.

Kohaku solo sonríe entre sueño, escuchando las palabras de su callado novio.

********

— Quiero un dulce — dice Kohaku negándose a tomar su sopa.

— Después de la sopa te doy gelatina — dice Hyoga mientras, insistiendo para que Kohaku tomará de la sopa.

— La gelatina no es un dulce de verdad, quiero galleta o un jugo de manzana.

Hyoga deja la cuchara y la mira a los ojos — Tú te portas bien y te compro los jugos, también las galletas y no le decimos nada a Ruri.

— Hace calor — dice la rubia abrazando a su muñeco Hyoga — ¿Me puedo bañar?

— Pero con agua fría, para bajarte la fiebre — comenta él siguiéndole la corriente.

— Si después me abrazas y duermes aquí en mí cuarto.

— ¿Tú quieres que tu papá y hermana me maten?

Kohaku se ríe y lo abraza — No se van a enterar, Senku me enseñó a desactivar las cámaras. Además es sólo dormir, me siento sola en la noche y Suika tampoco está para que duerma conmigo.

— ¿Y los peluches? — pregunta Hyoga señalando toda la colección de peluche que tenía Kohaku, eran todos sus amigos y familiares, también algunos leones o osos.

— Ellos no hablan y no me protegen de noche — comenta Kohaku acurrucadose en los brazos de su novio.

Hyoga suspira, sabía que se iba arrepentir de eso. Pero odiaba ver a Kohaku triste, ¿desde cuando era tan sentimental?

Asiente y ayuda a Kohaku en todo lo que puede, hasta leen algunos cuentos escrito por Ruri antes de dormir. El fin de semana fue tranquilo y Kohaku para el lunes se sentía mejor, ya podían estar en la sala viendo alguna película de acción o seguie leyendo uno de los libros, en ocasiones se lanzaban un peluche a la cara.

Lo importante es que ella estuviera bien.

#######$

Gracias por seguirme en está Week disculpen los atrasos, tuve problema con el Internet sigo teniendo problemas. Pero fue divertido escribir de ellos! Espero que no le haya cambiando mucjo de personalidad y que lo hayan disfrutado! En verdad este para da para más!

Gracias por todo!

HyoHakuWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora