Ayer se me cayó el celular y ahora tiene unas rajaduras porque no tenía protector. Por más que hice el propósito de ser cuidadosa, a veces son inevitables aquellos pequeños accidentes.
A pesar que realicé el pedido de un protector hace tiempo, aún no lo he recibido.
Esto me hizo pensar en nuestras almas, que pueden resultar dañadas si no las protegemos y dejamos para después su cuidado, es decir, poner en último lugar la vida sacramental, la oración, etc.
Y así como un celular puede sufrir accidentes inesperados, así no podemos confiarnos de que nuestras almas vayan a estar seguras sin que nosotros pongamos de nuestra parte para que estén bien. Hay peligros insospechados que amenazan nuestra vida espiritual y debemos ser precavidos.
Señor, protege nuestras almas. Ayúdanos a no perdernos en este mundo que nos ofrece complacer en todo al cuerpo y descuidar nuestra salud espiritual.
En el fondo estamos muy necesitados de ti. Ven Señor.
-ARIEL, 18 DE AGOSTO DEL 2021
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- ARIEL
SpiritualHe querido dejar por escrito todas las luces que me has dado en diversas situaciones de mi vida. No quiero olvidar nada. Espero que, si tú deseas, estás páginas sean útiles para alguien más. - ARIEL