Capítulo 1: Los encuentros no molan.

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Mi madre y mi padre se divorciaron cuando yo tenía 12 años. Desde ese entonces ella no ha tenido la posibilidad de encontrar a alguien con quien compartir su vida.

Ahora, 8 años después, ha encontrado al hombre perfecto.

- Oye, Izzie, quiero que seas amable con Lucas cuando venga a cenar esta noche.- Me dijo mi madre mientras yo leía a 'Stephen King' en mi cama.- Además, viene con su hija.

¿Perdón? ¿Ha dicho hija? No, por Dios... me voy a morir de vergüenza.

- Okay, mamá, seré amable porque me lo pides tú.- Le respondí sin quitar la mirada del libro.

No me hacía mucha gracia conocer a mi futura hermanastra, pero tengo que hacer un esfuerzo por mi madre y su felicidad.

Bajó a preparar la cena. Como era un día especial, decidió hacer su especialidad: comida japonesa.

Hacía años que mi madre no preparaba sushi, mi comida favorita. Sólo espero que a Lucas y a... su hija, que no sé su nombre aún, les guste.

- Izzie, baja a ayudarme por favor, que sino no me va a dar tiempo.- Gritó mi madre.

Bajé y nos pusimos las dos a preparar los ingredientes para hacer el sushi, así aprendía para poder hacerlo yo sola algún día.

- Mamá... y la hija de Lucas, ¿Cómo se llama?- Pregunté haciendo que no me importaba realmente.

- Se llama Cassie.- Respondió mi madre.

- ¿Y cuántos años tiene?- Le seguí preguntando.

- Pues creo que tiene 21, es más grande que tú.- Añadió mi madre.

- ¿Estudia? ¿Trabaja?- Interrogué.

Mi madre me miró muy confusa pero a la vez con una mirada pícara.

- Si tanto te interesa, ¿Por qué no le preguntas a ella cuando venga?- Sugirió.

- Emmm... no, gracias.- Le respondí.- No me interesa mucho su vida, simplemente era para estar informada.

- Ya, claro..- Susurró mientras se reía.

Mientras mi madre seguía haciendo el sushi, empecé a preparar la mesa, faltaba poco para que llegasen y no quería que se nos echase el tiempo encima.

De pronto se escuchó como aparcaban un coche en la entrada. Mi madre lo oyó.

- Deben ser ellos.- Dijo entusiasmada.- Ve a abrir en lo que yo termino de recoger la cocina.

¿Qué? ¿Qué abra yo? Pf, mamá, te odio por ponerme en estas situaciones.

Fui a abrir, nerviosa... no, nerviosa no, nerviosísima.

- H- hola.- Dije nada más abrir la puerta.

- Hola, tú debes ser Izzie.. encantado.- Dijo un hombre.

Supuse que era Lucas, así que le sonreí.

Entró la hija. Me empezaron a temblar las manos, los labios... todo mi cuerpo temblaba. Jamás había sacado tanto sudor de mi cuerpo por un encuentro. Era... era muy guapa. Inesperado, no podía parar de mirarla.

- Ella es mi hija, Cassie.- Añadió Lucas empujándola.

- Hey.- Me dijo con voz un poco de borde e insignificante.

- Hola, Cassie.- Le dije, intentando ser más simpática que ella.

Se acercó a mí, parecía que me iba a comer con esa mirada.

- Mira, yo no quiero tener ninguna hermanastra, así que no te creas que nos vamos a llevar genial. Mejor haz como que no existo.- Me dijo con mirada de superior.

Ya me cae mal.. ¿De qué va? ¿Qué haga como que no existe? Tranquila, niñata. Tampoco es que me llames la atención.

- Vamos, Izzie.- Me dijo mi madre mientras yo estaba empanada.- Cierra la puerta y siéntate, que vamos a cenar.


CONTINUARÁ...

La locura que me provoca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora