Los Spoelberch's.

VII

Está parte será narrada por mi, Jazmine Spoelberch la verdad es que le preguntaron a los demás si querían pero a ninguno le gusta echar el chisme, pero a mí me gusta el caos...

Presten atención chicos, esta será una pequeña historia de amor y tragedia... Todo por culpa.

De la dulce Gina.

Esta es la historia de un chico de hermosa sonrisa y mirada azulada en la que te podías perder si querías, siempre muy bien vestido y con perfumes que hacían sentir feliz a tu nariz.

El tenía 16 años de edad cuando esto sucedió.

Se enamoró.

Ella era una chica de cabellera negra y ojos morrones, su piel blanca era tersa y sus labios de un rosa natural fantástico, ella siempre tenia una sonrisa sobre su rostro y una respuesta para todo.

Su terquedad y crueldad al decir lo que pensaba era algo que le gustó mucho a aquel chico de tan solo 16 años.

Pero era un amor prohibido.
Si chicos todo lo lindo en la vida es prohibido o no correspondido.

En fin, este si era correspondido por las dos partes pero no podían estár juntos ya que sus familias tenían una rivalidad de hace años.

Ustedes dirán, ha es la típica historia de el chico y la chica que sus familias se odian pero ellos se aman y huyen para poder estar juntos.
Todos quisiéramos que eso hubiera sucedido pero la vida real no es como esas historias.

Y menos si hay alguien para arruinar todo lo hermoso.

Un día el chico decidió salir por un helado con la chica, pero su padre ya sospechaba sobre el romance de estos dos así que quería confirmarlo, entonces envío a su hija menor con el chico.

Ella era unos años menor que él pero muy inteligente y cruel.

El creía que por qué la niña era menor podía sobornarla con golosinas y ella no diría nada... Pero lo que lo sabía era que la maldad que vivía dentro de esta, ni por qué le trajeran al mismo Willy Wonka y su Fábrica de chocolates ella se quedaría callada.

Están en un parque no muy lejos de la casa y compran los helados, todos parecen estar pasándola bien pero porsupuesto la niña estaba fingiendo una cara de inocencia para que los dos tortolos no sospecharan del plan de su padre.

Decidieron ir a un lago, que pocos del pueblo conocían y ahí el chico le regaló un collar muy hermoso a la chica como símbolo de su amor.

¿Si muy romance vainilla no creen?

El caso es que ellos disfrutaron ese día pero justo antes de irse.

-Se que tú y mi hermano tienen algo.-dice la dulce niña con risa angelical y mucha maldad en su interior.

—¿Ehm?—Emitío la chica.

—Ay no te hagas.

—No creo que deba hablar de esto con una niña.

—Esta niña podría hacer que te encierren de por vida, ¿Que pensaría tu padre al enterarse que su pequeña se está revolcándose con el hijo de su peor enemigo?

—Si creés que tú estúpida amenaza hará que me alejé de él estas equivocada.

Se dió vuelta molesta pero no pudo ignorar las palabras de la niña.

—Entonces disfruta tu castigo—Dijo la niña antes de que se marcharán.

Al llegar a casa, fue directo al despacho de su padre y contó todo lo que hicieron.

Su padre se sintió traicionado por su propio hijo.

Pero no le dijo nada, en cambio el padre de la chica si, que al enterarse de tal traición enloqueció y la encerró.

—Alguien tan podrida como tú no debería ver la luz del día—Dijo él.

Meses encerrada, sin visitas, sin ver ninguna cara solo la de su padre que le subía comida.

Todo el tiempo le recordaba lo que había hecho como si amar fuera lo peor del universo.

Meses sin ver la luz del sol, meses reprochandose el haber amado aquel chico, meses pensando en cómo acabar con su vida.

Por otra parte el chico vivía engañado, creyendo que su amada estaba en un convento, herido por no haberse despedido de ella, llorando cada noche al extrañarla.

La chica en su cautiverio y él en su dolor de no verla más nunca.

—Mientras tu te pudres más aquí, él se divierte con otras chicas allá fuera, sin extrañarte, sin pensarte.

Las palabras crudas de su padre cada día hacian que se detestara más y dudará del amor que él le prometió alguna vez.

Una mañana, al fin le dieron libertad, ella corrió, hacía el lugar donde se encontraba con su amado pero al llegar un trago amargo le recorrió la garganta.

Pues el está ahí, pero no solo, una chica ocupaba el lugar donde ella se solía sentar.

Y un golpe de realidad la hizo creer en todas las mentiras de su padre.

Ya que aquella muchacha solo era la prima del chico, y él le mostraba el lugar mientras contaba el pesar de extrañarla.

A la mañana siguiente la chica decidió salir a dar un paseo al mismo lago donde los vio, se puso su vestido favorito, maquillo y arreglo su cabello.

Salió muy temprano así que nadie de su hogar pudo ver cuando se fue, una balsa ya estaba esperándola pues la había preparado la noche anterior.

Se subió a ella y remo hasta lo profundo, ató a sus tobillos una cuerda la cuál estaba conectada a bloques, lanzo cada bloque al agua, suspiro profundamente antes de dejar que el peso de estos la hundieran.

Forcejeo, pataleo para que desatarse, arrepentida de lo que estaba haciendo pero era muy tarde.

El anuncio de su desaparición hizo que todo el pueblo la buscará, cada rincón fue registrado.

Pero solo a la niña se le ocurrió buscar en el lago, pues ella ya había presenciado el romance de los dos en ese lugar, al llegar no lo podía creer.

El cuerpo de la chica flotaba sin vida, y fue ahí cuando la niña empezó a padecer de ansiedad.

Su psicólogo creía que era por el impacto de ver un cuerpo sin vida.

Pero lo que nadie sabía era que ella era la culpable de que aquella chica ya no estuviera en este mundo, la conciencia le pesaba.

Y saber que el amor de su hermano estaba sepultado junto con aquella chica, lo hacía peor, así que decidió dejar todas sus cargas en una hoja.

Y así fue que el diario de Gina existió.

Y así fue que yo supe su peor secreto.