Capítulo 8: Un hombre heterosexual

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"Solo. Estás solo dondequiera que vayas".

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Pero no sabía quién era Xiang Cheng o qué tipo de vida llevaba; el amor era un sentimiento tan ridículo.

—El auto es tan bonito —Chi Xiaoduo expresó esa sincera oración después de reprimirse durante mucho tiempo—. Realmente eres asombro.

—No es mío —El hombre respondió—. No tengo mucho dinero, solamente los cuatrocientos mil yuanes que obtuve por la demolición de mi casa.

—Yo tampoco tengo mucho dinero, estoy ahorrando. —El contrario informó y se percató que actuó de una manera vergonzosa... Si lo hubiera sabido, podría haberse mostrado como un gran jefe; pero en realidad, no tenía esperanzas extravagantes. Anteriormente ellos tuvieron un servicio de contacto físico, y ahora, gracias a eso, se pueden considerar amigos, ¿verdad?

—A la gente de la ciudad le gusta comprar casas —habló Xiang Cheng—. Yo también estoy considerando adquirir una, pero cuatrocientos mil yuanes no son suficientes. ¿A qué te dedicas?

—Ingeniería de suministro de agua y drenaje —El joven respondió pensativamente—. ¿Y tú?

—Soy un prostituto.

Chi Xiaoduo casi muere asfixiado. Sin embargo, Xiang Cheng permaneció inexpresivo y agregó—: Todos dicen eso.

—¿Quiénes?

—Mis compañeros. No tengo educación escolar, vine del campo y trabajé en Chongqing antes de venir aquí. Allá no logré encontrar un buen empleo, por lo que un amigo me habló sobre el club y maldita sea, no me di cuenta que el trabajo era un empleo sexual hasta que llegué allí.

—¿No eres de aquí? No tienes que hacer ese trabajo, ah.

Xiang Cheng negó y explicó—: No tengo título, así que no puedo buscar empleos tan fácilmente —Lo miró—. ¿Qué hay de ti? ¿Eres de aquí?

—No, estudié en Guangzhou. Mis padres no me impusieron ningún impedimento —Chi Xiaoduo respondió—. Luego de graduarme, viví aquí y me convertí en ingeniero.

Después de la luz roja, el joven le señaló el camino al contrario y no pudo evitar admirar su perfil; incluso quería tomarle una foto con el celular. Xiang Cheng estacionó el auto al costado de la calle, afuera de la panadería, luego observó a Chi Xiaoduo y se comió el helado.

El helado ya se había derretido, la brisa primaveral afuera de la ventana entraba y Xiang Cheng puso música en el carro. La melodía era muy ligera, el cálido viento soplaba y Chi Xiaoduo se sintió como ese helado; todo su cuerpo se estaba derritiendo. En ese momento, quería invitarlo a su casa para sentarse a platicar un rato.

—¿Qué hacen los ingenieros? ¿Es difícil? —preguntó Xiang Cheng.

—Diseñan cosas. No está difícil —respondió y agregó—. Diseño edificios y ocasionalmente trabajo horas extras —Mientras hablaba, levantó débilmente su celular y preguntó—. ¿Puedo tomarte una foto?

Xiang Cheng respondió—: Sí.

Chi Xiaoduo comentó—: Si estás dispuesto, puedo... hacerte publicidad para tu trabajo. Vamos, sonríe.

Xiang Cheng sostenía el helado y sonrió. Chi Xiaoduo se apresuró a presionar el botón y tomó una foto del contrario al mismo tiempo que comía el alimento. Era demasiado guapo, prácticamente no tenía malos ángulos, incluso si lo rotaba trescientos sesenta grados.

Aviso Posterior al Entrenamiento: Exorcista Registrado de Primera Clase NacionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora