Capítulo 17: Liwan

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"El lugar embrujado más aterrador de Guangzhou".

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Xiang Cheng llevó a Chi Xiaoduo en bicicleta. Después de pensarlo, comentó—: Qi Wei... me tiene rencor. Si lo del contrato de trabajo te causa problemas, dejaré que solamente me emita la constancia.

—¿Ah? Está bien, no hay problema —Chi Xiaoduo dijo—. Wang Ren es un agradable amigo. Sentí a Qiqi ser bueno contigo... ¿por qué te odia?

—Fue algo que sucedió en la anterior generación de clases[1].

El joven entendió que no debía preguntar más, así que asintió.

China Plaza era el lugar más concurrido de la región. Desde el centro de la segunda planta hasta el último piso, era el área comercial más próspera de Guangzhou. Por la noche había más movimiento y gente; la multitud saturaba el sitio.

Ambos jóvenes fueron al tercer nivel. Xiang Cheng comprobó la dirección de la tarjeta que tenía en la mano y analizó uno de los negocios dentro de la plaza. El frente acababa de renovarse, lo cual se hallaba tapado con una tela con dibujos animados. Parecía que los cambios estaban casi terminados, solamente faltaba que escogieran un día para abrir.

El hombre esperó hasta que las personas de su alrededor no los miraban, luego levantó la lona. Se agachó y se adentró al establecimiento, mientras que Chi Xiaoduo vigilaba afuera.

Un momento después, el joven subió la lona y encontró la parte inferior del cuerpo de Xiang Cheng colgando del techo al mismo tiempo que la mitad de su torso estaba dentro del conducto de ventilación.

—Vámonos. —Saltó, en la mano sujetaba un rollo de talismán blanco.

Los dos se encaminaron hacia el estacionamiento e ingresaron en la estación del metro.


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Eran las nueve de la noche. Xiang Cheng se puso de pie y analizó el mapa de la terminal del tren. Para ir a la estación Guangzhou del Parque de los Mártires a la parada Gongyuanqian, debían abordar la Línea 1 hacia Changshou Lu.

Estaba repleto de gente, Xiang Cheng protegió a Chi Xiaoduo frente a él, guardó con cuidado el rollo de talismán en el bolsillo y comentó—: No te pongas nervioso, no es nada.

—¿Para qué es eso? —preguntó.

Xiang Cheng le susurró en el oído—: Es un amuleto para exorcizar, se usaban para sellarlos junto con el cemento de algunos edificios al momento de construirse, con la finalidad de garantizar un proceso de obra seguro para los trabajadores y no hubiera muertes accidentales.

El joven no recodaba haberlo visto, e indagó—: ¿En cada edificio hay uno?

La otra parte negó y respondió—: Algunos lo tienen, otros no. Ciertos empresarios de Hong Kong creen en esas cosas, pondrán talismanes de paz en el interior para bendecir la prosperidad de sus negocios y conseguir fácilmente vender sus bienes raíces. Si hay yaoguais viviendo cerca durante mucho tiempo, entonces el amuleto absorberá la energía demoníaca.

—¿Y a quién pertenece esta energía?

—El qi es muy débil, por lo que es un yao común —Xiang Cheng informó—. Ahora mismo vamos a buscarlo. No tengas miedo, los yaos ordinarios no son rivales para mí.

Aviso Posterior al Entrenamiento: Exorcista Registrado de Primera Clase NacionalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora