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Volviendo sobre mis pasos

Ducado Von Heist
Actualidad
Varias horas después

El sonido de pasos acercándose me despertaron, la habitación estaba oscura y la calidez que había existido en un principio se extinguió con el fuego de la chimenea, en donde ahora tan solo quedaban cenizas.

Parpadeé varías veces alejando los vestigios del sueño. Cuando mi vista se aclaró, me encontré con unos ojos ámbar que me miraban fijamente, la frialdad brillaba combinada con una crueldad que trataba de ocultar aquel toque de calidez en ellos, su máscara estaba de vuelta aunque un poco rota por alguna extraña razón podía ver un vestigio de la gentileza con la que me había mirado antes. De golpe los recuerdos de lo sucedido me llegaron como ráfagas haciendo que me mantuviera en silencio, de todas formas no podía hacer otra cosa, así era mi naturaleza. Callar y decir poco hasta el momento en el que la presa se rompa y salga el vómito verbal agresivamente.

Después de que los minutos pasaran y que ninguno de los dos dijera nada, alguien carraspeó. No pude ver quien debido a que estaba de espaldas a esta, me avergonzaba haber sido atrapada en aquella extraña situación, el peso de lo sucedido hizo que me encogiera un poco en mi lugar.

⸻Maestro. ⸻Se escuchó una voz madura, masculina y suave, una combinación extraña, a mi parecer. La experiencia lograba filtrarse de algún modo logrando que me causara la suficiente curiosidad como para girar para poder verlo directamente. ⸻Pequeña dama.

Me dio un asentimiento de cabeza, me sentí un poco intimidada aún más por su mirada desde aquella perspectiva, después de todo estaba tirada en el suelo con mi cabeza sobre las piernas de su empleador, ¿Qué tan extraña sería seria aquella situación para él? Era una especie de mayordomo, me recordó a siempre fiel ayudante de Batman, Alfred.

Mi mirada pasó por sus pulidos y brillantes zapatos que me hicieron preguntar cuanto tiempo se tomaba en lustrarlos cada día para que incluso se pudiese ver mi reflejo en ellos. Su traje color negro estaba perfectamente planchado sin ninguna arruga a la vista, su pelo rubio platino se encontraba engomado para lucir un peinado pulcro y elegante sin ningún cabello fuera.

Al parecer mi inspección no fue pasada por alto, cuando mis ojos llegaron a su rostro con algunas arrugas, nuestras miradas se cruzaron y, entonces, él me sonrió. Carraspeé incomoda, su sonrisa era claramente por compromiso.

⸻Mi señor, la dama Dahlia lo está buscando.

Oh, la bruja rubia.

Hice una mueca que seguramente no pasó desapercibida, lo supe por la suave sacudida gracias a su risa. Recordé que de ahora en adelante debía llamarle padre, solo porque el hombre se niega a admitir que su hija está muerta o en algún lugar de este absurdo reino y quiere llenar ese hueco conmigo, con quien no tiene ningún lazo de sangre.

No podría ser más absurdo y molesto ahora que lo pienso.

⸻¿Te dijo para qué?

⸻No lo hizo.

Kyssar se tomó el puente de la nariz con irritación.

⸻¿Dónde está ahora?

⸻Fuera de su oficina, mi señor.

⸻Bien.

Supe que aquella sería mi señal para irme, que volvería a aquella habitación a esperar algo que no sabía que era. Pero me negaba por el momento, había algo más importante que hacer, lo sentía en mis entrañas.

El duque me sostuvo de los hombros ayudando a que me pudiese sentar. El mayordomo fue quien ayudó a que me pusiese de pie, sacudí mi ropa y me quedé viendo a mi "Padre" salir de la habitación, tras percatarse de algo, detuvo su andar y volteó su rostro un poco, mirando hacia atrás.

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⏰ Última actualización: May 02, 2022 ⏰

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Antes y después de morir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora