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Secretos que nos llevamos a la tumba

CASTILLO DE LA FAMILIA IMPERIAL

Actualidad
Primer día del año
Point of view, Urokaif

Había leído un par de veces la carta en mi mano recorriendo cada trazo y línea escrito con tinta en ella con mis ojos. Cuando finalmente creí que era suficiente la arrugué entre mis dedos y la lancé a la chimenea para que ardiera con las brasas convirtiéndose rápidamente en cenizas, la única prueba que podría revelar mi único secreto. El único que me importaba.

Llevé las manos a mi cabeza sintiéndola palpitar de dolor.

Tomé mi capa y salí de mis aposentos dirigiéndome a la habitación de la única persona en este lugar que había estado junto a mi desde que tenía memoria... Quisiéramos o no. Apostaría mi vida al decir que era mi mano derecha, pero era una apuesta que valía la pena, por la cual arriesgar la vida y lanzarme al fuego si era necesario.

Aún era demasiado temprano para que cualquiera excepto los guardias reales estuviesen deambulando por los pasillos del palacio, sin embargo, no había podido dormir muchos en estos días y regresar a mi habitación no era una opción sabiendo que solamente estaría mirando cada rincón con ansiedad.

Además, era mejor salir desde ahora.

Al cruzar la esquina que llevaba al pasillo donde estaba la habitación de Karius una sombra se escurrió con el suave golpeteo de su calzado en un andar apresurado.

Las sombras aún bailaban entre las ramas y los edificios cuando salimos del castillo. Mi agarre en las riendas del caballo me lastimaba al punto de estrangular mis manos y cortarme la circulación en mis dedos, a estas alturas no sabía si mi entumecimiento era debido a eso o al frío propio de la temporada que era aún más severo a tales horas de la madrugada.

Las primeras luces del amanecer se asomaban por el horizonte cuando Karius y yo llegamos al lugar a las afueras de la ciudad capital del territorio de Heist, una posada que para muchos nobles podrían ser llamada de mala muerte, pero para personas que no lo fuesen podría categorizarse como decente e incluso lujosa.

El tiempo empezó a correr más lento, así lo sentí en el instante en el que el reloj de la torre del conocimiento, conocida en todo el continente como "el ojo del mundo", dio a conocer que faltaba poco para las ocho, en estos días de invierno la oscuridad se superponía haciendo la noche más temprano y desvaneciendo sus sombras tardíamente por las mañanas.

Karius cabeceó una vez más inclinado sobre la pared contraria en el callejón lateral de la posada, negué sin saber cómo sentirme al respecto. Por un lado, era mi culpa por haberlo hecho seguirme hasta aquí para ser mi cómplice una vez más, pero por el otro...

⸻La que salió de tu habitación antes que yo llegara... ⸻Suspiré. ⸻¿Era una noble o de la servidumbre?

Aquella pregunta había hecho que se espabilara y abriera sus ojos dándome un breve indicio, nada concreto de todas formas, sin embargo, su reacción también dio pie a una pregunta que a mi parecer era más importante.

⸻¿Está soltera o casada? ⸻Pude ver su reacción claramente. Y no supe que respuesta sería peor a esa pregunta.

Karius no entendía la gravedad de la situación debido a su comportamiento descarado y, aunque al estar teniendo esta conversación en un callejón de mala muerte hablaba de los pocos modales que deberían tener personas del linaje más puro como nosotros, en este momento, no me importó ya que estaba seguro que aparte de nosotros dos, nadie estaría en los alrededores en por lo menos una hora o dos con tanto ajetreo.

Antes y después de morir ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora