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Desde pequeña, había soñado con ser bombero y siempre contó con el apoyo de su familia. Pasó varios años trabajando en la Estación 51, donde Wallace Boden, hermano de Alanis, era el jefe. En dicha estación, no solo encontró compañeros, sino también una segunda familia.
Había logrado cumplir su sueño de ser bombero y además tenía a su lado a un maravilloso hombre que la amaba y respetaba, con quien estaba dispuesta a pasar el resto de su vida. Sin embargo, surgieron problemas cuando decidieron formar una familia y la chica no logró quedar en estado de embarazo. Estos problemas llegaron y se fueron cuando el tomó la decisión de terminar su matrimonio.
Una llamada que cambió su vida la llevó a Nueva York, y ella no dudó ni un segundo en irse. No se despidió de nadie, excepto de su hermano. Su partida sorprendió a sus amigos, ya que ellos no sabían que ella se marcharía.
Un año después, recibió una llamada de su hermano, quien le dijo que la necesitaba en su estación en Chicago. Extrañando a su hermano, Alanis aceptó la oportunidad de unirse a la estación y ayudar al teniente del Escuadrón, Kelly Severide quien era su mejor amigo a superar sus problemas.
