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𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐎 𝐀 𝐂𝐀𝐒𝐀
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Alanis estaba oficialmente de vuelta a lo que consideraba su hogar, la estación 51. Todos la habían recibido con los brazos abiertos, o casi todos. Kelly estaba enojado por la repentina aparición de la chica que consideraba su mejor amiga, la misma chica por la que había empezado a sentir algo unos años atrás y un día, sin decir nada, se largó de la ciudad. Alanis había tratado de acercarse a él y poder hablar y pedirle perdón, pero cada vez que se acercaba al hombre, él se iba del lugar.
—¿Cuánto tiempo fuiste aspirante? — cuestiona Peter a Otis, quien leía su periódico.
—No mucho, solo cuatro años. — el chico lo miró escéptico.
—No puedo creer que no veremos los combates de esta noche. — se queja la bombero.
—Mejor así, porque acabo de enterarme de que luchó contra guantes dorados. — entra su hermano y ella sonríe al verlo.
—Eso fue hace 20 años, jefe. — dice Joe — Debemos grabarlo o algo. Debemos verlo. — el hombre toma unas galletas y observa que el teniente está trabajando en la cocina.
—¿Qué hace el teniente? — cuestiona en susurros a Hermann.
—Dijo que prepararía carne curada el sábado. — el teniente sonríe y saca una gran bandeja del horno — Miren eso.
—Preparó el mejor pollo a la parmesano que he comido. — habla Mouch.
—¿Qué tienes ahí, Cassey? — cuestiona la morena.
—No te preocupes por esto. Llama a todos a comer. — le pide y ella asiente.
La mujer camina buscando a los chicos del escuadrón y los encuentra en la mesa de siempre. — Oigan chicos, Cassey ha cocinado, vengan a comer, ¿sí?
—¿Cassey? — la mujer asiente ante la pregunta del hombre.
Los chicos se levantan y ella se queda tratando de acercarse a Severide y poder hablar con él.
