Hola, señor mayor general

Capítulo 15: Siguiendo la vid para encontrar el melón (3)

El sonido de pasos corriendo llenó los pasillos del Fortune Palace. Los rezagados que aún no habían abandonado las habitaciones privadas estaban confundidos. ¿Que esta pasando?

Antes de que el personal tuviera tiempo de reaccionar, los policías con máscaras completas abrieron las puertas de las habitaciones privadas de una patada, con las armas listas.

La luz se precipitó hacia las habitaciones oscuras.

Los ocupantes habían estado allí toda la noche. Con la repentina luz brillante que entraba, cerraron los ojos por reflejo; sus cerebros eran demasiado lentos y embotados para entender lo que estaba pasando.

No se trataba de policías corrientes: eran la Fuerza de Tareas Especial, equipada no solo con armas sino también con cámaras. Un oficial inmediatamente comenzó a tomar fotos de todos en la habitación privada.

"¡Policía! ¡Esto es una redada! Usted tiene derecho a permanecer en silencio. Todo lo que diga puede y será usado en su contra en un tribunal de justicia. ¡Ahora pon tus manos sobre tu cabeza y agáchate en la esquina! "

"¡No te muevas! ¡Corre y dispararemos! "

Sonó un disparo. Un hombre que había estado a punto de salir disparado hacia la puerta se arrodilló de inmediato en el suelo con las manos en la cabeza, temblando de miedo.

Feng Yixi, con la mente completamente confusa, todavía estaba debajo de una pila de hombres y una mujer policía tuvo que sacarlos de ellos. Ella solo tenía puesta su blusa y estaba totalmente desnuda desde la cintura hacia abajo. Su ropa interior no se ve por ningún lado.

"¡Grupo libertino!" [1] Un policía escupió con desprecio. "¿Dónde está tu identificación?"

"¿Oh? ¿También has inhalado drogas? ¿Qué es esto?" Otro oficial encontró un poco de polvo blanco en el sofá y en la mesa redonda de la habitación, y estaba metiendo la sustancia en una bolsa de plástico para pruebas con las manos enguantadas.

"¿Metanfetamina de cristal? No puedo esperar para poner un pie en la tumba, ¿eh? ¡Lléveselos!"

Feng Yixi acababa de recuperar sus sentidos y ahora miraba a su alrededor con miedo y desconcierto. De repente, sintió una sensación de brisa debajo de su cintura. Ella miró hacia abajo e inmediatamente gritó mientras se cubría. Con lágrimas corriendo por su rostro por la repentina vergüenza y angustia que sintió, preguntó con voz estridente: "¿Dónde está mi falda? ¿Dónde está? ¡Déjame ponerme la falda! "

Una mujer policía con una máscara completa miró a su alrededor y encontró un montón de trapos rotos que parecía que alguna vez pudo haber sido una minifalda. Los recogió con su batuta y se los mostró a Feng Yixi. "¿Esta es tu falda?"

Feng Yixi agarró los trapos y se cubrió la parte inferior del cuerpo con ellos. Ella tartamudeó, "¿Q-qué está pasando? ¡Quiero ver a mi abogado! "

"Verá bien a su abogado, cuando paguen su fianza en la estación". Con eso, la mujer policía ordenó a todos que se pusieran en fila, con las manos en los hombros de la persona que tenían delante. Luego se marcharon, saludando el día con apariencias aturdidas y despeinadas.

El primo de Feng Yixi estaba completamente inconsciente, borracho de su mente. No tenía ni un solo jirón de ropa, ni siquiera su ropa interior. Fue el único al que tuvieron que sacar en camilla porque los policías no lograron que se parara sobre sus dos pies.

Para cuando la policía antidisturbios hizo marchar al patético grupo fuera del edificio, ya se había formado una multitud de espectadores curiosos afuera.