Revolution

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Malin observó a Wilhelm entrar a la casa de Simón, el príncipe les mando un mensaje diciéndoles que se fueran, ninguno quería irse era su deber proteger al príncipe, pero después decidieron irse, comieron en el trayecto de la casa de Simon y Hillerska, cuando llegaron se encontraron con la reina, con una rápido reverencia y un saludo, todo empezó arder.

—¿Donde está mi hijo?— pregunto Kristina

—No lo se, su alteza, cuando llamamos para despertarlo no estaba ahí— respondió Kalevi¹ —Buscamos en la casa del joven Simón pero tampoco estaba ahí regresamos para ver si ya había regresado.

—Sigan buscando a mi hijo, debemos hablar de la estupidez que hizo— dijo Kristina, antes de llamar al chófer —Tu llévame a la casa de ese chico.

Cuando la reina se subió al auto, Kalevi le mandó un mensaje a Wilhelm sobre que su madre iba en camino a donde estaban y que había mentido de que no estaba ahí.

—No debiste mentirle a la reina— dijo Malin

—No, pero mi lealtad al futuro rey es mayor— respondió Kalevi —Aparte están tan enamorados el uno del otro y es tan tierno

—Nos contrartan para proteger al príncipe no para opinar — menciono Malin

—Pero proteger sus sentimientos también es protegerlo a el — dijo Kalevi tratando de ganar la conversación.

—Será un buen rey— dijo Malin cortando la conversación.

Wilhelm estaba en los brazos de Simón cuando llego el mensaje de su guardaespaldas, Simón leyó sobre su hombro y le dijo que le diría a Linda que Wilhelm no estaba ahí. Tan pronto como Simón se fue, sintió que no podía respirar, Wilhelm abrió la ventana de la habitación de Simon, trato de tomar aire pero solo sentía como si estuviera debajo del mar, sus pulmones llenos de agua que ardía demasiado, su mano subió a su pecho, mientras escondía su cabeza entre sus rodillas, Wilhelm podía escuchar las voces de su mente, murmurando cosas, arrastrándolo a la oscuridad

'Tu me dijiste que fuera rápido, ahora estoy muerto por tu culpa'

Wilhelm reconoció la voz, era Erick y tenía razón era su culpa.

'Eres una decepción pero eres el único que puede reemplazar a Erick'

La voz de su madre siguió atormentando, Wilhelm sabía que tenía razón el no era perfecto como Erick, el no era Erick y sus padres lo odiaban por eso.

'Te odio'

Eso fue lo que más lo rompió, era Simón, Simón tenía razones para odiarlo, no lo merecía, Simo era perfecto y Wilhelm arruinó su vida.

Wilhelm quiso arrastrarse a la oscuridad y no quería volver la luz, una voz lejana seguía diciéndole que respirara, Wilhelm quería hundirse pero también quería nadar a la voz, solo nadó cuando sintió a alguien abrazando y arrullandolo. Wilhelm volvió a ver la luz, pero ese mar se convirtió en la habitación familiar de Simón.

—¿Estas bien?— pregunto Simón acariciando el cabello de Wilhelm

—Lo siento— murmuró Wilhelm en el pecho de Simón

—Willie, no hay nada de que disculparte— dijo Simón creando una corta distancia sin dejar de separse para ver a Wilhelm

—Arruine tu vida— dijo Wilhelm —Tienes todo derecho de odiarme y no entiendo porque me diste otra oportunidad...

—Lo hice porque te amo— Simón corto a Wilhelm —Y nunca podría odiarte, incluso si quisiera, que no quiero.

Simón sostuvo el rostro de Wilhelm entre sus manos, acarició sus mejilla con adoración, quitando las lágrimas que seguían cayéndose los ojos del príncipe. Simón sabía que Wilhelm estaba roto, claro que lo sabía y sin quererlo, su único propósito fue arreglar pieza por pieza y tenerlo entre sus brazos, desde el campo por fin acepto que estaba jodidamente enamorado del principio, desde su rotura cuando se dio cuenta que seguía buscando a Wilhelm, solo quería que Wilhelm estuviera bien.