PELIGROSA VINDICTA [+21] ✓

CAPITULO 39

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Fraco.

Anastasia.

El hermoso moreno de ojos marrones intensos me da la bienvenida una vez desbloqueo la pantalla de mi IPad. La mirada tan penetrante que tiene no le hace justicia a la magnitud de su sonrisa, tan radiante y perversa como el hombre que tiene la dicha de portarla.

François Moreau.

Francés.

Treinta y un años.

Soltero.

Heredero del imperio Moreau, la cadena de joyería más prestigiosa de Europa.

O eso dice la pagina oficial de la empresa familiar.

¿Pero qué es lo que no quieren que el mundo sepa?

Justo lo que Adriano me envió en el enlace que no dudo en abrir, donde un sinfín de investigaciones cerradas me dan el recibimiento. Los Moreau han usado su negocio durante décadas para lavar el dinero que proviene de las actividades ilícitas en las que se ven involucrados.

Hace un año cuando Louis Moreau murió el negocio pasó a manos de su hijo, el cual no dudó en seguir este año con la tradición familiar al realizar la subasta Fraco, donde las mejores piezas de joyería son exhibidas y vendidas a los mejores postores.

¿Pero que tiene de especial este evento al cual solo las familias más influyentes de España y el mundo se encuentran invitadas?

Simple y sencillo. Es la puerta que te abre paso a codearte con los mejores clientes y socios que alguna vez podrías tener.

No dudo que los Abramov y los Oshiro están invitados. Después de todo, Marcello y yo también lo estamos. Sin embargo, sé que de las medidas que estamos tomando no son necesarias. La celebración tendrá lugar en Palma de Mallorca, una ciudad en la cual ninguno de nosotros tiene poder alguno. Pero François si que lo tiene. Esa ciudad se debe a él y a su familia, y es por ello que es la sede central cada dos décadas de la subasta Fraco.

Los aeropuertos están custodiados al igual que el resto de las entradas, solo un par de nosotros entra sin más que nuestras maletas. A la fiesta no se llevan armas, no se llevan personas de confianza, y aquel que se atreva a desafiar las normas de Moreau, morirá en su territorio.

—¿Quiénes de los tuyos irán?

Levanto la mirada para encontrarme los ojos de Marcello fijos en mí.

Desde que llegó con su gente hace dos días hemos estado organizando todo sin parar. Si bien todo se supone que será calma total, no nos podemos confiar y debemos tener una forma de salir de allí sin algo sale mal.

La subasta es pasado mañana, es por ello que dos o tres de nuestra gente se irán hoy mismo a Mallorca a supervisar las cosas.

—Natalia y Roger —digo, volviendo mi atención a mis archivos—. ¿De los tuyos?