Lucas pov:
la vista del centro de Grecia, nos recibe a varios metros de altura desde el avión, el clima cálido y húmedo ya se puede sentir, la azafata nos indica por los altavoces ponernos el cinturón que ya estábamos por aterrizar las varias horas de viaje se le estaban haciendo incómodas a ari al momento de que tuvo que empezar a caminar por los pasillos con la mano en la espalda por el dolor que estaba sintiendo, bajamos del avión y el sol nos pega directamente en la cara, mis anteojos de sol cubren mis ojos con facilidad, camino con el bolso en mano de ella y dos hombres nos llevan las maletas al auto, el calor me estaba agobiando a minutos de haber salido del avión, tomo su mano para entrar al auto y varias personas nos miran, el viaje pasa rápido, la ventana baja hace que el poco viento que hay refresque de alguna manera mi cara, ari esta del otro lado pegada a la ventana y aunque le dé el viento ella trata de darse un poco más moviendo su mano delante de su cara, su remera simple blanca hace marcar sus pechos y me tienta tocarlos y apretarlos, ella da vuelta su cabeza en mi dirección y me ve con una sonrisa que tanto me gusta-estas bien? mis ojos están aquí -murmura tocando uno de sus ojos con gracia-
-si, lo se pero tus pechos son más lindos que tus ojos -digo sin vergüenza a que el hombre que maneja el auto me escuche, ella abre exageradamente sus ojos y sus mejillas están coloradas, deja de mirarme por unos segundos para luego soltar mi mano y ponerla en su vientre para luego subir sus senos con diversión y darle un apretón, al no llevar sostén sus pezones se ponen erectos como mi miembro al verla, ella sonríe con maldad, su mano pequeña o mejor dicho, su anillo llama mi atención que brilla con el sol. La llegada al hotel se hace pesada al que no nos den la tarjeta de la habitación, estuvimos esperando dos horas solo por la puta tarjeta porque a los hombres preferían ir a comer en vez de perder cinco minutos en darse la vuelta para agarrar la tarjeta, al entrar a la habitación el aire fresco de las ventanas nos recibe con calidez, esta todo ordenado y con aroma a vainilla, clásica de hoteles, las maletas las dejan en la habitación y le doy dos billetes a cada hombre que las trajo.
La tarde pasa rápido entre venir de aquí para allá acomodando un poco la ropa que usaríamos por cuatro días, en la noche salimos en dirección al area del restaurante y entramos sin problema alguno, me quedo sentado mientras espero a ari que esta en el baño aunque ya está tardando mucho y me estoy por levantar e ir a buscarla pero me frenan dos mujeres de no menos de veinticinco años, rubias y con buenos atributos, que a decir verdad tienen más de lo que mi mujer tiene, pero no me llaman la atención-disculpen las ayudo en algo? -digo alzando mi mirada ya que estoy sentado
-estas solo? -murmura una de ellas dos-
-si y si me disculpan estoy esperando a mi esposa, así que se pueden retirar que estoy bien
-ellas se miran entre sí para luego quedarse en su lugar- podemos darte más que lo que ella te puede dar
-disculpa? eso es muy irrespetuoso de tu parte, les vuelvo a repetir, váyanse -mi mirada de seguro está seria con mi mandíbula apretada del enojo y si ari estuviera aquí, esto no me estaría pasando, me levanto tomando el teléfono que estaba en la mesa y me dirijo hacia el baño de mujeres, golpeó la puerta antes de entrar y cuatro mujeres que están delante del gran espejo dan un grito al ver mi presencia y voy golpeando cada pequeña puerta con ansia-ari estas aquí? -hablo cuando ya voy por la segunda puerta y voy abriendo cada puerta que está vacía
-si aquí -me responde ella al llegar a la última puerta- no entres, ya salgo
-un suspiro sale de mis labios y me apoyo en la pared- bien
Mis ojos de seguro se iluminan al verla, y la beso, la sensación de calidez y felicidad de hace dueña de mi cuerpo al verla, también la abrazo porque a pesar de haberla visto hace unos quince minutos atrás ya estaba comenzando a extrañarla, se lava las manos y se retoca el labial un poco más antes de salir, mis ojos miran sus senos en el espejo en todo segundo, el vestido negro que se puso apretaba sus pechos haciéndolos el centro de atención, están más grandes que cuando la conocí, a poco más de un mes de llegar a dar a luz a nuestros dos bebés, ella está bien, tal vez con un poco de náuseas pero bien, mi mirada baja a su trasero, que está mejor de lo que recordaba, una puntada aparece en mi miembro al excitarme en mi cabeza al imaginarme todas las cosas que podría llegar a hacer si trabó la puerta, la apoyó en el lavamanos y le subo el vestido, el lugar ahora está vacío, la luz es baja, apenas ilumina, ella me mira sobre su hombro para luego darse la vuelta completa-se lo que estás pensando -dice leyendome la mente- pero no pasará -acorta sus pasos hacia mi sonriendo, se pone de puntas para besarme aún cuando tiene zapatos altos, mi mano aprieta su cintura y trato de hacer el corto beso para no hacer el clima más intenso, salimos de la mano y vamos hacia la mesa nuevamente, la gente nos mira pero los ignoro, deseando decirles que yo también quería hacer lo que tenía en mente, ella se siente en frente mío con dificultad, le acerco la silla un poco más a la mesa y luego me siento, dos mozos vienen a tomar nuestra orden y minutos después vuelven con nuestra comida, la noche pasa en tranquilidad, nos vamos dos horas después de haber llegado, ari se acuesta inmediatamente en la cama y yo voy al baño, cierro la puerta y desabotono mi pantalón bajo mi bóxer, mi erección llega hasta un poco más de mi ombligo, muevo mi mano con apuro de calmar la tensión que tengo, muerdo mi labio inferior para ahogar mis gemidos aún con una mano en mi miembro, voy a la ducha y abro el agua fría, toda la ropa incluyendo mis zapatos están por todos lados, y aunque ahora no hace tanto calor el agua fría parece
empezar a calmarme, mi mano se mueve sin cesar por mi miembro, intento calmarme y dejar que mis malos pensamientos se vayan de mi cabeza, me quedo ahí unos varios minutos para luego salir e ir a la habitación, tomo un bóxer negro y me acuesto junto a ari que ya está dormida y sin el vestido, ahora parece tener una remera blanca mía, ella nota mi presencia y me abraza sin decir nada, cierro mis ojos y por más que quiera no puedo dormir
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daddy
Teen Fictionbebé tu eres mía y para que sepan que eres mía debo marcarte -uno nuestras bocas en un beso salvaje, nuestras lenguas se juntan haciéndome probar su sabor- -jadeo de placer- marcame donde quieras papi yo soy tuya, todo mi cuerpo es tuyo...