Parte 1

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Lisa POV

Estaba segura de que el portazo que había soltado se había escuchado hasta la oficina del imbecil de Jiyong y espero, muy dentro de mi ser, que haya sido así. Que sepa que yo no soy como las demás que se dedican, además de limpiar mesas y vasos, a lamerle las bolas.

Resoplando con hastío, me acomodé mi chaqueta de cuero para luego meter las manos en los bolsillos internos de la sudadera que llevaba debajo de esta. Hacía más frío que el que seguro había en el corazón de mi ex. Estaba en esa época del invierno donde empezaba a odiarlo, y eso que yo era una amante del frío a morir.

Sin acordarme que tenía los lentes puestos, resoplé después de colocarme mi mascarilla, de tal manera que los empañé. Detuve mi andar sobre ese solitario callejón que daba hacia la parte trasera del bar donde trabajaba, para limpiarlos. Mientras limpiaba mis lentes, tenía lugar, a su vez, mi sesión de autocompasión diaria.

Me repetía una y mil veces a mi misma que necesitaba el trabajo, la carrera de producción no se pagaba sola y además, quería comprarme un sintetizador nuevo. Debía trabajar en algunas mezclas para mi proyecto de final de semestre. Y es aquí donde me dedico a criticar a esas personas que piensan que estudiar carreras relacionadas con la música y el arte en general es fácil. Ya quisiera verlos hacer un sample y con esa base, crear mil mezclas más sin que se note que se utiliza la misma.

Un ruidito me sacó de mi terapia interior y me hizo mirar hacia los lados. A los segundos me di cuenta de que nunca vería nada porque no tenía mis lentes puestos. Ay, Lisa, a veces pareciera que tuvieras la cabeza en el culo. Me reí ante mi propia broma interior y seguí buscando la fuente de ese ruidito, el cual ahora se había convertido en algo parecido a ¿jadeos?

Barrí el callejón con mi mirada hasta que enfoqué, en el fondo, a una figura menuda sentada en el suelo, apoyada contra la pared del edificio vecino al bar.

Entrecerre mis ojos, tratando de distinguir mejor que era aquello pero fue inútil. Si de día no veía una mierda de lejos, ¿que me hacía pensar que de noche sí? Lo dicho, la cabeza la tengo en el culo.

Decidí acercarme con cautela puesto que si era algún animal o algo así, podría estar preparada para salir corriendo.

Mientras me fui acercando, me di cuenta que era una chica. Llevaba un vestido negro, ajustado a su figura, el cual se encontraba subido hasta mucho más arriba de sus muslos, seguro producto de la forma en la que estaba sentada.

Al menos estaba abrigada por una gabardina gruesa de color negro, iba descalza y rápidamente divisé sus tacones a un lado.

Carraspeé un poco antes de hablar, lo cual hizo que sacara su cabeza de entre sus piernas. Podrá sonar un tanto cliché pero no les miento, al chocar sus oscuros ojos con los míos, dejé de respirar y me sentí algo extraña. Como si una corriente me hubiese recorrido las extremidades. Era una chica hermosa, en todo el sentido de la palabra, en demasía. Ojos rasgados que la hacían parecer un pequeño gatito, labios ligeramente abultados y no sé por qué encontraba tan atractivo el pequeño lunar que tenía debajo de la ceja. Definitivamente, esta era la chica más hermosa con la que me había topado en muchísimo tiempo y también la más drogada.

-Hola... ¿Estás bien? - Me animé a preguntar. Continuó mirandome tan fijamente como si tuviera que grabarse mi rostro de memoria. La observé entre abrir la boca y lo que salió de ella me sorprendió tanto. Este día no había comenzado nada bien pero iba en camino a convertirse en algo digno de contarle a mis nietos.

-¿Eres alguna paparazzi? - Preguntó con un tono sorprendentemente firme para una persona que iba así de drogada.

-¿Perdón?-Respondí al salir de mi estupor momentáneo.

Behind The Scenes.	| JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora