Ya era ese día del mes en el que Shen Qingqui regresaba a la montaña Cang Qiong para atender sus asuntos como señor de pico. Esta vez, Luo Binghe no fue con él, pues así como su maestro también tenía asuntos que atender en el reino de los demonios. Aunque eso no evitó que aquel discípulo llorara o que hiciera un berrinche porque iba a estar lejos de su shizun por unos cuantos días. Solo Shen Qingqiu prometió regresar lo más pronto posible.Una vez que llegó a la casita de bambú, sus discípulos Ning Yingyi y Ming Fang se acercaron a saludar y a dar los pormenores para la reunión de los señores de pico. No es que odiara esas reuniones pero a veces solo eran de lo más largas o sin sentido alguno. Esas cosas le hacían recordar el porque no quería trabajar en su antigua vida, quien diría entonces que su vida se resumiría siendo, aún así, responsable de toda una secta.
-Shizun. -Habló su discípula. -¿Cómo está A-Luo? Creí que vendría con usted. -Yingyi siempre hacía la misma pregunta cada vez que no veía a Luo Binghe. Por alguna razón siempre estaba interesada en cómo iba su vida matrimonial. Eso le parecía gracioso y adorable a Shen Qingqiu, nunca se podía resistir a responderle o contarle. De cierta manera, también le hacía bien contar ciertas cosas a alguien más.
-Se encuentra bien. Tiene asuntos que atender así como yo. Espero que no estén descuidando su entrenamiento mientras me encuentro ausente.
-No para nada Shizun. -Se sentó junto a él en la mesa y le sirvió un poco de té. -Shizun, de verdad espero que todo esté en orden en su relación y me alegra verlo bien. Sin embargo, espero de verdad que en esta conferencia Lui Shishu no venga a verlo, no sería algo que a Luo le agrade mucho si no está aquí a su lado.
Shen Qingqiu se quedó extrañado por la advertencia de Yingyi. Sabía perfectamente que ella y Binghe se llevaban muy bien y en ocasiones, cuando visitaban el pico Qing Jing ambos salían a caminar o simplemente tomar el té. Parecían de esas "amigas" que disfrutaban el chisme, pero de verdad no entendía a que venía en la conversación Liu Qingge.
-Gracias por recordarmelo. Debo pasar al pico Bai Zhan un momento -Shen dejó a un lado la taza de té y se levantó de su asiento rápidamente.
Yingyi quiso detenerlo y al mismo tiempo maldijo sus labios al mencionar a su tío marcial. No pudo decir nada más y su maestro ya había salido de la casa de bambú. Binghe seguramente le reclamaría en su próxima visita.
Prefirió ignorar lo que dijo su discípula y no darle tanta importancia. No podía dejar de visitar a Liu Qingge cada que iba. Disfrutaba de sus cortas conversaciones, aunque muchas veces el temperamento de su Shidi lo superaba lo consideraba un amigo cercano y le agradaba verlo.
Como era costumbre aún en el pico Bai Zhan se corría rápidamente la voz cada que él se encontraba de visita así que era normal encontrar que todo estaba preparado para su llegada.
-Liu Shidi debería nombrar más discípulos. Así tendría más ayuda con asuntos sencillos como recibir a sus invitados.
-Y tú deberías dejar de venir con ese monstruoso discípulo tuyo. ¿Hoy te dejo venir solo? - Como era costumbre, ya se estaban sentando en la mesa donde acostumbraban a tomar té. -Es raro que no esté aquí afuera esperándote.
-Estaba ocupado. Y no tiene nada de malo que venga solo de vez en cuando. ¿Preferirías que estuviera aquí haciendo incómoda la conversación? -abrió su abanico y lo usó para esconder una pequeña carcajada- ¿Cómo han estado las cosas en la secta? ¿Algo de lo que deba estar enterado?
-Tienes razón, siempre es mejor cuando no está. -Dió un largo suspiro y luego sirvió el té. -Nada nuevo en realidad, más que ese tonto de Shang Qinghua también trae de vez en cuando a ese demonio de hielo. -Le pasó la taza. -Esta reunión será para prepararnos para la próxima conferencia inmortal. Por favor intenta no quedarte dormido esta vez. -Lo miró con seriedad. -Es poco común que pierdas el interés tan pronto en las reuniones. Como si solo desearás salir y ponerte a tontear con ese discípulo tuyo.
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El dulce y orgulloso amor no correspondido de Liu Qingge
Fiksi PenggemarEl hermano pepino en ciertas ocasiones es de lo más astuto e inteligente de lo que cualquiera se pueda imaginar. Pero cuando se trata de relaciones interpersonales, a veces ni siquiera nota lo que tiene frente a sus narices. Liu Qingge siempre ha e...