C18 • ¡No Más!

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Ellas dos se pertenecían, destinadas a estar juntas desde aquel instante en ese paraíso tropical cuando sus miradas se conectaron por primera vez.

El compromiso con Martín había terminado, y aunque Fernanda ahora estaba libre para vivir su relación con Alyssa, y eso las hacia extremadamente felices, había un problema mas por resolver.  Don Fausto, su padre.  Cuando se enterara Fernanda estaba segura que se opondría rotundamente a que estuvieran juntas, pero ella estaba decidida mas que nunca a luchar por su amor.

Adentro de esa habitación, los besos y las caricias entre ellas subían poco a poco de intensidad.  La suavidad de sus labios, esas pequeñas mordidas, el roce de sus lenguas, las derretía de amor.  La respiración se volvió agitada, pulsos acelerados, las dos soltando esos pequeños gemidos de placer,  y ya no se pudieron aguantar mas.  Necesitaban sentirse y adorarse plenamente como solo ellas sabían hacerlo.

Ayudándose una a la otra, se liberaron de toda prenda hasta quedar completamente desnudas. Fernanda fue directamente a esos senos de Alyssa que tanto adoraba, besando, acariciando uno y luego el otro, hasta prenderse de uno, succionando suavemente. Alyssa soltó un gemido, y tomándola del pelo reclamó sus labios en un beso apasionado, bajando sus manos tomando los senos de Fernanda, apretando y jugando con sus pezones entre sus dedos hasta endurecerlos.

Te amo, te amo tanto mi Fer bonitasusurró contra sus labios al separarse.

Y yo a ti mi vida, mi hermosa capitana..

Las dos sonreían enamoradas, sus miradas conectadas, y sus manos bajaron al mismo tiempo a ese punto de placer de la otra, acariciando suave esas intimidades repletas de deseo. 

Sus caderas se movían por instinto, los gemidos extasiados de ambas inundaban esa habitación, volviéndose más fuertes cuando dedos invadieron sus cuerpos brindando más placer.

Necesitando más contacto con su amada, Alyssa se acomodó sobre Fernanda, con sus feminidades conectadas, ese roce único, mágico, las enloquecía, y movían sus caderas cada vez más rápido, sus piernas abriéndose más, sus cuerpos sudando.  Ambas sentían que ese momento se acercaba cada vez más, y Fernanda tomó a Alyssa de la cadera, guiando sus movimientos, hasta que con un grito de placer ambas estallaron, alcanzando las estrellas.

Alyssa cayó exhausta al lado de Fernanda, y ambas se abrazaron, dándose pequeños besos y caricias.

¿Ahora que procede, mi bella capitana?preguntó Fernanda después de un rato en un silencio cómodo donde los apapachos no faltaban.

Hmm.  Pues.. tengo unos días libres.  Tenemos tiempo para decidir qué hacer con nuestras vidas.  Solo sé que no te pienso dejar ir de nuevo ojitos lindos Dijo abrazándola fuerte.

Yo necesito hablar con papá..

Ese comentario me trae memorias.

A mi también..mordió su labio pensativa Se que estará furioso.  Pero lo nuestro está sobre todo.

Mi vida.. no quisiera causarte problemas.

Usted solo me causa felicidad Dijo Fer acariciando su pelo, mirándola a los ojos.  Por ella, por Alyssa, estaba dispuesta a todo.

𝓟𝓻𝓸𝓶𝓮𝓼𝓪𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora