Fernanda no podía parar de temblar. Despues de tantos años logró enfrentarse a su padre, y rompió con las cadenas que la ataban a ese hombre controlador. Se sentia libre pero al mismo tiempo con un gran temor.
Temor a lo desconocido, a que sería ahora de su vida. Pero la presencia de ella, de Alyssa, le daba el valor necesario para enfrentarlo todo.
— Me siento tan orgullosa de ti amor — Le dijo Alyssa al subir al taxi, abrazándola fuertemente. Su coche, que estaba a nombre de su papá, lo había dejado atrás, las llaves junto con las del departamento se las entregó a la secretaria de Fausto. No quería deberle nada ya.
— Me siento tan liberada.. ¡pero ahora no se que hacer! Tengo miedo mi amor.. — Fernanda recargó su cabeza en su hombro y Alyssa acarició su pelo.
— No hay nada que temer mi vida.. ahora puedes hacer lo que te haga feliz, lo que te dicte tu corazón.. y en cuestión de dinero no te preocupes, yo puedo..
— No, amor. En ese aspecto estaré bien.. mis tarjetas de crédito y todo lo demás está a nombre de papá.. siempre controlaba todo. Pero no soy tan tonta. Mamá me dejó algo de dinero cuando falleció, y parte de mis ganancias en todos estos años lo he estado guardando en una cuenta secreta.
— Muy bien por ti bonita. Todo en esta vida tiene solución... además..
— ¿Qué pasa?
— Además te tengo una sorpresa en República Dominicana cuando regresemos después del siguiente crucero.. por que te vas conmigo, ¿cierto?
— ¡Por supuesto! De mi hermosa capitana no me separo jamás.
Alyssa sonrió y tomándola de rostro la besó suavemente. Rato después llegaron al departamento de Lina, donde se quedarían un par de días mientras que pensaban cómo proceder.
— No lo puedo creer. Por fin te le enfrentaste al tirano ese. ¡Estoy tan orgullosa de ti amiguis! — Lina la abrazó con emoción.
Aunque el padre de Lina era algo estricto con ella también, su amiga tuvo mucha más libertad toda su vida, y seguir en el negocio del tabaco fue su propia decisión.
— Es lo mismo que dije yo. Mi Fer bonita es una valiente. — comentó Alyssa uniéndose al abrazo, y Fernanda se sentía tan feliz en ese momento con el apoyo de las dos mujeres más importantes en su vida.
— ¡No saben cuanto las quiero! Gracias por todo, y Lina.. gracias por permitirnos quedarnos contigo.
— Ay, tontita, nada que agradecer. Somos familia, ¿o no? Quédense todo el tiempo necesario.
El siguiente crucero de Alyssa zarparía en un unos días, y en ese tiempo Fernanda no dejaba de pensar que hacer con su futuro. Administración era su fuerte, y quería emprender un negocio, pero a la vez no quería separarse de Alyssa ni un momento, fueron tantos los años separadas que ya no concebía su vida sin ella.
Pronto una idea se formó en su mente, y un par de días después cuando se encontraban solas en el departamento decidió compartirla con Alyssa. Las dos estaban sentadas en el sofá escuchando música, dándose pequeños besos y mimos.
— Amor.. creo que tengo una idea de que hacer con mi futuro.. — Dijo Fer después de un rato.
— ¿Tan pronto? ¡Qué bien! A ver, cuéntame.
— Pues.. no se que pienses.. de que te acompañe en tus cruceros..
— Corazón.. — la tomó del rostro suave — nada me hace más feliz que tenerte a mi lado. Siempre. Nunca lo olvides.
— Te amo Alyssa.. — suspiró Fernanda.
— Y yo a ti, Fer bonita.
Fernanda sonrió y tomándola del pelo la besó, suave, llena de adoración por su hermosa capitana.
— Bueno — dijo riéndose al separarse — mi idea era quizá con el dinero que tengo guardado, invertirlo y abrir una agencia de viajes.. trabajar remotamente y pasar el mayor tiempo al lado de mi capitana bella. ¿Qué te parece? — preguntó mordiéndose el labio nerviosa.
— Me parece una idea genial. Podrías tener tu propia oficina en Su Majestad, y basar la agencia en Santo Domingo. ¡Ay, me encanta la idea hermosa!
Las dos soltaron grititos y risas de emoción, y Alyssa se subió arriba de Fernanda a horcajadas. Fernanda acarició su mejilla, adorando esa tierna sonrisa que Alyssa le regalaba y que le provocaba tanta paz, tanto amor.. tantos deseos..
— Tu amor me da el valor de ver al mundo de distinta manera, de luchar por mis propios sueños.. de ser feliz. — susurró Fernanda corriendo sus dedos por el rubio pelo de Alyssa.
— Es lo que mereces mi vida. Todo el amor.. toda la felicidad. Yo me siento igual al estar contigo.. puedo imaginarme una vida más allá del trabajo.
— ¿Y qué es lo que imaginas?
— Tú a mi lado.. en mi isla hermosa.. y teniendo una familia.. — el rostro de Alyssa se iluminó — sabes, nunca pensé que llegaría a tener una familia. Después de ti no me volví a fijar en nadie.. pero ahora que estamos juntas..
— ¿Quieres una familia conmigo? — preguntó Fernanda sonriendo al imaginárselo — ¿Te refieres a..?
— ¡Bebitos! Tuyos y míos.. ¿No sería divino? ¿Qué piensas?
— Yo tampoco me imaginaba mi vida con hijos.. pero debo admitir que contigo.. contigo lo quiero todo, un hogar, una familia, bebitos.. ¡hagámoslo!
— ¿Si? ¡Ayy te adoro mi vida! — contestó Alyssa riendo esa risa hermosa que mataba de amor a Fernanda.
Besándose nuevamente, expresando con caricias lo que sus corazones sentían, se entregaron al amor. Y esperando por ellas se encontraba un futuro lleno de promesas, de sueños por cumplir, y un amor desmedido.