22. Donde Mai Uchiha no puede seguirlo negando

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Mai no podía creer lo rápido que se había pasado aquel mes, el día del tercer y último examen había llegado al fin

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Mai no podía creer lo rápido que se había pasado aquel mes, el día del tercer y último examen había llegado al fin. Esa mañana Mai se cuestionaba si realmente quería o necesitaba el puesto de chunin, especialmente al notar que su cama se sentía más cómoda y cálida que de costumbre, por lo que estuvo a punto de volver a dormir, solo para recordar todo el tiempo y esfuerzo que había dedicado durante las últimas semanas a su entrenamiento, y no solo ella, sino su sensei, pero lo que la terminó convenciendo de levantarse esa mañana decidida a dar lo mejor de si, fue el recuerdo de sus padres.

Se imaginaba un mundo distinto, en que su madre la despertaba dando suaves caricias en su cabello, diciéndole que debía levantarse a tomar desayuno, y así poder estar lista para la competencia. Se imaginaba a si misma caminando por los pasillos de su antiguo hogar hasta llegar al comedor, donde su madre ya tendría todo listo, frente a ella, estaría su padre, quien al sentirla llegar le daría una gran sonrisa, para luego indicarle con la mano que tome su asiento junto a Sasuke, el cual bufaría antes de quejarse por lo mucho que se había demorado en levantarse, a lo que Mai solo rodaría los ojos y se burlaría de cabello, para luego mirar frente a ella, donde su amado Tachi estaría negando con una sonrisa ante el comportamiento infantil de los gemelos, y aquella imagen le dio una enorme paz.

Sin embargo, cuando Mai llegó al comedor, la realidad la golpeó, aquel no era el comedor de su casa en el clan Uchiha, y no había ningún rastro de su padre y su madre, tampoco de Itachi, pues tal como la realidad le recordó, el ultimo había matado a los dos primeros, y a todo su clan, sin ninguna piedad, a excepción de ella y Sasuke.

Rápidamente se dirigió a la habitación de su hermano, pues si no se levantaba llegarían tarde, pero se sorprendió al  notar que no había ningún rastro de su hermano. No puedo creer que se haya ido sin mi, baka, pensó Mai rodando los ojos y dirigiéndose a la cocina para poder comer algo antes de la competencia, el suyo era el quinto encuentro, por lo que debía comer bien si no quería perder por falta de chakra y energía.

Cuando ya estaba casi lista para irse, unos fuertes y rápidos golpes se escucharon en su puerta, y se preguntaba que quien podría ser en un día como ese, y al ver como los golpes no cesaban, se dirigió bastante molesta a ver quién estaba del otro lado.

"¡MAI!" Gritó enérgicamente Suki abrazando a Mai con toda su fuerza, la cual era bastante, dejando a la chica bastante sorprendida.

"¿S-Suki?" preguntó Mai volviendo en si mientras una pequeña sonrisa se acomodaba en su rostro al mismo tiempo que le devolvía el abrazo a su amiga ignorando el ligero dolor que sentía por el fuerte abrazo "¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar de camino al estadio?"

Suki se separó de ella antes de responder.

"Pues si... pero no te he visto en casi un mes, y quería verte antes de que llegáramos allá, después de todo con tanta gente no iba a poder saludarte como quería" a Mai la llenó una cálida sensación ante aquel gesto por parte de Suki, y a continuación se puso sus zapatos, su banda ninja y su estuche de shurikens para luego ambas comenzar a caminar, mientras Suki le contaba todo acerca de su viaje con su madre.

(1) PROBLEMÁTICA [Shikamaru Nara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora