𝐀 𝐆 𝐑 𝐎 𝐃 𝐎 𝐋 𝐂 𝐄 | 𝘎𝘢𝘮𝘣𝘪𝘯𝘰 𝘉𝘳𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳𝘴 「✔」

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Carlo le había solicitado en el KeRule, desconocía el motivo y sólo esperaba que no fuera para meterle unos buenos putazos.

Condujo hasta ahí con total calma. Creía que nada podía arruinarle su día, después de todo estaba en cierta parte emocionado, pues hoy era la cena pendiente con Toni.

Aparcó el auto y bajó de el, entrando al local luego de cerrar bien el coche.

Saludó a José quien estaba en la caja atendiendo a los clientes que ahí habían. Esperó un poco apartado a que todos se marcharan para poder hablar con el moreno, se acercó cuando esto pasó.

─ buenas, José ─saludó recargándose en el mostrador.

─ ¿qué pasa, ________? ─

─ ¿no sabrás si Carlo está aquí? ─

─ sí, está en el almacén ─dijo señalando a la puerta que conduce a dicho lugar privado del local.

─ vale, gracias. ─

El mencionado asintió y el mexicano caminó al almacén. Tocó la puerta esperando a que el Gambino le recibiera.
Al poco rato el rubio cenizo le abrió dejando que pasara.

─ ¿para qué me necesitas, Carlo? ─

─ ¿qué traes con mi hermano? ─preguntó directamente dejando descolocado al mayor.

─ ¿de qué hablas? ─

─ no trates de verme la cara de idiota, sé que se van a ver esta noche. ─

─ eres un sobreprotector, y sí, iremos a cenar, nada más. Relájate. ─

Se cruzó de brazos mirándolo con el ceño fruncido─ me da igual con quien vaya Toni, tanto como si es el abogado de mierda o el chino. ─

─ ¿entonces cuál es el objetivo de esto? ¿Yo que tengo que ver? ─

De una manera inesperada que le puso nervioso, Carlo le tomó de la corbata roja que llevaba consigo ese día, jalándolo hacia él quedando frente a frente.

─ que me perteneces, Gómez. A mi y a nadie más ─dijo con total seriedad.

Un casi imperceptible sonrojo se posó en las mejillas del pelinegro. ¿Qué le pasaba?

─ ¿e-estás bien, Carlo? ─pregunta nervioso por la cercanía.

─ por supuesto. ─

Le soltó dejando que ________ se enderezara, arreglando su corbata.

─ creo que me he perdido, ¿cómo que te pertenezco? A ver, no soy ningún empleado tuyo eh. ─

El italiano rodó los ojos, era igual de lento que Salinas─ ¿de verdad tengo que explicártelo? ─

─ por favor. ─

Se le acercó de cierta manera peligrosa, haciendo que ________ por inercia retrocediera hasta chocar con la puerta. Estaba confundido y nervioso.
Carlo sin tener una pizca de titubeo ni pena pasó sus brazos por el cuello del más alto ─por sólo un par de centímetros, debo decir─ para atraerlo hacia él y juntar sus labios sin mucha sutileza. Gómez abrió los ojos con sorpresa, claro, esperaba cualquier cosa menos un beso de parte del Gambino menor.

Pocos segundos después cedió al beso, correspondiendo con la misma rudeza. Con una mano sosteniéndole de la nuca para profundizar el beso y la otra en su cintura lo fue guiando al sofá que estaba a unos pocos metros detrás de ellos.
Lo bueno es que José no podría entrar a menos que Carlo le dé permiso.