Se sentía totalmente confundido, más de lo que últimamente ha estado. Podía incluso sentirse un poco mal, sentía que se estaba aprovechando de toda esta situación, inconscientemente haciéndole caso a Raúl.
Desde su lugar podía ver como Toni dormía plácidamente, su rubio cabello esparcido sobre la almohada y las diversas marcas rojas sobre su cuello y clavícula, incluso algunas por el pecho. Tenía cortos recuerdos, un poco borrosos debido a la considerable cantidad de alcohol que había tomado esa noche.
Entre esos vagos recuerdos está el italiano de su lado gimiendo su nombre debido a las rápidas y certeras estocadas que recibía. El calor subió a su rostro haciéndolo sentir nervioso y avergonzado, en un principio quería llevar todo con calma y no que de un momento a otro terminara con el mayor de los Gambino en su cama descansando de una posible buena sesión de sexo. Se sentía un cerdo.
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» El beso que había comenzado tranquilo y dulce, demostrando cariño, aprecio y amor, se había vuelto en uno más profundo.
Toni había pasado de estar sentado a su lado en el sofá a estarlo en sus piernas acariciando su nuca y jugando con los cabellos de la misma zona. ________ acariciaba con gentileza la cadera del más bajo por encima de la ─posiblemente─ costosa ropa. Sus lenguas llevaban una amistosa batalla buscando ser el dominante y ganador, llevándose dicho premio el mexicano, que después de la victoria mordió el labio inferior del italiano.
─ ¿quieres hacer esto? ─
─ créeme que estaré encantado, ________. No puedes dar marcha atrás ─movió sus caderas haciendo que ambas entrepiernas rozaran entre sí, generándoles un jadeo. «
Se levantó de la cama. Luego de ponerse su ropa interior que estaba en el suelo y un pantalón de pijama que había dejado botado la mañana anterior, fue a buscar un vaso de agua, tenía una sed increíble además del dolor de cabeza por culpa de la cruda.
