↷✦; 𝒐 𝒄 𝒉 𝒐 ❞

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Después de varios días había logrado convencerlos, sería un día cada quien intercalados. Por ejemplo: Toni los Lunes y Carlo los Martes, así sucesivamente.

Creía que todo terminaría siendo un total caos, pero lograron congeniar y acostumbrarse después de dos semanas.

Por otro lado, pudo hablar tranquilamente con Salinas respecto a que él podría tomar su lugar como abogado si llegaba a ser el alcalde. Al de lentes le pareció una buena idea, después de todo, el trabajo como alcalde definitivamente no iba a ser algo sencillo. ¿Cuándo manejar una ciudad entera fue fácil?

Las elecciones estaban cerca y no iba a negar que estaba algo nervioso. Realmente le hacía ilusión ser "su propio jefe", además, creía que ya tenía la suficiente práctica y experiencia como para llevar algún caso.

─ ¿qué haremos hoy, ________? ─preguntó el menor a su lado sacándolo de trance.

─ lo que te apetezca, bebé, hoy estoy totalmente libre ─acarició su mejilla con ternura.

Era Sábado, esa semana le tocaba estar con Carlo, como había sido el trato.

─ quiero ir a practicar tiros, ¿nos hacemos una joyería? ─

─ ¿sólo los dos? ¿No sería muy riesgoso? ─

─ ¿qué quieres hacer entonces? ─no sabía para que le preguntaba si al final se iba a negar a su propuesta.

─ si quieres pegarte de tiros vamos con Igor a que te eche una mano. ─

─ fui con él ayer que estabas con Toni. ─

─ joder, entonces hagamos otra cosa. No sé podemos ir a dar un paseo, ir a cenar, de compras, incluso si quieres a vender unas pirulas ─sugirió.

─ demos una vuelta, pasamos al cine y luego a cenar, ¿te parece? ─

El mexicano asintió para después levantarse del sofá e ir a darse una rápida ducha.
Sería un largo y agradable día.

Ya era la cuarta multa que le metían, no sabía ni cuántas debería tener acumuladas ya

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Ya era la cuarta multa que le metían, no sabía ni cuántas debería tener acumuladas ya. Quería entender porque Carlo manejaba tan rápido, no había prisa alguna por llegar al restaurante.

No quería vivir, pero tampoco quería morir de esa manera.

Más de una vez vió su vida pasar frente a sus ojos. O chocaba contra los faroles, pasaba rozando otros autos o directamente volaban por el aire en las bajadas. Siendo aún más épico todo con la música a alto volumen.
¿Por qué aún no llegaba una patrulla obligándolo a detenerse? Ahora estaba comprobadisimo que los policías de Marbella eran una mierda.

─ ¡vamos! ─gritó el pelicenizo cuando el costoso auto volaba por el aire, haciendo que a el otro le abandonara el alma.

El coche tocó el asfalto de golpe rebotando un poco. Dió vuelta al volante derrapando por la carretera llevándose de paso algún poste.
No se sentía seguro aún si trajera el cinturón puesto.

𝐀 𝐆 𝐑 𝐎 𝐃 𝐎 𝐋 𝐂 𝐄 | 𝘎𝘢𝘮𝘣𝘪𝘯𝘰 𝘉𝘳𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳𝘴 「✔」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora