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AITHNE

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AITHNE

Cuando llegamos al edificio entramos por una gran puerta de vidrio vigilada por dos grandes guardias, era un edificio común y corriente que hacia de fachada para lavar dinero, aunque muchos tenían el conocimiento que nuestros acuerdes inmobiliarios no eran del todo inmobiliarios.

-Hola Susan ¿Dónde se encuentra Matt? - Le pregunte a la secretaria que se encontraba con un montón de papeles amontonados, era una señora de unos cuarenta años, en muy buena forma, con algunas arrugas a la vista, pero no quitaban en nada su belleza.

-Oh hola niños, no sabia que vendrían hoy- A decir verdad, nunca veníamos era un lugar tan solitario y común. No teníamos motivos para venir excepto que incumban a los Roberts.

Al ver que no respondimos volvió a hablar. -En las oficinas pasen.- Sin responder fui hacia el ascensor que daba directo a la oficina de mi padre.

-Gracias Susan, nos vemos.- Dijo Jack, a lo que Susan respondió con un simple asentimiento.

entre al ascensor y presione el botón para ir.

-A por ello tigre- Lo escuche decir a Jack antes de salir del ascensor quedando enfrente de la puerta donde se encontraba nuestro padre.

Padre, una de las palabras que menos utilizaba en vos alta. Nos enseñaron tanto a llamarlo Matt, que esa simple palabra no tenia sentido y menos de una forma mas cariñosa como "papa" o "papi". La ultima vez que lo llame así fue cuando tenia 7 años, antes de enseñarnos cualquier tipo de combate, y el peso que cargaba el apellido Robert. Un apellido que cobraba el karma siempre que pudiera.

al ir entrando a la oficina, lo único que se ponía escuchar era como rechinaba la puerta al moverse dando así una clara visión de mi dichoso padre con un montón de planos, una botella de ron y un cigarrillo en la mano.

-Mis gemelos favoritos- Dijo Matt, recordándome como con mi hermano compartíamos casi todo del otro, era algo que odiábamos o por lo menos eso hacíamos de niños, éramos completamente iguales, ahora nuestras caras no son tan parecidas, pero si te fijabas bien a simple vista se veían nuestras similitudes. Los dos rubios de ojos verdes, con una nariz refinada y una mirada penetrante, de esas que no te delatan.

-Matt- respondí en forma de saludo.

-Hola papa- Hablo Jack después de mi.

Estaba feliz, se notaba en su manera de hablar, en sus ojos marrones, se podía ver esa chispa de alegría que saltaba cada vez que algo iba bien.

Me di un momento para mirar con mas atención lo que tenia a mi alrededor. Todo estaba completamente igual a la ultima vez que estuve aquí, como si fuera pecado mover una simple cosa.
La biblioteca con un montón de libros sin tocar, El cenicero que siempre estaba cargado con un montón de cenizas y colillas, esa mancha en la pared blanca que la había echo Jack de niños, la foto de mi mama posando con una sonrisa tan unica, tan ella...

Mama.. La extranaba.

como si hubiese leido mis tristes pensamientos mi padre volvio a hablar.

-Bueno niños, que los trae por aqui

-como si no supieras- respondio jack, el cual se notaba bastante tenso.

Enfocandome de vuelta en mi padre, quise explotar cuando me vio a los ojos e insistio en que habalara.

-Que mierda tienes entre manos Matt, dilo de una vez- Se podia notar el filo en mi voz y no iba esconderlo.

Riendose se acerco hasta ami, posando sus manos en mí hombro. Era un intento de abrazo, uno tan frío que me hacía sentir incómoda. Cómo si este acto fuera aproposito añadió en susurros:

-Cosas buenas pequeña... cosas buenas

Esas palabras, me trajeron un mal sabor a la boca. Recuerdos invadieron mi mente de todo lo sucedido hace un año, de como el dejo entrar a la mafia aun psicopata, y como hace un año uso esas mismas palabras para darme expectativas de lo que se venia. Pero esta vez no me hicieron sentir emoción, esta vez me hicieron ahogarme en mis propios pensamientos, analizar las millones de cosas que puede tener entre manos y lo mal que podia salir todo otra vez.

La ansiedad intentaba apoderarse de mis pensamientos.

-Ni se te ocurra, conmigo no intentes dar miedo.- Dije con tono desbordante. Queria irme, Esas palabras abrieron un montón de heridas que pensé superadas.

-Espero no seas idiota Matt.- Fue lo único que Jack añadió.

-Vayan niños, pronto se enteraran junto con los demás.

Después de escucharlo decir eso Jack me agarro por los hombro y me llevo devuelta en el ascensor. Dejando un silencio llano, dándome el tiempo para abordarlo con mis recuerdos prepotentes que querían salir a la luz y que hoy no puedo guardarlos mas.

Eran alrededor de las 4am, estaba ebria y con la vista borrosa por tanto alcohol. Me encontraba abriendo la puerta de mi casa, no esperaba que nadie esté despierto, pero cuando vi como varios vidrios de la ventana estaban alrededor del piso. Todo el alcohol que tenía en el cuerpo se fue en cuestión de segundos. Sentía que estaba corriendo a contra reloj. Mí corazón latía tan fuerte que lo podía sentir, y este mismo explotó cuando la vi tirada en el piso. Mis piernas flaquearon y actuaron solas cuando fui directo hacia ella, viéndole así su hermoso rostro que ahora carecía de colores cálidos. Rota por el llanto y con desesperación, grite.

-Mami, no porfavor, ya estoy contigo no me dejes porfavor.

Pero era muy tarde, su corazón ya no latía, ella no estaba, ya no.

Escuchando la puerta abrirse veo como mí papá entra a la casa viniendo directamente hacia mí. Con la cara pálida por lo que ve, enseguida sus ojos se inundaron de lágrimas, sacándome el cuerpo de mí madre para abrazarlo, como si se quisiera aferrar a algo que ya no estaba. La amaba, la amábamos, era la que nos mantenía a todos.

Todo fue por mí culpa, si no me hubiesen invitado, yo... yo hubiera estado aquí, la iba a proteger.

como si ella me pudiera escuchar, en susurros dije:

-Perdón mama.

-Aithne, llegamos sal del auto.

Jack me saca de mis tristes recuerdos, dejándome sola en el auto, haciéndose imposible no recordar como si hubiese pasado ayer, pero ya fue haca un año.
Un año y la desesperante culpa seguía vigente, aunque no tenía porque irse ¿verdad? si al final fue mí culpa.

Dejando los pensamientos de lado, pero con la tristeza creciendo. Entre a casa, para arreglarme e ir a la reunión, que tanto quería evitar.

 Entre a casa, para arreglarme e ir a la reunión, que tanto quería evitar

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ey ¿que tal? ¿que les pareció el capítulo de hoy?

Aith y sus recuerdos a flor de piel no es algo tan lindo.

Cora se despide

Fuego CruzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora