Me quedo sin palabras ante su oración, solamente siento la calidez aparecer en mis mejillas y la impresión, combinándose con varias emociones que aceleran mi corazón, confundiéndome.
—¿Fue convincente? —esboza orgulloso.
—Bastante—sonrío tensa, queriéndome pegar en la frente por creérmelo.
Alguien toca a la puerta y nos giramos a ver de quién se trata, presenciándose el mismísimo Dongju.
Nos soltamos de repente, marcando nuestro espacio personal.
—¿Interrumpo algo? —se acerca molesto, mirándonos de arriba a abajo, casi escaneándonos. Interpretando su tono celoso.
Lo que me faltaba, otro malentendido que espero no termine siendo un enfrentamiento. Ya que los dos son tan impredecibles y cabezotas, niños al fin.
Rodeo los ojos con pesadez.
—¿Me buscabas, Dongju? —me giro hacia a él, pero insiste en ponerse en medio de Dahaek-Ho y yo.
Asiente y me sonríe.
—No almorzaste, así que quise traerte leche con fresas—agita el cartón de leche que tiene en su mano. —Pero ya veo que estás perdiendo el tiempo.
—¿Me estás diciendo estorbo? —Dahaek-Ho reacciona entendiendo su indirecta.
Dongju ríe y lo mira diciendo:
—Yo diría más bien, pérdida de tiempo.
Se acerca Dahaek-Ho a él, en ese preciso momento Dongju me agarra de la mano y me jala, alejándonos.
—Vámonos—me dirige.
Su acción es detenida, sintiendo que Dahaek-Ho me agarra de la otra mano, aferrándose y cruzando mis dedos con los suyos. Lo miro sorprendida, me mira por un instante antes de voltearse a Dongju mirándolo desafiante. Iniciando una guerra de miradas.
Todo pasa tan rápido que apenas y puedo procesar y pensar en qué demonios debería hacer, sin ponerme del lado de ninguno.
—¡Ya no quiero ser parte de este sándwich! —me suelto bruscamente de sus agarres y me adelanto. —¡Me voy! —salgo casi corriendo.
—No te vayas, tengo al importante que decirte—interrumpe Dongju.
Dahaek-Ho lo mira y después a mí, tratándolo de averiguar.
—Vayamos a las gradas después de clase de deporte, es tarde—los apresuro, rompiendo la tensión del ambiente.
Antes de dar un paso más, me detengo y miro a Dahaek-Ho con una sonrisa.
—¡Muchas gracias por todo, Dahaek-Ho! —sonrío agradecida.
—Dae para ti, menos para gente como este—apunta a Dongju quien eleva la barbilla retándolo, ofendido. —Eres especial para mí—él sonríe dulcemente, agregando a su frase.
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Agridulcencanto [2]
Romance"Lo que es duradero no siempre es verdadero". Los amores de la infancia suelen parecer como si fuera un dulce sueño encantador, pero hasta en los más dulces sueños existen las pesadillas, convirtiéndolo en algo agridulce, un agridulcencanto. Jiyu S...