3; Bromas telefónicas

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Obviamente como Sociedad estamos cambiando y adaptándonos a nuevas formas de percibir nuestro entorno.

Por favor respetemos a la Autora original y simplemente disfruten de la lectura.

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Dos horripilantes noches seguidas, había tenido pesadillas sobre Seokjin y Namjoon. Minho debería estar avergonzado de sí mismo por exponerme a semejante trauma, pero, ¿lo estaba? Diablos, no. Él estaba demasiado ocupado con el cachondo jefe como para notar los círculos oscuros formándose bajo mis ojos. Maldito vecindario. Sin duda, había gente normal en algún lugar de por aquí. Con el Oficial Buenote a un lado, me pregunté quién estaba en el otro. Tomando un par de binoculares, decidí verlo por mi cuenta.

Reconocí al chico parado frente a la encimera de la cocina. Jungkook y Taehyung estaban casados, y habían sido muy acogedores cuando me encontré con ellos en el supermercado cuando tomaba algunas Pop Tarts para mí y los niños.

Taehyung vino detrás y movió el largo cabello del chico para dejar expuesto su cuello. Me imaginé que eran una de esas acarameladas parejas. No podría ser capaz de aguantarlo mucho.

No tuve que hacerlo. ― ¡Santa mierda!

Taehyung le arrancó la bata de baño y lo arrojó sobre la encimera. Hice una mueca de dolor cuando lo azotó.

― ¡Jisung! ¿Qué demonios estás haciendo? ―Minho debía desconocer que tenía pornografía gratis a su disposición. Estaba demasiado ocupado reflexionando sobre algo. No era algo que él hiciera a menudo.

―Tus vecinos están haciéndolo como conejos con las persianas abiertas. Ese tal Taehyung está dándoselo de verdad. ―Él realmente estaba haciéndolo, llevando sus largas manos hacia abajo, golpeándolo duro en el culo. A su chico no parecía importarle del todo. ―¡Está azotándolo! ―Maldito suertudo. ―Es mucho menos horripilante que los Kim. ―¿No podrías haberme enviado con esos vecinos?

―Tú, asqueroso pervertido―. Tomó mis binoculares. Esa cosa que aprendimos sobre compartir cuando éramos niños aparentemente no se quedó con Minho.

―Vamos, Min. Tengo un trabajo. Estoy a punto de comenzar la escuela de nuevo. No bebo ni me drogo más. Estoy convirtiéndome en un respetable joven, y eso ya me está poniendo enfermo. ―hice un puchero.

―Aw, Jisung, no eres un respetable joven― dijo con falsa simpatía.

Lo empujé. Era un grosero, pero estaba feliz de verlo sonreír otra vez. ―Gracias, gatito. Tú siempre sabes qué decir para hacerme sentir mejor. ―Tenía que abrazarlo. ―Lo que sea en lo que hayas estado pensando antes, déjalo ir. ―Podía ser sensible a veces. ―Ahora, tengo que irme temprano. Voy a enviarle a Ryujin algunas flores para jugar con su mente.

Officer GoodBoy | ʜʏᴜɴꜱᴜɴɢ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora