P.O.V Osano
El sonido del agua golpeando contra los azulejos del baño era constante, creando una melodía tranquila que me ayudaba a despejar la mente. Las gotas resbalaban por mi piel, llevándose consigo cualquier rastro de malestar que aún pudiera quedar. Después de varios días de sentirme débil, por fin sentía que mi energía estaba de vuelta. Inhalé profundamente, permitiendo que el vapor que llenaba el baño penetrara mis pulmones, envolviendo todo a mi alrededor en una neblina densa y reconfortante.
Me estiré bajo el chorro de agua, dejando que cada músculo se relajara por completo. El espejo frente a mí era solo un rectángulo borroso, cubierto por el vaho que transformaba su superficie en un lienzo temporal. Con un gesto distraído, tracé un corazón en el vidrio empañado, observando cómo la figura se desvanecía lentamente, devorada de nuevo por la condensación. Sonreí ante la fugacidad de ese pequeño entretenimiento, antes de tomar una toalla y comenzar a secar mi cabello, dejando que las gotas de agua cayeran al suelo en pequeños charcos dispersos.
Salí de la ducha y me dirigí al armario, donde el uniforme esperaba. Sentí el suave roce de la tela limpia contra mi piel mientras me vestía. Cuando bajé las escaleras, el aroma familiar del té recién hecho me recibió, envolviendo la cocina en una fragancia reconfortante. El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas, llenando el espacio de una luz dorada que parecía hacer brillar todo lo que tocaba.
Encendí la tetera, dejando que el pitido bajo y constante llenara el silencio de la casa. Mientras el agua hervía, me preparé un desayuno sencillo: tostadas con mermelada y una taza de té verde. Me senté a la mesa, disfrutando del crujido de las tostadas y del calor del té, que se extendía por mi cuerpo, disipando cualquier rastro de frío. Mientras tomaba un sorbo, mi mente volvió a aquel día en que Raibaru y [Y/N] me visitaron. Los mochis que [Y/N] me había regalado ya no estaban, pero su sabor aún permanecía vívido en mi memoria, al igual que el gesto amable que me había alegrado tanto.
"Debo hacer algo para agradecerle", pensé, observando las sombras de las plantas que bailaban sobre la mesa. "Pero, ¿qué podría ser?"
━Algo dulce... no, tal vez algo salado ━murmuré en voz alta, mientras mis pensamientos giraban en torno a la idea. Tomé otro sorbo de té, dejando que el sabor amargo se mezclara con la dulzura de la mermelada en mi boca.
El silencio de la cocina solo era interrumpido por el suave tic-tac del reloj de pared y el canto ocasional de los pájaros afuera. De repente, el zumbido del teléfono sobre la mesa me sacó de mis pensamientos.
"¡Buenos días! ¿Cómo te sientes hoy?", decía el mensaje de [Y/N]. Una sonrisa se formó en mis labios al leerlo.
Tomé el teléfono y comencé a escribir una respuesta.
"Buenos días, [Y/N]. Me siento mucho mejor, gracias. Estaba pensando en prepararte algo como agradecimiento por los mochis... ¿Alguna sugerencia?"
Mientras esperaba su respuesta, terminé mi té. No pasó mucho tiempo antes de que el teléfono vibrara nuevamente. "Me alegra saber que te sientes mejor. Me gustan las sorpresas, así que confío en tu elección :⦈", respondió [Y/N], seguido de un emoji sonriente.
Sonreí ante el mensaje. Me levanté de la mesa y me dirigí a la cocina, comenzando a sacar ingredientes del armario. Arroz, verduras frescas, pollo... Decidí preparar un bento.
Mientras cocinaba el arroz y cortaba las verduras, mi mente vagaba por los recuerdos de nuestras conversaciones y las risas compartidas con [Y/N] y Raibaru. Había algo en esas visitas que siempre dejaba una huella cálida en mi corazón, y quería reflejar eso en el bento que estaba preparando.
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꙰𝑨𝒏𝒂𝒕𝒂 𝑵𝒐 𝑨𝒊 𝑵𝒊 𝑴𝒖𝒄𝒉𝒖̄꙰
FanfictionEl joven se acurrucó en un rincón oscuro del sótano, su respiración agitada resonando en el aire cargado de humedad. Su corazón latía frenéticamente, casi ahogando el sonido del silencio que reinaba a su alrededor. El lugar estaba sumido en una oscu...