Capítulo II

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Iba camino a mi departamento, como si fuera broma del destino comienza a sonar por la radio Feel de Robbie Williams, hago un amago para quitarla pero me detengo y la escucho; en menos de nada me encuentro cantándola y tamborileando mis dedos en el volante. Es increíble como una canción puede describir exactamente lo que siento en este momento.

Antes de llegar a casa, paso un momento a comprar varias cosas que me hacen falta y una botella de vino tinto, necesito relajarme un poco.

Cuando voy saliendo de la tienda cargada con la bolsa, me fijo en la hora 16:55 pm, me queda poco tiempo pienso. Por no estar pendiente tropiezo con alguien haciendo que la bolsa termine desparramada en el suelo, yo la observo resignada y alzo la mirada hacia la roca personificada, dándome una gran vista.

Era un chico alto, musculoso, todo su cuerpo estaba muy bien trabajado y proporcionado... en realidad, podía ver sus manos cubiertas de tatuajes, lo cual significaba que el resto de su cuerpo estaría igual; detallo su cara y podría apostar a que es algún hermano perdido de Matt Bomer, sus ojos estaban tapados con sus Ray-ban negras de aviador, no podía vislumbrar de que color eran.

Me doy cuenta que estoy prácticamente devorándolo con la mirada y no he dicho nada.

-Disculpa, estaba un poco distraída, no te vi, ¿Estás bien?- me aventuro a decir y el sonríe con sorna.

-¿Distraída antes o ahora?, estoy bien- engreído e irónico, resta y suma puntos, el típico bad boy, así que sonrío de la misma forma.

-Ambos, pero no tengo tiempo para esto- me agacho y comienzo a recoger lo que cayó en el suelo, por supuesto la botella de vino quedo hecha trizas, recojo los cristales y chasqueo con la lengua; siento una de sus manos en mi muñeca, está a mi nivel.

-Deberías tener cuidado con eso chica ocupada- sigue sonriendo, yo retiro mi muñeca de su mano.

-Siempre lo tengo - me levanto y tiro los trozos de vidrio en el cubo de basura más cercano; al darme vuelta para volver, él lleva en las manos las 4 cosas que me faltaban por recoger, las tiende y las agarro para meterlas en la bolsa que tendré que cambiar por una nueva sin rastro de vino... y una botella nueva.

-Gracias- hago una mueca.

-¿Mal día?- pregunta él y yo río amargamente.

-Ojalá, mal año...-vuelvo a mirar la hora, 17:03pm - demonios, voy tarde, ya debería estar en casa.

-Así que... Vives cerca de aquí - suspiro y comienzo a caminar hacia dentro del establecimiento mientras le respondo y él me sigue.

-Sí, a varias manzanas.

-Interesante...- yo me detengo y lo observo directamente.

-¿Lo es?, disculpa tengo algo de prisa- hago una mueca.

-Ok, no te quito más tiempo - lo último lo dice enfatizando.

Dicho eso voy a buscar una nueva botella y camino directa a la caja, procedo a poner todo en el mostrador.

-Sería esto y otra bolsa de papel- sonrío y comienzo a buscar mi monedero en el bolso, siento a alguien junto a mí.

-Y esto también- suelta el chico de antes un paquete de tabaco, un Chupa Chups y una bebida energizarte sobre la vitrina, yo levanto la vista y observo lo que ha puesto.

-Me parece justo- encuentro el dinero y se lo extiendo al dependiente, quien mira un poco contrariado.

-No pagarás tú, ¿Dónde quedaría mi caballerosidad?- retira mi mano y extiende un billete de $100, presumido pienso.

-Fui yo la que choque contigo.

-Eso es agua pasada- recoge la vuelta y me entrega mis cosas, yo hago el cambio de bolsa rápidamente.

-Pues... Gracias- esbozo una sonrisa.

-De nada, espero que mejore tu año, ya volveremos a chocar otro día- quita el envoltorio del Chupa Chus y lo mete a la boca lentamente.

-Veremos quién toma la iniciativa esa vez- ríe y nos encaminamos hacia la puerta, me da un saludo con la mano y va directo hacia una moto aparcada.

Yo me dirijo hacia mi coche para terminar de llegar a casa.

Entro a mi departamento y lanzo las llaves hacia el recibidor, dejo mis zapatillas en el organizador de ¨Zapatos de uso diario¨ y camino a la cocina para guardar la compra.

Al terminar, abro la botella de vino y sirvo en una copa. Voy hasta la sala y pongo música, subo el volumen muy alto, me suelto el cabello y comienzo a bailar como loca mientras suena por los altavoces Hung Up de Madonna; con el ritmo de la canción me dirijo hacia el baño para llenar la tina, giro la llave de agua fría y voy por dos cubos grandes de hielo para echarlos en ella.

Cuando ya está el nivel de agua perfecto y el hielo dentro de la tina, busco mi teléfono y la botella de vino, será un baño largo. Ya con ellos, los pongo en una mesa auxiliar junto a la tina y me desnudo, entro en la bañera lentamente soportando el frío poco a poco; tengo tanto tiempo haciendo esto después de muchos entrenamientos, que estoy acostumbrada al impacto que causa el cuerpo caliente con el agua gélida; sólo por los primeros minutos es incómodo, luego no sientes nada.

Mientras estoy sumergida relleno la copa de vino, doy varios sorbos y cojo mi teléfono para llamar Adrien, que vive en Brooklyn; famoso por dar buenas fiestas y otras cosas más, después de varios segundos, contesta con su elocuente voz y acento francés.

-¡Ma chérie!- se escucha mucho ruido de fondo.

-¡Adrien!, ¿Te pillo en mal momento?.

-¡No, No, No!, para ti siempre será buen momento- yo carcajeo - ¿Qué tal estas?, mañana es el gran día, ¿Verdad?.

-Estoy perfectamente, ¿Tu qué tal?... estas en lo correcto, mañana es el gran día y por eso quería hablar contigo, es un asunto un poco delicado de tratar pero, sé que tu me puedes ayudar... con mucha certeza.

-Dado lo que me has dicho, es mejor vernos para tratarlo personalmente, doy una fiesta en mi casa hoy, ¿Te acercas?.

-Tengo cena con mi familia, sabes muy bien lo ostentosos que son cuando hay eventos de esta magnitud, pasaré un rato después, sólo que no podré quedarme por mucho tiempo.

-Tranquila, es entendible, estaré esperándote con los brazos abiertos, aun que te vea 5 minutos bastará para ser feliz - sonrío.

-Entonces espera la felicidad... en un rato te veo.

-¡Aun revoir! Bombón -cuelga.


Son las 19:00 pm, termino de secar mi cabello y realizar unas pequeñas ondas en él, luego me miro frente al espejo, estoy en ropa interior y observo mi rostro; labios gruesos pero acordes con los finos rasgos, se ve bien pero, mis ojos pardos no muestran mucha vida dentro. Comienzo a maquillarme, algo de noche pero sutil, no me apetece arreglarme tanto.

Al terminar camino hacia mi cama donde he dejado el vestido que me pondré. Es negro, largo, con una tela muy fresca y con abertura en una de mis piernas; la mayor parte de arriba tiene encaje. En resumen, es formal, no tan atrevido y hace que mi silueta se vea sutilmente marcada, algo perfecto para la cena y para luego ir donde Adrien.

No tengo el típico cuerpo de bailarina plana, incluso tuve algo de complejo al tener curvas discretas, un tamaño de pechos y culo aceptables; para la vida real sigo siendo "anoréxica" según muchas críticas, a pesar de que no estoy NADA en el hueso y para el mundo del ballet -más que todo bailarines- soy un culo gordo y tetas gigantes. En cualquiera de los dos ámbitos, es envidia.

Doy los últimos retoques y salgo a la cena familiar.


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¿Les ha gustado? ¿Quién será el sexy bad boy? ¿Qué quiere Anastasia con tanta urgencia? Todo y más en los próximos capítulos <3

¡Gracias a toda

Vivir sin controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora