Luca siempre me hablaba de las cosas que pasaba en la ciudad, al menos las más importantes. Como la primera vez que salió de fiesta y vómito toda la noche mientras Giula le hacía aguante afuera del baño. Cuando empezó a trabajar para tener dinero extra en una vieja tienda para alquilar películas, a veces me hablaba de algunas que pasaban por la televisión del lugar, o una vez que unos idiotas lo molestaron por meses por ser un monstruo marino y luego él y Giula se hicieron un plan para darles el susto de su vida. Me encantaba leer lo que me mandaba, sentía que valía la pena todo lo que había hecho por él y al mismo tiempo me hacía sentir vacío. Luca vivia su propia vida y yo solo podía pensar en cuando el volvería o si el helado estaría en descuento. No vivi una adolescencia muy alocada, pero eso está bien, me alocaria demasiado si estuviese ahí. Las pocas veces que había probado alcohol terminaba en algún lugar extraño. Mejor no entrar en detalles.
Después de la charla de anoche me quedé pensando durante mucho tiempo ¿Luca me ocultaba cosas? Siempre me contaba todo, lo único que se me venía a la mente es que era algo tan malo que ni a mí podía decirme. Giula debía saberlo, pero una parte de mi cabeza picaba cada vez que pensaba en eso. No quería ser entrometido.
Me dirán que solo estoy sobrepensado las cosas, pero cuando ví la cara de Luca supe que pasaba algo, parecía querer decirme algo, no algo malo, pero si algo que lo hacia negarse a querer viajar conmigo.
A la mañana siguiente desperté cuando aún salía el sol, hacía algo de frío y ya que Massimo se tomaba unos días libres para pasarlos con Giula decidí seguir durmiendo. Grande fue mi sorpresa al ver en mi ventana a Luca mirándome fijamente. Me sonrió y me dió los buenos días. Lucia algo casado y su ropa estaba arrugada y mojada por venir hasta acá.
—¡Que carajo Luca! —dije después de procesar el susto, aparte las sábanas y me acerque a la ventana—. Entra está helando —señale su ropa mojada—. ¿Por qué me estás mirando como un acosador?
—¡No es eso! —dijo metiendo una pierna en la casa y dió unos saltos para caer sobre la cama—. Solo que no podía dormir y quise venir a verte —dio unas vueltas en la cama y termino por quedarse recostado contra la madera en el piso.
—Esta bien, solo voy cerrar la ventana —solte un bozteso y cerré las ventanas. Luca también bozteso y desde afuera se escuchaba el canto de un gallo. Acaricié mi barbilla picuda por no afeitarme en varios días.
—Lo siento por lo que dije anoche —asi, sin filtro ni nada.
—No pasa nada Luca, está bien, tu decides si venir conmigo o no —el sueño se me había quitado, pero aún tenía pereza de levantarme. Aunque hable calmado, por dentro estaba un poco enojado por las vueltas que dió anoche.
—Voy a ir junto —ya bueno Luca, muy directo ¿No?
Me levante de la cama y me gire rápido para verlo, estaba mirándome desde el piso, la luz de la ventana pegaba contra su cara y tenía los ojos entre cerrados. Primero ví su cara para ver si no estaba bromeando, luego sonreí y volvi a tirarme hacía atrás. Mi cabeza rebotó en la almohada.
—Geniaaaaal...—dije y solté un bozteso—. ¿Pero que te hizo cambiar de opinión?
—Solo tenía que pensarlo y también decirle a mis padres, nada más... —se rasco la nuca y se subió a la cama, probablemte por el frío.
—A veces no me cuentas todo Luca —abri los ojos y el se recosto alado mío, con la ropa húmeda claro.
—Es verdad —aun acostado se giró y se me quedo viendo, su rostro adoptó una expresión sería—. Pero pasaremos mucho tiempo juntos ¿No? Lo suficiente para hablar todo lo que hicimos en seis años —volvio a sonreír.
Luca no parecia querer hablar del tema. Me gustaba ver cómo sonreía y me gustaría que sonriera siempre, lamentablemte eso no suele ser posible cuando alguien pasa por malos momentos, yo mismo sabía cómo se sentía eso.
—¿Acaso huiste de una red de narcotráfico rufián? —solte una broma para que él dejara de estar tan serio. Achino los ojos cuando dije eso y soltó una carcajada. Se agarro del estómago y luego su risa se fue aligerando hasta que solo quedó su respiración calmada. Ambos estábamos cansados así que estire la manta para taparlo a él también.
—Te extrañe mucho Alberto.
—Yo también me extrañaría.
Me dió un golpe bajo las sábanas y continúo.
—Es en serio — se rió y se acurrucó agarrando la mitad de la sabana. Pero que hijo de sardina, me estaba destapando los pies—. Lo siento por no pensar en ti —dijo mientras se quedaba dormido—. A veces siento que te debo mucho.
Luego silencio. Era raro, yo pensaba lo mismo que él. Tantas cosas que había hecho por mi que no podría pagarle ni en mil años. Si no hubiese conocido a Luca tal vez jamás habría encontrado a Massimo, seguiría en esa isla solo, esperando por alguien que jamás iba a volver. La idea me daba escalofríos y me hacía sentir deprimido. Aclare mi mente e intenté seguir durmiendo.
...
Al final del día estábamos con Giula, recorriendo la costa descalzos, después Massimo nos regañaria por llenar todo de arena, pero no importaba en ese momento. Giula iba en enfrente, Luca le seguía mirando el atardecer del océano, parecía distraído. Y yo solo caminaba atrás de ellos con las manos en mis bolsillos.
—¿Saben chicos? Ustedes fueron mis primeros amigos aquí en el pueblo. Antes de eso solo me la pasaba leyendo —dijo Giula cuando se dió la vuelta, estaba haciendo equilibrio en un pie y tenía sus brazos extendidos—. Me alegra haberlos conocido, me sentiría muy sola ahora.
—Eso ya lo sabemos Giula —dijo Luca—. También te apreciamos ¿Verdad Alberto?
Yo solo asentí a la pregunta. Giula me miró divertida en su lugar y se tambaleo.
—Lo se, lo se —dejo de hacer esa pose tan rara y se sentó en la arena—. Es que voy a extrañarlos cuando se vayan de viaje.
—¿Cómo lo...?
—Alberto me dijo —Luca se giró sorprendido hacia mi—. Estaba muy nervioso, creía que lo dejarías botado como una basurita en la esquina.
—Bah —me acerco a ellos y le tiró un poco de arena a Giula. Ella se cubre con los brazos y me tira de vuelta.
—Ademas, tenía ganas de hablar de esto con ustedes. Si se llegan a matar andando los traigo del infierno a ambos y les hago comer pescado podrido —nos amenazó mientras nos señalaba—. Quiero que siempre estén juntos chicos y que se cuiden. Y cuando vuelvan visitenme ¿Si?
Luca se había sentado junto a ella para escucharla y yo seguía en mi lugar. Luca parecia conmovido con las palabras de ella, y le decía que no nos iramos mucho tiempo y que seguirían siendo amigos por correspondencia. Yo solo suspire y me quedé viendo el océano. Pasaría un tiempo hasta que volviera a verlo.
...
Ay no odian cuando en esos fanfics dónde hay tres o un grupo y hay una pareja, siempre pero siempre dejan a alguien de lado? Yo si, y quería darle un poco de protagonismo a Giula mi niña bonita en estos caps.
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Viajar contigo -Alberca-
FanfictionAlberto cumplirá su sueño de viajar por toda Europa, junto a su amigo Luca quien nunca planeo lo que iba a ocurrir.