chapter xxxix.
( black panther )no puedo salvarnos, mi atlantis, caemos
hemos construido esta ciudad en un terreno inestable
no puedo salvarnos, mi atlantis, oh no,
lo hemos construido para derribarlo
atlantis ─── seafretciudad dorada, wakanda
7 de enero, 2018
( punto de vista en tercera persona )⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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—¿Baba?
—¿Si, mi amor?
Una niña de grandes ojos azules saltó inquieta sobre su cama.
—¡Un cuento, un cuento!
—¿Un cuento? —el hombre se rió tranquilamente de sus demandas, sentándose en el borde de su cama—. ¿Qué se dice primero, Khany?
La niña resopló y puso sus grandes ojos azules en blanco.
—¡Pofi!
Sus labios se torcieron en una leve sonrisa.
—¿De qué debería tratar este cuento?
La niña de suave piel moka se dejó caer en su cama, sosteniendo su manta azul favorita y su peluche cerca. Su padre se acostó lentamente a su lado, tirando del pequeño ser hacia su pecho como hacía todas las noches para que se durmiera. Ella tomó su mano entre las suyas, haciendo coincidir sus dedos pequeños con los grandes. Sonrió un poco a la niña que adoptó como suya hace muchos años y le dio un suave beso en la frente.
Una brisa nocturna entró suavemente a través de la ventana abierta, haciendo sonar las cortinas transparentes y meciendo el pelo de su madre frente a sus cálidos ojos azules. La joven de veintidós años se apartó de su vista mirando la ciudad brillantemente iluminada para poder ver a su esposo abrazando a su hija. Con una sonrisa finalmente pacífica, la joven se acercó lentamente, cubriéndola suavemente con las mantas y pasando una mano por el cabello rizado de la niña.
—De nuestro hogar.
Sus padres compartieron una mirada, los recuerdos de cómo todo volvió a ellos.
—Érase una vez —el hombre dejó escapar un pequeño suspiro pensativo, comenzando la historia que su propio padre le contó muchas veces— un meteorito formado por vibranium impactó en el continente de África, afectando a la vida vegetal a su alrededor. Y cuando llegó la era del hombre, cinco tribus se establecieron allí y lo llamaron...
—¡Wakanda! —la niña interrumpió con una sonrisa feliz, sus pequeños pies pateando con entusiasmo las mantas.
Su padre se rió.
—Sí, es cierto. Y las tribus vivieron en guerra constante entre ellas... hasta que un chamán guerrero tuvo una visión de la diosa pantera, Bast, que le guió hasta la hierba en forma de corazón, una planta que le concedió fuerza, velocidad e instintos sobrehumanos. El guerrero se convirtió en rey y en el primer Black Panther, el protector de Wakanda.
—Como tú —soltó la niña antes de que sus ojos se agrandaran como si quisiera asegurarse de que tenía razón—... ¿Verdad, mami?
—Verdad, Noodle, como baba.
—Cuatro tribus accedieron a vivir bajo el gobierno del rey... pero la tribu Jabari se aisló en las montañas —la niña inclinó la cabeza pensativamente mientras el rey continuaba—. Los wakandianos usaron el vibranium para desarrollar una tecnología más avanzada que la de cualquier otra nación. Pero mientras Wakanda prosperaba, todo su entorno caía más y más en el caos. Para mantener a salvo el vibranium, los wakandianos decidieron esconderse de la vista del resto protegiendo la verdad acerca de su poder del mundo exterior.
—Pero algo cambió —interrumpió su madre, tomando gentilmente la mano del hombre mientras él le sonreía cálidamente una vez más—. Un nuevo rey tomó el trono, uno que quería ayudar al mundo sin importar los problemas que eso traía. Y luego una ex-heroína solitaria volvió en busca de refugio porque el nuevo rey la amaba —la niña se mordió el labio ansiosamente mientras su mamá llegaba a su parte favorita—. Era una historia de amor prohibida, una que casi nadie más quería, una que las circunstancias y la gente casi destrozan.
—Pero fue una buena —T'Challa agregó, sin apartar los ojos de su esposa.
—Y estuvo bien —Lisa le devolvió la sonrisa—. Entonces, el nuevo rey y la ex-heroína solitaria se llevaron a su pequeña niña llamada Maria.
La niña sonrió al ser nombrada en el cuento, riendo cuando un suave sonrojo se apoderó de sus mejillas regordetas.
—Y cuando eras pequeña, tuvimos que luchar para que todos y cada uno de nosotros pudiéramos estar juntos.
Las pequeñas y suaves cejas de Maria se arquearon mientras tristemente pasaba un dedo meñique sobre el nuevo conjunto de cicatrices que cubrían la espalda de su madre.
—¿Y te hicieron daño?
La propia mano de T'Challa recorrió las cicatrices, frunciendo por el dolor del recuerdo. Sucedieron tantas cosas esos días. Tantas discusiones, tanto miedo, demasiadas peleas, pero también cosas buenas. Tanto que compuso su historia. Pero T'Challa solo deseaba haber cambiado esa parte, la parte en la que la lastimaron, en la que no pudo protegerla. Estaba apenado por eso.
Pero Lisa no.
—Un poquito.
—Hay mucho miedo en el mundo... —susurró Maria antes de mirar a sus padres—. Pero está bien, porque todavía somos nosotros.
—Sí... —T'Challa susurró una promesa—. Todavía somos nosotros.
—¿Y estaremos juntos para siempre, Baba?
Ninguno de los padres respondió, no creían que debían hacerlo. Pensaron que la respuesta ya estaba escrita en piedra, el futuro ya estaba decidido y quedaría como estaba planeado.
Pero su final ha cambiado...
Nunca llegó.
Quizás si Lisa supiera en ese entonces lo que sabe ahora, las cosas podrían haber sido diferentes, más fáciles e indoloras. Podrían haberse preparado para la pérdida, para la separación. Solo no se dio cuenta de que dos años antes de que todo comenzara, lo que hicieron los tres se iba a perder.
Después de todo, todos los reinos están construidos sobre arena.
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POISON & WINE ▹ stark (PAUSADA)
Fanfic"Ahora lo vi. El demonio está en mí." Lisa May Stark es mucho más que la niña que solía ser cuando ella y su padre fueron secuestrados en Afganistán hace cinco años. Es la hija de Iron Man, es el Cuervo Rojo, es... bueno, ya sabes quién es...