chapter ii.
( post-civil war )cuando era joven, debería
haber sido más sensato, yo
no puedo sentir remordimientos
y tú no sientes nada
ophelia ─── the lumineersnueva base de los vengadores
12 de junio, 2016
( punto de vista de tony )⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
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El final.
No pensé que fuera a ser así.
Lo juro por Dios, no pensé que fuera a terminar así.
Que tu vida terminara con algo como esto, fue la manera perfecta de arruinar a los que quedaban atrás. Hay tantas cosas que cambiaría. Tantas que quiero cambiar... pero Dios sabe que no lo haría. Tal vez sea por egoísmo, arrogancia, idiotez o alguna otra estupidez. Sinceramente, ya no me importa. Sin embargo, soy lo opuesto a la insensibilidad. Lo siento todo y me va a arruinar, al igual que arruinó todo lo demás.
Mi frente descansa entre las palmas de mis dos manos, sosteniéndome, manteniéndome erguido, porque yo soy todo lo que me queda. Solo yo. Ni casa. Ni amigos. Ni familia. Nada. Todo es justo como sabía que iba a ser. Sabía que no habría nada después del 16 de diciembre y sabía que Lisa tampoco. Mi cabeza cae hacia la derecha y el cielo oscuro se encuentra con mis ojos a través de los nuevos paneles de crsital.
Todavía puedo escuchar su voz de veinte años diciendo en voz baja:
—Estoy de tu parte. Siempre estoy de tu parte.
Pero no fue suficiente.
Antes de que todo terminara, ambos sabíamos que no era suficiente.
Casi miro alrededor, esperando verla. Y luego recuerdo cuán idiotas somos los dos... o éramos. Exhalo un suspiro pesado y enojado mientras aprieto y aflojo la mandíbula. No hay mucho sonido en el edificio principal esta noche. Supongo que me he acostumbrado tanto a la cacofonía del ruido ridículamente molesta que ahora casi la echo de menos.
Rhodey, Rogers y Wilson riéndose en la sala de estar. Visión arrojando todo tipo de basura rara que casi nadie entiende. Barton y Romanoff compartiendo algunos secretos de espías, mientras que ella pone los ojos en blanco y muestra una sonrisa. Lisa y Wanda riendo y riendo mientras juegan juegos de mesa y se cuentan chistes horriblemente cursis. Dios, esas son todas las cosas que nunca pensé que llegaría a extrañar. O tal vez las que nunca pensé que llegaría a perder. O llegar a odiar.
—Tony.
Perezosamente, giro la cabeza para mirar por encima del hombro. Una rubia fresa familiar con una cara tensa por las lágrimas se encuentra en la puerta. Huh. Fíjate. Estoy sinceramente sorprendido. ¿Quién sabía que a Virginia "Pepper" Potts todavía le importaba? Aprieto los dientes y cierro los ojos, sacudiendo ligeramente la cabeza. Me maldigo mentalmente. Ella no es el problema. Soy yo. Siempre tengo que ser yo. Y, cuando los abro para mirarla de nuevo, todo lo que veo es que tiene dolor. Dios, no lo soporto. Mi barbilla se levanta ligeramente mientras aparto mi mirada de la mujer y me giro más en mi silla. Mantengo una expresión en blanco, mirando la noche que se extiende frente a la nueva base de los Vengadores.
—Tony —la voz de Pepper se quiebra y luego se esfuerza por mantenerla fuerte—, tenemos que hablar de esto.
No respondo cuando siento que se me cierra la garganta, obligándome a tragar.
—Ya sabes... —ella respira hondo—, ya sabes que ella también era mi hija.
Algo rabioso en mí estalla.
Mis manos se curvan en puños y me pongo de pie para poder enfrentarla.
—¿Tu hija?
Sus ojos claros se entrecierran y su voz es defensiva cuando dice:
—Sí.
—¡Ella era más hija de Janice Montgomery que tuya! —escupo las palabras como el veneno que son.
Los lamento al instante. Dios, ¿qué me pasa? Más lágrimas caen por las mejillas de Pepper y yo arrugo la boca, saboreando la amargura de las palabras contra mi lengua. Sin embargo, no me detengo y no tengo idea de por qué. No, olvídalo, lo sé. Sé exactamente por qué. Porque soy yo.
—¡No fuiste tú quien la concibió, si recuerdo bien, señorita Potts! —apunto dos dedos a mi pecho—. ¡Fui yo!
Su rostro se contorsiona antes de retroceder.
—Puede que no haya estado allí para su concepción, pero sí para sus dolores de estómago, sus lágrimas, sus rodillas raspadas, sus angustias, ¡y todas las veces que la dejaste sola, Tony!
Suelto un hirviente aliento, mis puños temblando de rabia.
—¡Jódete, Pepper! ¡Jódete!
—¡¿Qué me joda?! —Pepper grita, su voz cada vez más alta y sus pies acercándola—. No, ¿sabes qué, Tony? ¡Que te jodan a ti!
—¡No me puedes chillar! —la interrumpo igual de fuerte, apuntando con mi dedo índice hacia ella—. ¡Era mi hija! ¡No tuya, Pepper!
Ella continúa, despotricando con una risa baja y amarga.
—¡Oh, que te den por todo lo que has dicho! ¡Que te den porque casi nunca has dicho que te molestabas por esa chica!
—¡¿Que no me molestaba?! —le grito, sin importarme en absoluto lo que sale de mi boca en este momento—. ¿Quién fue el que se quedó con ella durante los últimos dos años, eh? ¿Dónde estabas tú? Ah, sí, ¡no podías molestarte en abandonar esa estúpida compañía que te di para ver a esa niña que tan amorosamente llamas tu 'hija'!
—¡¿Quién la perdió?! ¡¿Quién dejó que esto le sucediera, Tony?!
Pepper retrocede repentinamente, su pecho casi se estremece mientras gira su rostro avergonzado. Le hago una mueca, poniendo las manos a los costados. Aprieto los dientes uno contra el otro mientras mi cabeza se mueve hacia un lado con irritación. Ahora solo hay silencio y no puedo decidir si me alegro o si lo odio. Un pequeño sollozo sale de la boca de la mujer y la escucho respirar rápidamente, intentando recomponerse.
—Tony.
—¿Qué? —pretendo sonar áspero, pero tiembla tan débilmente de mis labios que vuelvo a apretar los puños y cierro los ojos con rabia.
Ella respira profundamente otra vez antes de susurrar:
—Tony, necesito saberlo. Por favor, todo lo que quiero es saber la verdad. Solo responde mi pregunta.
—¿Qué pregunta? —pregunto, fingiendo exasperación.
Hay otra pausa larga antes de que ella solloce.
—Está muerta, ¿verdad?
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POISON & WINE ▹ stark (PAUSADA)
Fanfiction"Ahora lo vi. El demonio está en mí." Lisa May Stark es mucho más que la niña que solía ser cuando ella y su padre fueron secuestrados en Afganistán hace cinco años. Es la hija de Iron Man, es el Cuervo Rojo, es... bueno, ya sabes quién es...