Capítulo I

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Ahí se encontraba un apurado y emocionado chico color de pelo azabache para no perder el vuelo. Había conseguido un trabajo fantástico, siempre había querido viajar a varios sitios, y veía su trabajo como una oportunidad para lograr su mayor deseo.

Él siempre había tenido un gran amor a la fotografía, desde pequeño cada vez que encontraba alguna cámara, la usaba y fotografiaba cualquier cosa. Había aprendido cuáles eran los mejores ángulos, sombras, iluminación... Varias cosas que la mayoría de personas lo toma como irrelevante, pero son los pequeños detalles que diferencian una foto de una buena foto. Una gran empresa de turismo había visto el gran potencial en el chico de 22 años, y no dudó mucho en contratarlo.

Su primer viaje: Francia-París. El chico fotógrafo nunca había viajada fuera de su país (España), no por falta de dinero, más bien por falta de tiempo. Sus padres trabajaban mucho, tenían buena economía, no eran millonarios, pero tampoco pobres. Su hermana Carol fue la que siempre lo apoyó con su afición por la cámara. A veces Guillermo le tomaba algunas fotos y ella posaba.

El chico a penas logró entrar al avión, buscó su asiento (que estaba junto a la ventanilla) y se tomó una selfie, para luego mandarlo a su grupo familiar y avisarles que ya estaba por salir del país. Sus padres y hermana lo habían acompañado al aeropuerto, pero luego tuvieron que irse porque era momento de que solo los pasajeros ingresaran a la sala de espera.

Después de hablar un poco por chat con su familia, llegó la típica azafata pidiendo que pongan el celular en modo avión. Guillermo lo hizo, y luego vio entusiasmado el paisaje por la ventana. Aún no despegaban, pero el chico irradiaba felicidad y emoción, cualquier pasajero podía darse cuenta. En especial la persona que se sentó a su lado, que lo único que quería era dormir.

2 horas (aproximadamente) es el vuelo. Guillermo tenía dos misiones en París: Primero; lograr sacar las mejores fotos de los lugares turísticos de allá. Segundo; Encontrar a un chico. Sí, su jefe le había dicho que se encontraría con un chico con el que también trabajaría. Guillermo tomaría las fotos y el desconocido haría artículos. Genial, eh.

El viaje a cualquiera se le haría corto, pero para el azabache, duró una eternidad. Ya había tomado como veinte fotos de la misma vista por la ventana.

De las cuales solo le gustaron 2.

Terminó el vuelo, y el chico quería ser el primero en bajar del avión. Había llevado una maleta grande, pero que podía llevarse con una sola mano. Solo había empacado ropa. Después de todo, se quedaría en París solo unos pocos días, y luego viajaría a otro lugar para tomar otras fotos. Aún no sabía a dónde, pero luego le avisarían.

Admiró el aeropuerto de París. Había mucha gente, carteles en idioma extraterrestre (para él) y en la calle podía ver varias luces.

"-Fua chaval... De verdad estoy aquí-" Pensó. Esa sonrisa que tenía en el rostro nadie podría quitársela. Deshabilitó el modo avión en su móvil, y se dedicó a responderle los mensajes a sus padres y amistades que preguntaban por él. La empresa le mandó la dirección del hotel donde se quedaría.

Abrió una pestaña de internet y buscó: "Traductor". Él no sabía nada de francés, pero el inglés le serviría. Sabía pronunciarlo y entenderlo muy bien, el problema era conseguir las palabras para hablarlo correctamente.

Consiguió un taxi y fue directo al hotel. Quería dejar sus cosas y de paso fotografear las hermosas calles de París. Llenas de autos, pero todo se veía tan ordenado... Literalmente no exageraría diciendo que parecía un niño pequeño, su boca estaba entre abierta apreciando todos los pequeños detalles.

Llegó y entró al hotel. No era 5 estrellas, pero no estaba nada mal. La habitación era grande, baño propio, un pequeño clóset y un pequeño balcón. Al parecer su jefe le escogió una habitación estratégica, ya que se encontraba en un piso bastante alto y tenía vista a lo lejos de la famosa Torre Eiffel. "-Todo esto es muy bello... Ya me enamoré de la ciudad-" Se apoyó en la baranda. Sus ojos brillaban de la emoción. No desperdiciaría la vista; sacó su cámara, se posicionó bien y tomó una foto. Una muy bella foto.

No era nada tarde, podía salir a visitar los lugares y ver todo. Se moría de ganas de conocer cada rincón del lugar. No se aguantaría las ganas, además tenía que encontrarse con su compañero de trabajo. Se duchó y fue a buscar el restaurante que su jefe le mandó para que se reuniera con el otro chico.

Por otro lado, un chico castaño recién llegado también, se dirigió de igual forma al restaurante, dispuesto a conocerse con el chico que le habían dicho que trabajaría.

El local estaba repleto, mucha gente por ahí y por acá. Guillermo se encontraba sentado solo en una mesa, al igual que el otro. No tenían ni idea que ellos en unos momentos estarían trabajando juntos. El mesero se acercó a la mesa de Guillermo y le habló amablemente.

-Bonne nuit, je suis désolé pour le dérangement, mais pourriez-vous venir à la table d'à côté, à côté de ce garçon ? il y a beaucoup de monde et il faut gagner de la place-
(Traducción: Buenas noches, lamento las molestias, pero ¿Podría pasarse a la mesa de al lado, junto a ese chico? Hay mucha gente y necesitamos ganar espacio)

Guillermo se quedó perplejo. No entendió absolutamente nada.

-Em... ¿Speek spanish?- En ese momento el azabache se sintió idiota. Habló en inglés, pero preguntó si sabía español.

-Oh, españiol, sí, poquito, españiol- Guillermo contuvo con todas sus fuerzas una risa- Tú... Mesa, allí- Señaló con su mano el lugar donde se encontraba un chico castaño, al parecer mensajeando con su móvil- Mucha gente, espacio necesitamos-

-Entiendo, no hay problema- Se paró de la mesa y se sentó al frente del chico. Este seguía en su mundo, comunicándose con alguien. El achinado no quería interrumpir nada, así que se quedó callado, leyendo la carta para elegir qué pedir. El que llevaba en la mesa más tiempo, levantó la mirada y miró confundido al intruso de su mesa.

-Désolé, on se connaît?- (Traducción: Perdona, ¿Te conozco?)

Sin duda Guillermo debía adaptarse a no entender nada.

-Me cago en todo...- Agachó su mirada y habló en un susurro. No sabía qué responder.

-Oh, perfecto, hablas español- Sonrió el castaño y se enderezó en su silla. Estaba algo encorvado cuando hablaba por su móvil. El contrario se sorprendió y levantó su mirada.

-¡Tú igual! Menos mal...- Ambos rieron un poco.

A los dos les llegaron un mensaje en su móvil. Era de su jefe. Había creado un grupo de WhatsApp (algo que debió hacer desde hace rato, solo que estaba bastante ocupado) en el que los incluía. "Bien. Ustedes son Samuel y Guillermo. Ya les mandé al privado de cada uno la dirección del restaurante donde se encontrarán. Confirmen cuando se hayan conocido" La coincidencia en los vibridos de los móviles hizo que ambos separaran la mirada de sus objetos y se analizaran. Mismo restaurante, hablar español, misma hora, mismo día...

-¿Samuel...?- Dijo tímido el azabache. Si se confundía, sin duda pasaría la vergüenza de su vida.

-¿Guillermo...?- Le contestó. Volvieron a mirar sus móviles un segundo para luego mirarse nuevamente y reírse un poco de ellos.

♤♡◇♧

Ajas, pues ya qué, aquí el primer cap.

Chau(?

—Nashe z4

"Mi Hogar Está..." [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora