[07]

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   Los días pasaban, todo era como siempre, nada fuera de lo común, por lo menos para los demás.

   En la IMP hubieron varios cambios. Empezamos a tardar menos con los pedidos, ya que Stolas me había "regalado" su libro de hechizos, y por ende, también empezábamos a ganar más dinero. Todo iba de maravillas dentro de la empresa.

   También mis empleados e incluso mí hija volvieron a acercarse a mi, eso me puso feliz, sabía que todo había vuelto a la normalidad de no ser por un simple detalle.

   Yo ya no me sentía feliz ¿por qué?... por Stolas...

   Caí en una fuerte depresión. Todas las noches pensaba en él y lo único que quería era llorar en silencio. Me sentía mal todo el tiempo pero intentaba esconder esas energías con mí actitud alegre y optimista que llevaba siempre.

    Ya no tenía ganas de hacer nada, se me dificultaba absolutamente porque siempre me sentía cansado. No quería ir a trabajar, pasear o incluso relacionarme con alguien.

    Solo quería estar acostado en mí cama y pensar en Stolas mientras las lágrimas caían por mí cara.

     Pero no estaba completamente solo...

    Mis empleados visitaban seguido para que no me sintiera tan mal. Sinceramente yo los considero como los amigos que jamás pude tener. Moxxie siempre me mostraba algunas de sus canciones.

    
    Millie siempre venía con galletitas o papas unos quedabamos viendo alguna película o serie. ¡HASTA LOONA EMPEZÓ A HABLARME!. Dejaba que ella me ponga cualquiera de esas mascarillas en la cara y que me pintara las uñas cual tik toker básica. También veníamos películas, mayormente películas de Disney como Bambi o cualquiera que incluya una muerte, para algunos era motivo para llorar mientras que para mi y mí hija adoptiva era una razón para morirnos de risa.

    Pero había algo que no me cerraba...

    Tenía muchas ganas de que Stolas me perdonara, pero recuerdo una y otra cada una de sus palabras...

"No quiero volver a ver tu patética cara por el resto de mi vida en el infierno, ¿¡ME ENTENDISTE!?".

     
     Imposible poder ser más claro. Tenía miedo de que algo me pasará si volvía a poner un pie en el castillo. Sin embargo, no iba a rendirme así de fácil.

   
    "¡¿Le tenés miedo a un príncipe búho horny y no a matar gente, Blitzo?!" repetía mi voz interior. No lo pensé ni un minuto más. Salí de mí casa decidído y con los huevos en la garganta (¿o era el corazón?).

    Al llegar al balcón toqué la puerta y Stolas la abrió nuevamente. Traía puesta su bata de terciopelo con un tono rojo muy similar al de sus cortinas.

- ¡Blitzo!, ¡¿qué te dije de- Evité que continuara.

- Cálmate, no le demos más vueltas al asunto, necesito hablar con vos...-.

  
    El me miró con extrañeza y suspiró forzosamente.

- No tenés remedio- Dijo.

    Entré a su cuarto y me senté en su cama. Sus sábanas también eran de terciopelo pero tenían color que era entre una mezcla de azul marino con ligeros tonos de violeta.

- Ahora de que querés hablarme sin vergüenza.- Stolas no es alguien que olvida las cosas con facilidad, por lo que no me sorprendió que me llamara así.

- Bueno... se que me dijiste que no querías verme nunca más y-y que no entendés como pudiste quererme pero...- Intenba no llorar- Pero la verdad es que tenés razón.-

    El me miró con sorpresa, admito que escuchar algo así de mí era sorprendente. Me hizo darme cuenta de lo forro que soy.

- Estuve muy mal estos días por pensar en todas y cada una de tus palabras y me siento muy mal, jamás pensé de que fuí tan malo con v-

- ¡QUE SIGNIFICA TODO ESTO!- Escuchamos los dos. Vimos que la puerta del su cuarto se había abierto por alguien, por la misma persona que gritó. Cuando supe quien era estaba más que claro de que iba a tener una muerte segura.

𝑃𝑒𝑟𝑑𝑜́𝑛 (𝐵𝑙𝑖𝑡𝑧𝑜 𝑥 𝑆𝑡𝑜𝑙𝑎𝑠)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora