—Si piensas que voy a entrar allí estás muy equivocado, Xiao Zhan —espetó Yibo con impetuosa determinación, señalando con un movimiento indignado de cabeza la lujosa butic situada a un costado de ellos.
Y de ninguna manera él iba bajarse del coche, adentrarse en la tienda y comprar el atuendo que mejor le llamase la atención con una sonrisa descarada decorándole la boca y haciendo ojos ciegos al precio —horrorosamente— alto en la etiqueta.
¡Por supuesto que no!
El que le haya traído hasta allí a base de mentiras y producto de la asombrosa astucia de la que Xiao Zhan gozaba desde su nacimiento, le hizo sentirse un completo idiota. Un idiota al que podían manejar con tanta facilidad que le asustaba y, al mismo tiempo, le producía curiosidad.
Debatiéndose entre sentirse ofendido, afligido o molesto, Yibo no sabía que pensar o que medidas tomar a continuación.
No obstante, una cosa si era cierta; él no necesitaba nada suyo aunque su economía financiera dijese lo contrario. Si el Alfa deseaba ser un alma bondadosa y hacer su beneficencia del día entonces adelante, no se opondría, siempre y cuando no fuese él quien recibiese la caridad por que se la echaría a la cara en medio de furiosos insultos de los que se iba a morir el muy maldito.
—¡Vamos, Yibo! ¿Acaso no puedes ser solo un poco más flexible con mi persona? —A través del espejo retrovisor, Xiao Zhan le miró con una decepción profunda que casi se sintió mal por haber rechazado su amabilidad por lo que garantizó ser un cuarto de hora, sin embargo.
¿A quién diablos se le cruzaría por la cabeza que él no se sentiría completamente cómodo con su atuendo y se ofrecía con galantería a comprarle ropa elegante sin antes consultárselo al menos?
Sí, al distraído e imbécil de Xiao Zhan.
Su actitud no tenía sentido, pero es que... ¡Diablos! Que humillante se sintió eso. Comprendía a la perfección que Xiao Zhan no lo estaba haciendo con intención de herirle y recordarle con silenciosa crudeza que no podía siquiera comprarse ropa bonita. Es solo que se había acostumbrado a la fuerza a su independencia y a salir adelante sin que nadie mostrara un mínimo de interés por ayudarle que todo se volvía muy extraño de repente.
—No puedo, Xiao Zhan. Pero yendo al punto verdaderamente importante ¿Porqué me trajiste aquí? No habías dicho antes que iríamos a cenar. —Yibo frunció las cejas y la línea rígida de sus labios se pronunció todavía más al encontrar solo un silencio desconcertante en respuesta—. ¿Vas a defenderte o solo quieres que me quede con tontas suposiciones?
Se escuchó un suspiro hondo, y cuando sus ojos deseperados por una pronta respuesta se encontraron con los cafés claros del Alfa, retuvo la respiración. Temiendo lo que éste tenía para decir en su defensa.
No me decepciones, por favor, casi lloriqueó.
—¿Porqué quieres oírlo, Yibo? Creí que solo te bastaba con recibir regalos sin necesidad de oír explicaciones. Al menos, eso es algo que la mayoría de las personas haría. Omegas, sobre todo.
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𝐋𝐚 𝐀𝐮𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞 ❥𝐙𝐡𝐚𝐧𝐘𝐢 |𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✓
FanfictionXiao Zhan es un Alfa de treinta años a quien su madre no se cansa de empujar a casarse y darle los nietos que lleva soñando y venerando durante largos años. Un día, su hermana mayor, Xiao Lu, llega de visita tras una larga temporada establecida en L...