Repulsión.
Náuseas.
Impotencia.
Odio.
Mil y unas sensaciones desagradables arañaban su pecho sin piedad alguna, hiriéndolo tan gravemente por dentro que rendirse no era siquiera una estúpida opción. Las inmensas ganas de llorar como si no hubiera un mañana únicamente incrementaba su sufrimiento, y es que mostrar miedo o debilidad a un Alfa cómo Yang Yang era hasta risible para él mismo.
Una gota de agua cayó sobre su rostro, sin embargo, no se trataban de sus lágrimas, si no de las goteras que el techo viejo y mohoso filtraban en el interior. Su mirada, ida y endurecida por la injusticia yacía fija sobre el techo oscuro y opaco en tanto sus uñas se incrustaban sin piedad en las palmas de sus manos, definiendo finas líneas carmesí a las que ni siquiera les prestó atención.
No era justo.
Nada de esto era justo pero, lo cierto era que estaba pasando. ¿Por qué? No lo comprendía, él nunca le dió motivos a Yang Yang para que se creyese con el derecho de poseerlo en cuanto se le apeteciera pero, lo curioso es que estaba a nada de lograrlo para su horror y desdicha.
—Relájate, cariño. Así dolerá menos —le aconsejó el desgraciado infeliz mediante un susurro sucio y asqueroso en su oído izquierdo mientras se acomodaba en medio de sus muslos desnudos y le sonreía con esa misma sonrisa socarrona y triunfadora que tantas ganas tenía de borrar de un puñetazo.
Apretó los dientes con tanta furia que la sangre se filtró rapidamente en sus papilas gustativas.
—Vete al infierno, Yang —fue todo lo que pudo gesticular acompañado de una mirada cargada de odio absoluto y una sed insaciable de venganza que únicamente podría saciarse con la muerte de su verdugo.
—No gracias, a quién tendré el placer de llevar al infierno es a otro, ¿qué opinas, Yibo?
No respondió. Para que iba él a gastar saliva con alguien decidido a ultrajarlo en contra de su voluntad y que no se iba a detener a menos que se lo pidiera pero, si lo hacía....
Cerró los ojos con dolor y se dijo que por los seres que más amaba en este mundo debía soportarlo todo.
Incluso algo tan traumático y aberrante como esto, pensó con dolor.
—Te pregunté, ¿qué opinas, Yibo? Bien sabes que es cuestión que digas que no para que me detenga, aún que.... —acarició su mejilla con una dulzura que le hizo rechinar los dientes mientras se rehusaba a verlo—, ya sabes quiénes van a hacerse cargo de las consecuencias de haberteme negado.
—He dado mi palabra, Yang Yang. ¿No te basta? —escupió con veneno. Deseaba tanto transformarse y arrancarle la garganta de un furioso mordisco pero, las cadenas en sus muñecas y tobillos habían sido diseñadas para evitar precisamente la transformación.
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𝐋𝐚 𝐀𝐮𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞 ❥𝐙𝐡𝐚𝐧𝐘𝐢 |𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✓
FanfictionXiao Zhan es un Alfa de treinta años a quien su madre no se cansa de empujar a casarse y darle los nietos que lleva soñando y venerando durante largos años. Un día, su hermana mayor, Xiao Lu, llega de visita tras una larga temporada establecida en L...