✦╭ᵒ❧ Capítulo XXIX: Infelicidad ✦╭ᵒ❧

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—Así que, ¿él te lo obsequió? —Yibo asintió con una resplandeciente y bobalicona sonrisa de tonto enamorado, sosteniendo con posesividad y maravilla el teléfono inteligente entre sus manos

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—Así que, ¿él te lo obsequió? —Yibo asintió con una resplandeciente y bobalicona sonrisa de tonto enamorado, sosteniendo con posesividad y maravilla el teléfono inteligente entre sus manos.

En Jie no pudo evitar alegrarse y compartir su felicidad a partes iguales, su mejor amigo había sufrido mucho —quizás, demasiado—, tanto que incluso una vez llegó a pensar el que estaría pagando para merecerlo, sin embargo. Verlo brillar y resplandecer como el mismísimo sol, sin una pizca de preocupación o incertidumbre encima como en el pasado si, hizo que sus ojos se humedecieran.

—Ji'er ¿por qué lloras? —le cuestionó, adoptando una expresión llena de angustia. Dejó el móvil a un lado y cogió sus manos con perceptible inquietud—. Si tines algún problema, bien sabes que puedes acudir a mi, para eso son los amigos, mas los hermanos jurados, ¿no?

Ella se rió, enternecida por la forma tan insistente en que no dejaba de preocuparse por alguien que ni siquiera era su sangre, pero así era Yibo. Siempre pendiente de quienes realmente le importaban.

Y ella lo hacía.

—Tonto —le dio una sutil palmada en la mano que hizo chillar de la impresión al Gamma. En Jie empujó el pequeño plato del pastel de durazno que ambos pidieron hace unos minutos y le hizo una seña con la cabeza para que comiera. Yibo lo hizo, claro, sin antes rodar los ojos—. ¿Cuándo vas a dejar de estar al pendiente de los demás, y estarlo por ti mismo antes que nadie?

—Sabes que nunca, Ji'er. No soy un egoísta —infló las mejillas, saboreando el pastelito con un brillo extraño en los ojos. Instintivamente, su mirada barrió todo su alrededor, pero el pánico que iba creciendo en su pecho por no hayar a sus mellizos se atenuó cuando recordó que su Alfa se quedó con ellos en la casa con tal de que disfrutara plenamente de la mañana con En Jie en su día libre.

Yang Mi parecía realmente estar poniendo todo de su parte para ser una mejor persona. Antes, gozar de un día de descanso a la semana sería como pedirle a Yang Mi que le aumentara el suelo, curiosamente, ya era una realidad ahora, como también, un horario menos abusivo y un salario mediocre.

Se alegraba por ella, pero mas lo hacía por En Jie y los demás empleados.

—Sé. Y te agradezco profundamente el que seas tan atento y comprensivo conmigo, pero A-Yi, un día simplemente no tendrás tiempo para mi, y lo comprenderé perfectamente —se encogió en la silla, desdichada y miró sus manos con resignación, no podía reprocharle nada. Esa era la ley de la vida—. Tienes a tu propia familia ahora, mientras que yo...

—Deja de decir estúpideces, Lu En Jie —ordenó en un tono frívolo que la hizo sollozar en automático. Suspirando con pesadez, extendió una de sus manos sobre la mesa y secó sus lágrimas con la yema de sus dedos, acaparando la atención de la Beta—. Pueda que si, tengas un poco, solo un poquito de razón, mi familia se ha vuelto mi mayor prioridad, pero eso no significa que me olvidaré de ti.

𝐋𝐚 𝐀𝐮𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐏𝐚𝐝𝐫𝐞 ❥𝐙𝐡𝐚𝐧𝐘𝐢 |𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora