CAPÍTULO 5

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Capítulo 5: Yo nunca.

En el momento que la canción terminó, Edward se separó de mí educadamente, con su sonrisa de niño inocente que conseguía dejar sin aire a la mayoría de chicas que le rodeaban. Bailar con él había sido... Gratificante, mantuvimos una conversación civilizada y a una distancia prudente.
Estaba apunto de calificar nuestra coreografía en voz alta, cuando un recuerdo se iluminó en mi mente: era hora de marcharse de esa estúpida reunión para hacer algo verdaderamente interesante.
Parecí exteriorizar demasiado mis pensamientos ya que Edward me miró con cierta perplejidad. -¡Casi llegamos tarde Eddie!- dije yo muy preocupada.

-¿Tarde a qué exactamente?

-La fiesta, Edward.- aclaré yo al tiempo que intentaba buscar a Lavender entre los invitados, sin obtener un buen resultado.

-Belle.- ¿Sólo fui yo la qué se dio cuenta de que pronunció mi nombre excesivamente bien?- No es por sonar grosero. Ni queriéndolo, pensé.- pero estamos en la fiesta.- comentó al tiempo que se rascaba la nuca.

Un momento...¿No se había enterado?

-Edward.- rebatí.- la verdadera fiesta, se encuentra en el invernadero.- dije al tiempo que una sonrisa maligna rellenaba mis facciones. Esto iba a ser divertido.

-¿Pero no era en el jard...

Sin pensármelo dos veces, cogí a mi amigo de la mano y me lancé a correr entre el jardín del instituto.

Atravesamos los matorrales y los jardines a la vez que nos reíamos a carcajadas. Me sorprendió que mi acompañante no comentara nada hasta llegar cerca de nuestro destino.

-¿Se puede saber a dónde me estás llevando, Jones?- dijo con curiosidad al tiempo que escribía a mi madre para asegurarle que estaba sana y que podía marcharse.

-Pues verá señor Blue, he notado que tras su llegada, usted no ha podido asistir a los mejores eventos que esta patética élite realiza.- dije yo mofandome de todos los mosquitos muertos que nos íbamos a encontrar.- cada año, después del baile de parejas anual, los alumnos del instituto Pearlwood, organizan su propia fiesta, y tú, querido mío, estás invitado.- bromeé al tiempo que tocaba la punta de su nariz con mi dedo índice y él ponía una mueca. Noté que sus mejillas se coloreaban de rojo y me tensé al penar que había abusado de la confianza.

Pude ver en sus verdosos ojos un poco de diversión, pero ese sentimiento se opacó completamente por una clara expresión de miedo.

-No sé Belle, no me parece buena idea, el invernadero es un sitio muy accesible y podrían pillarnos y no...

-Shhh.- interrumpí al tiempo que ponía un dedo en sus labios. No pude evitar notar lo suaves que se sentían.-Pareces tu hermana con tanta preocupación, todos los años lo hacemos,-dije quitándole hierro al asunto.- es mi momento favorito, las rubias de bote que pululan siempre alrededor de los chicos cómo tú se emborrachan, y es la única noche que parecemos amigas, es exactamente el momento en el que su obvio gilipollas interior, sale al exterior para confirmarse.- confesé con demasiada desesperación para mi gusto. Tenía ganas de estar de fiesta con mi amigo, y su hermana, por supuesto. - Nos lo vamos a pasar bien y nos iremos pronto.- puse un puchero y le di un ligero apretón en la zona de debajo del hombro. Parece que Eddie había ido al gimnasio...

Últimamente te gustan los toquecitos eh- dijo mi conciencia.

-Bueno vale.- cedió.- pero nos vamos temprano, no quiero causarle ningún problema a mis padres.- Parecía que mis encantos habían funcionado.

-Tu siempre tan bueno...- dije yo al tiempo que batía mis pestañas con inocencia.

~•~

My strange addictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora