Lucifer no era uno para creer en el destino, ni mucho menos en la fe o su padre. Después de todo, su padre fue quien lo derribó, lo condenó a una eternidad en el Infierno, excluido de la Ciudad de Plata, y siempre tildado como la raíz de todo mal. P...
"¿Por qué querías que invitara a la detective Decker a cenar?" Lucifer pregunta a Lauren mientras se preparan para la cena de esa noche.
"Porque, ella es tu amiga, Lucifer.... Y, porque a pesar de las cosas, todavía te preocupas por ella". Lauren se gira hacia Lucifer, dejando de hacer lo que estaba haciendo y colocando las servilletas de tela en el suelo para poder concentrarse completamente en la conversación que tienen entre manos.
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"Quiero... Quiero que me elija a mí". Lucifer admite; aunque últimamente, en privado, podría confesarse a sí mismo, que tal vez ese no era el caso y que quizás sus sentimientos habían cambiado y ya no le gustaba la Detective como antes, en cambio, la morena y valiente que estaba frente a él.
"Lo sé", Lauren le sonríe suavemente. "Y, siento que no haya visto lo increíble que eres todavía". Se acerca para rodearle con su único brazo bueno, apoyando la cabeza en su pecho en un abrazo familiar que Lucifer había llegado a amar.
El intercomunicador zumba, sacando a Lucifer y Lauren de su momento, Lauren sonríe alentadoramente al ángel caído antes de volver a colocar los cubiertos y las servilletas, ya que Lucifer no la dejaba hacer nada más para ayudar en los preparativos de esta noche.
"Ya estoy aquí. He traído vino". Chloe entra con su habitual falta de gracia social, sus botas repiquetean un poco por la entrada de baldosas y la sala de estar.
"¡Espléndido, detective! La cena está casi en la mesa. ¿Por qué no buscas tres vasos para servirlo?" pregunta Lucifer mientras vuelve a la cocina para coger la comida.
"Lucifer tiene copas de vino, ¿verdad?" pregunta Chloe mientras camina por la barra. "Ya bebe bastante", murmura casi un poco sentenciosa.
"A la izquierda del whisky", señala Lauren, levantando la vista de donde está colocando la mesa, observando a Chloe moverse hacia donde ella gesticula, ligeramente molesta por su actitud de santidad y no estaba muy segura de cómo Lucifer no la veía en la rubia detective, pero se trataba de la amiga de Lucifer, no de la suya, así que intentaría colocarse bien; después de todo, no tenían que ser amigas.
"Sabes por qué bebe tanto, ¿verdad?" Comenta Lauren con displicencia mientras sigue arreglando los cubiertos, intentando fingir que no estaba observando y juzgando a la otra mujer por sí misma, después de todo, estaba intentando jugar limpio por el bien de Lucifer.
"Es porque es un ángel..." Dice Lauren después de que parece que Chloe no iba a responder. "Ellos literalmente no pueden emborracharse como nosotros o sentir los efectos del alcohol u otras sustancias. No digo que crea que deba hacerlo necesariamente, tanto como lo hace... Pero yo no lo controlo". Lauren se encoge un poco de hombros, y luego recuerda que aún se estaba curando de su herida cuando su hombro se retorció ligeramente.
"Oh," Chloe responde tontamente, como si no hubiera pensado en esa respuesta antes; Lauren tratando de abstenerse de poner los ojos en blanco, y de acuerdo, estaba siendo ligeramente injusta, Lucifer no le había dicho que era un ángel, así que ¿cómo se supone que iba a saber?
"Sí, ahora parece obvio, ¿no?" Lauren pica un trozo de pelusa invisible en el mantel que cubre la mesa. "Lucifer no es tan complicado como crees. Sólo tienes que prestar atención".
"¡Yo sí presto atención!" Chloe parece indignada, haciendo una pausa en su acción de servir el vino.
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"Realmente no creo que lo hagas tanto como estás convencida de hacerlo".
"¿Y tú lo haces? Prestar atención es mi trabajo".
"¿Cuál crees que es el mío?" Lauren responde un poco impasible. "Soy veterinaria de animales de varios cientos de kilos. Si no les presto atención a ellos o al entorno que me rodea, consigo que me atropellen o que maten a alguien por mis acciones descuidadas... Mira, todo lo que digo es que tal vez mirar cuál es la situación, en lugar de sólo suponer, puede hacerte algún bien, Chloe... Lucifer se preocupa por ti, y por tu amistad". Lauren dice, levantando la mano en un gesto de "retroceso", no intentando realmente entrar en una guerra territorial sobre el Diablo de todas las cosas, pero eso era exactamente lo que parecía que la Detective quería.
"Olvidé las cucharas de servir y todo. Ahora mismo vuelvo. Siéntete libre de sentirte como en casa". Lauren ofrece antes de salir de la zona de comedor, también en silencio agradeciendo que tenía para poder tomar un momento para calmarse.
"¿Quién se cree ella...?" Lauren murmura para sí misma en voz baja, fumando en silencio sobre la rubia mientras vuelve de la cocina. "Perra rubia, pensando que- ugh, es tan molesta, me hace querer... Contrólate, chica..." Lauren se dice a sí misma mientras se acerca al comedor y está a punto de doblar la esquina, sólo para detenerse, al ver a Chloe con una mirada sospechosa, sacando un frasco de su bolso, vertiendo un líquido claro en una de las copas de vino, antes de volver a tapar el frasco y deslizarlo de nuevo en su bolso.
"¡Por fin los he encontrado! Me ha costado una eternidad". anuncia Lauren alegremente, agitando las cucharas de servir. "¿Termina de servir las bebidas? Lucifer estaba preguntando, voy a llevárselo". Ofrece Lauren, cogiendo rápidamente el vaso en el que había visto a Chloe verter el veneno, así como lo que esperaba que fuera uno limpio.
"No, por qué no..."
"Oh, no es ninguna molestia, Lucifer quería que la cena fuera una sorpresa". Lauren finge una sonrisa alegre.
"¿Quería qué?" pregunta Lucifer, entrando con una ensaladera en una mano y otra bandeja en otra.
"Que la cena fuera una sorpresa". Responde Lauren.
"¡Oh, las bebidas!" dice Lucifer, dejando la comida en el centro de la mesa.
"Esta es tuya", Lauren le entrega la copa de vino limpia, maldiciendo en silencio el buen momento de Lucifer para no poder tirarla al fregadero.
"Bueno, ¡salud entonces!" Lucifer ofrece, tendiendo la copa a Lauren para que chocara con la suya y luego con la de Chloe.
"Salud", le devuelve Lauren, tragando un poco nerviosa, sin poder evitar echar un vistazo al vino, como si se preguntara cuán potente era lo que Chloe había puesto en él; por supuesto, supuso que era bastante peligroso, si estaba diseñado para envenenar a un ángel caído, o al menos para bajar sus defensas, así que definitivamente le haría daño, pero seguramente, Lucifer podría curarla... ¿No es así?
Lauren vacila sólo una fracción, los labios tocando el borde de la copa de vino por un segundo, como si lo debatiera en su mente, observando cómo tanto Chloe como Lucifer toman un sorbo antes que ella antes de finalmente tomar un sorbo ella misma.
"Bueno, la cena está lista, sólo tengo que sacar el plato principal del horno". comenta Lucifer mientras se vuelve hacia la cocina.
"Suena maravilloso, Lucifer". Lauren sonríe al ángel caído, preguntándose cuánto tiempo tardaría en hacer efecto lo que sea que haya ingerido.
Parecía que los segundos pasaban, lentos pero demasiado rápidos al mismo tiempo, mientras contaba en silencio los segundos o minutos que faltaban para su inminente perdición, que sonaba dramática en su propia mente, y el mundo se volvió negro, lo último que recordaba era el sonido lejano de una copa de vino rompiéndose en el suelo.
