Lucifer no era uno para creer en el destino, ni mucho menos en la fe o su padre. Después de todo, su padre fue quien lo derribó, lo condenó a una eternidad en el Infierno, excluido de la Ciudad de Plata, y siempre tildado como la raíz de todo mal. P...
El sol entra a raudales por las puertas del patio, Lauren se mueve incómoda en el sofá, e inconscientemente se tapa los ojos con el brazo como para tapar el sol de la mañana que entraba por las puertas, solo para encontrar plumas moviéndose con ella, haciéndole cosquillas en la cara y el cuello, casi haciéndola querer estornudar.
"¿Qué?" Lauren murmura. "Lucif-" Parpadea y abre los ojos un poco aturdida, su sala de estar se enfoca cuando se encuentra con la cabeza apoyada contra el pecho familiar de un ángel caído, pegado a su clavícula, y su ala manteniéndola a salvo escondida contra él, sus cuerpos se acurrucaron uno alrededor del otro a lo largo del sofá .
"Lucifer," Lauren coloca gentilmente una mano en su hombro, sacudiéndolo suavemente mientras se vuelve hacia él.
"¡Soy inocente! ¡No me llevé las cabras!" Lucifer responde, su mirada se abre rápidamente mientras se despierta arrastrando los pies, apretando instintivamente sus brazos alrededor del cuerpo que sostiene.
"¿Qué?" Lauren mira al ángel caído confundida. "¿Qué cabras?"
"No importa ... Solo una broma que mi hermano mayor me hizo ... A- hace mucho tiempo ... No importa ..." Lucifer murmura inmediatamente, su ala se flexiona ligeramente mientras los desenrolla alrededor de Lauren, dejando que se mueva de su pecho.
"Es de mañana", responde Lauren como si no fuera obvio. "Nos hemos quedado dormidos en el sofá. ¿Quieres desayunar antes de irte?"
"¿Ya me estás echando?" Lucifer hace un mohín mientras camina tras Lauren hacia la cocina, siguiéndola como un cachorro perdido.
"No seas tonto, Lucifer". Lauren se ríe. "Eres bienvenido aquí. Pero tengo tareas que hacer. Es fin de semana".
"Bueno, eso es aburrido". Lucifer pone los ojos en blanco.
"Así son los mortales, Lucifer". Señala Lauren. "Tengo que lavar la ropa, comprar alimentos, planificar la comida..."
"Bien, si es necesario..." Lucifer vuelve a resoplar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"¿Nosotros? ¿Cuándo se convirtió esto en un 'nosotros'?" pregunta Lauren, con el ceño fruncido mientras coge unos huevos y verduras de su nevera para cocinar unos huevos revueltos.
"Si te voy a ayudar, por supuesto". Señala Lucifer como si fuera obvio.
"Ayudar... ¿Tú, ayudar?" Repite ella.
"Sí, ayuda. Sé que es usted una mujer inteligente, doctora. ¿O es que ha bebido demasiado vino anoche?" Pregunta Lucifer.
"Sólo estoy tratando de imaginarte ayudando con alguna de mis tareas..." Dice Lauren.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Le haré saber, doctora. Puedo ser muy útil". Lucifer es inflexible.
"Supongo que ya veremos". Lauren responde ambiguamente.
-
"Lucifer, no-no, pon eso en su sitio..." Lauren persigue al ángel caído por el pasillo de la tienda de comestibles, abandonando su carrito en favor de intentar acorralar al Diablo que estaba arrancando todo lo que encontraba interesante de los estantes. "¡Sólo porque quieras algo no significa que tengas que tenerlo!" Ella suspira mientras intenta quitárselo de las manos, pero Lucifer simplemente lo sostiene por encima de su cabeza, y cómo se eleva por encima de ella con su 1,90 de estatura, fue fácil mantenerlo fuera de su alcance.
"No sabía que ustedes los humanos tuvieran tantas golosinas azucaradas.... Esto es bastante fascinante..." dice Lucifer, mirando la caja de galletas y aperitivos poco saludables.
"Sí... Bueno, por eso muchos de nosotros tenemos sobrepeso". Responde ella. "Y la falta de ejercicio..." Dice a un lado.
"¿Has comido esto?" Pregunta Lucifer, tendiendo la caja de galletas.
"Las galletas, sí; las golosinas, no". Responde Lauren.
"¿Están buenas?"
"Supongo.... Estas son mejores". Lauren finalmente suspira, resignándose a hacer de niñera de una versión adulta de un niño pequeño.
"¿Galletas de duende?" Lucifer lee el paquete.
"Tienen forma de duendes... Mi abuela solía tenerlas todo el tiempo. Recuerdos entrañables". Lauren se encoge de hombros, cogiendo el paquete de Lucifer y poniéndolas en el carro.
"Ya veo, doctora". Lucifer la sigue mientras continúa por el pasillo, tomando el carrito de Lauren para empujarlo por ella; podía ser considerado, cuando quería. "Ella... ¿Ya no está por aquí?"
"No, murió cuando yo era más joven". Responde Lauren. "Tenía Alzheimer. Pero no la recuerdo mucho. Sólo algunos recuerdos aquí y allá".
"Estoy seguro de que es muy feliz en la Ciudad de la Plata". Lucifer finalmente trata de ofrecer algún sentido de consuelo.
"Por lo que me has contado no creo que quisiera estar allí. O tener a mi familia allí". Lauren parece un poco escéptica.
"No digas eso", Lucifer niega con la cabeza, consiguiendo inmediatamente un brillo vicioso en sus ojos. "Mi Padre creó la Ciudad Plateada para que fuera pacífica para ustedes los mortales. Edén. No queréis estar en el Infierno. Yo lo sabría mejor que nadie".
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Lo siento... No debería haber dicho eso". Lauren se disculpa inmediatamente. "No sé nada de lo que has pasado. No debería haber intentado compadecerme".
"No, te agradezco que lo hayas intentado... No muchos lo han intentado". Lucifer hace una pausa en Lauren, su mano se acerca a la de ella.
"Bueno, basta de esa charla deprimente... ¿Continuamos nuestro viaje de compras?" Lucifer finalmente pregunta, rompiendo su contacto visual, su tono volviendo a uno alegre mientras sonríe, y haciendo un gesto para que Lauren camine delante de él mientras continúa empujando el carro.
