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Yandere / Serial Killer / Stalker

Desde pequeño Izuku fue entrenado para realizar trabajos de analisis para que su familia pudiera realizar encargos que recibían de gente adinerada, al llegar a la adolescencia ya conocía las técnicas que empleaba su familia para realizar sus trabajos, pero si bien se le daban de manera natural estas aptitudes al cumplir sus 15 años dejo a su familia, mudándose de ciudad intento tener una vida estudiantil común.

Después de unos meses de haberse instalado, un chico de cabello negro y ojos de color rojizo llegó de manera temporal para revisar el campus de la universidad que se ubicaba de manera cercana a sus instituto.

Como si hubiera de manera repentina hubiera ingresado en un mundo reinado por el cliché, su primer encuentro se dio en un día caluroso mientras atendía la cafetería en la que trabajaba por hobbie.

- Hola¿Podrías darme un Cold Drip? - El recién llegado levanto solamente la vista de su celular para ver de manera rápida el menú y al recepcionista.

- Claro ¿Le gustaría agregar algo más a su pedido? - De manera amable y eficiente comenzó a preparar el pedido.

- No, eso sería todo, gracias -

- Muy bien, espere unos momentos por favor -

Ese día esa pequeña interacción fue la única durante ese día, pero los días posteriores el pelinegro se volvió un cliente habitual. Izuku por su parte comenzó a sentir una fijación por el contrario, en especial por la tonalidad de sus ojos, eran tan atrayentes e hipnóticos.

Pero esta amistad no duró mucho tiempo, el joven de nombre Tomura tenía que regresar a su ciudad natal hasta que comenzara la universidad poco mas de un año después.

Si bien en este tiempo siguieron en contacto, el menor de ambos contactó con su familia para que vigilaran a su amigo con la justificación de que no quería que le sucediera nada que pudiera atentar contra su vida o su regreso. Al ser el último descendiente de dicha familia el pedido le fue facilmente concedido.

Cada pequeña acción realizada le era notificada al menor, con esto pudo saber que el mayor comenzó una relación con un compañero de su instituto, cosa que Izuku no tomó de la mejor manera...

***

Que tomura tuviera un romance con un desconocido marcó el final de la vida tranquila que trataba de llevar Midoriya, conoció a un chico rubio con ojos de color similar a los de Shigaraki Tomura, el nombre de este era Bakugo Katsuki, si bien sus actitudes eran completamente diferentes, eso no impidió que se convirtieran en algo parecido a amigos, aún cuando no se llevaban precisamente mal, si se les podía ver constantemente envueltos en discusiones.

Esta amistad llegó a su fin cuando el cuerpo de Katsuki fue encontrado una mañana carga de un callejón, la única lesión que presentaba era una clara falta de sus globos oculares, más allá no presentaba otras muestras de agresión.

La ciudad se dedicó a buscar al culpable, pero por mucho que intentaran no encontraban respuesta.

***

Un afligido Izuku lamentaba la muerte repentina de su amigo, o por lo menos eso era lo que parecía en público, ya que por las noches se escabullía de su residencia en busca de alguien que pudiera ocupar el lugar de Tomura y el fallecido Katsuki.

Más y más jóvenes fueron encontrados muertos, cada uno con la misma característica que Bakugo, solamente sus ojos eran dañados, pero ¿Que era aquello que unía a las víctimas? Todo en ellos era incompatible, desde la edad, carrera, trabajo, familia, amigos, estatura y rasgos físicos... Etc.

Las familias poco o nada eran de ayuda, lo único que podían conseguir es que todos usaban lentillas de diversos colores y diversos motivos.

Algo que se le escapaba a la policía...

***

Algo lejos de ahí una noche, un joven pelinegro de ojos azules y tatuajes que simulaban quemaduras, de sobrenombre Dabi era interceptado por una camioneta y obligado a subir, siendo está la última vez que se supo algo de él, al menos con vida.

Esto fue un duro golpe para Shigaraki que hizo lo posible por encontrar a quien era su pareja.

Y lo logró... Pero desearía jamás haber visto su cuerpo masacrado...

***

Después del tiempo previsto volvieron a encontrarse en esa misma cafetería, aunque de manera notoria e aura de Tomura había cambiado más allá del claro cambio físico, ese color oscuro se volvió un gris bastante claro y sus ojos que antes mostraban vida y curiosidad ahora estaban apagados, cosa que a Izuku no le gustó, debería estar feliz por verse nuevamente, debería aceptar la invitación a una cita que le propuso dentro de unos días, debería haberse fijado en él...

***

Shigaraki Tomura uso esta mudanza para alejarse del dolor del pasado, cambio tantas cosas de su persona que casi sentía que se perdía a sí mismo, las clases eran monótonas y aburridas.

Volver a ver a Izuku lo sintió como una pequeña calidez, pero algo había cambiado en ese joven de cabellera verde, su sonrisa que antes se sintió más pura esta vez escondía algo... Pero el no era quien para juzgar, todos tenían secretos y el no era la excepción.

***

A su casillero comenzaron a llegar notas y cartas, algunos detalles y pequeños regalos de personas que buscaban tener una cita e intentar algo más y por una vez... Aceptó.

Esto era hablado con el único que podía considerar su amigo cercano, Izuku, quien lo apoyaba en cada cosa que quería intentar.

***

— ¿¡Cómo puede ser posible que de nuevo haya otra zorra que quiere salir con él!? —

Eran los gritos que lanzaba en la soledad de su habitación el joven Midoriya, mientras arrojaba y pateaba todo lo que tuviera en frente, hasta que en un golpe de su ropero calló una caja de madera finamente tallada, se acercó a recogerla y saco su contenido, sonriendo tranquilamente salió de su habitación.

Si tanto querían estar con él, se encargaría de quitar a todos del camino, solo el podría hacerlo feliz y amarlo como de merece...

Todos y cada uno de ellos debían desaparecer.

***

No pasó mucho tiempo para cuando Shigaraki se dió cuenta de que algo iba mal, bastante mal, la locura se hizo presente en lo ojos de Izuku, así como cada persona que intentaba acercarse a su persona, misteriosamente a los pocos días lo evitaban, aparecían con múltiples heridas o simplemente no se volvía a sabe de ellos.

Al sumar 2 + 2, enfrentó a su amigo por ello...

Cosa que el más bajo no negó ni mostró alguna señal de arrepentimiento.

Quiso correr, quiso gritar, llamar a la policía, alertar a los vecinos, pero no fue demasiado lento, su vista se oscureció mientras un fuerte dolor inundaba su cabeza, deseaba salir y volver a su antigua vida, pero no la vida no siempre es justa.

Y el nunca pudo volver a salir de esa casa...

Shigadeku Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora