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28 de Julio, una linda tarde veraniega; el sol brillaba violentamente y esto pichaba a Michael, que no tuvo contacto con el sol hace años y lo detestaba.

¡Maldito sol! ¡Púdrete!

Se encontraba junto a Gabriel en el patio de la casa de este, apartándose de los niños y los padres; quienes se encontraban adentro viendo televisión.

Afton se sentaba feliz en el pasto, apoyando su cabeza en el hombro del mayor, este sonreía feliz al estar acompañado por aquel lindo chico de ojos azules.

Era raro, sentirse así de tranquilo luego de años encerrado; al lado de una de las personas que más amó y odió a la vez.
Pero el paso del tiempo hizo ver a ambos sus errores, y al fin podían estar juntos sin culpa, en silencio sin esperar nada del otro.

Sin darse cuenta estaban agarrados de la mano, al pesar del sudor de ambos, era romántico.
Michael por primera vez en todo el mes llevaba una remera en vez de un suéter; se podían notar sus pequitas, una suave capa de sudor y también sus cicatrices, que a pesar de desvanecerse, eran difíciles de ignorar, fue por estas que a pesar del sol veraniego aún usaba prendas que cubran sus brazos.

Son difíciles de ignorar cuando no sabes nada de ellas, y te aterra saber la respuesta.

Pero nada le dolía más a Gabriel que ver la no tan pequeña mano que sostenía en ese momento; las pequeñas pecas que cubrían el dorsal de esta eran opacadas por la falta de gran parte de su meñique, sólo quedando la falange proximal, el muñón bañado en cicatrices que muy obviamente eran por el proceso de corte.

¿Cómo pasó eso?
¿Por qué?

No lo sabía, pero suponía que, como siempre, era su culpa.

No se dió cuenta pero ejercía más presión de lo cómodo en su agarre, haciendo que Michael se fije en él.

ㅡ La mano... ㅡ Susurró el menor, al notar la triste mirada del rub ceniza.
Antes de que el ojimiel pudiera soltarlo lo agarró con su otra mano, apoyando su mirada en la suya.

Más cerca de lo que se esperaba, podía ver a través de sus ojos grandes y azules; en el reflejo podía notar el pequeño brillo de sus orbes; un brillo tan bello que no ve hace tanto tiempo.

Inconscientemente se acercó aún más, los labios de ambos se separaban por solo un par de centímetros; Gabriel podía sentir al menor respirar, y este lo haría también si no estuviera distraído.
Pero también observaba el par de cicatrices que tenía su labio inferior, sabe que él provocó una de esas, la otra es una historia más de la que no tiene idea.

Burke colocó una mano en el cuello del contrario, acercándolo suavemente.
Aún tenía su mirada pegada a los labios de Michael, podía ver como se movían al balbucear susurros; pero no captaba las palabras que intentaba emitir.

Cerró sus ojos y se dispuso al besarlo.

Sólo para abrirlos al darse cuenta de que fue detenido por la mano del ojiazul, quien lo miraba asustado, un suave sonrojo pintaba sus mejillas, pero su mirada rota le impedía ver la sonrisa nerviosa que apareció en sus labios.

Al realizar lo que acababa de suceder, o sea, que cometió una estupidez, otra vez; Gabriel se alejó del castaño, también sonrojado. En su idiotez no se daba cuenta de que aún sujetaba la mano herida del menor.

ㅡ La... mano... ㅡ Mike rompió el silencio, inhalando aire tratando de sacarse el gran nerviosismo que ganó en sólo unos segundos. ㅡ ¿Quie- quieres saber lo que pasó?

Burke asintió preocupado; seguido de un "Sólo si me quieres contar".
Aferró su agarre, y Michael no protestó.

ㅡ El día que... ah...

ㅤㅤㅤㅤ─❨✧❩ Runaway Kids 🦊🐻 ;.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora