CAPITULO 4

140 8 0
                                    

—¡Papá! —exclamo al entrar a su oficina, lo veo rodeado de muchas carpetas llenas de papeles.

—Lentejita—responde sonriendo y abriendome sus brazos para recibirme.

—Bueno, yo también merezco un abrazo—dice mi hermana, dejando su cartera en uno de los muebles que papá tiene en su oficina.

—Y no te lo niego.

Despues de abrazarnos, nos sentamos los tres en los muebles, detallo todo el lugar desde el color, hasta los elementos.

—¿Te gusta? —cuestiona papá.

—No esta mal.

Sonríe —Ya es hora del almuerzo padre. Vamos—habla mi hermana mirándolo.

Papá mira la hora en su reloj ubicado en su mano derecha—Tengo mucho trabajo por hacer.

—Dale papá. Tienes que comer. Nos merecemos un almuerzo.

—Tengo que revisar papeles que estan en el escri...

—Esos papeles pueden esperar. Mi estómago ni el tuyo no puede.

Justo cuando iba a hablar entra mamá con su tipica postura—¿Qué hacen aquí?

—Un hola no te haría daño—murmuro.

—Ignoraré eso. Tenemos junta—dice mirando a papá.

—La junta puede esperar, el almuerzo de mi papá no—respondo.

—Estos son negocios, no te metas.

—No me preocupo por tus negocios, me preocupo por la salud de mi padre.

—¿Es el único que existe para ti?

—Sí.

—Bueno... Creo que mejor almorzamos—habla mi hermana.

—Almorzaré con ustedes—responde papá —Señor Kang—llama a su secretario que comparte con mamá—Por favor, cancela las reuniones de hoy, almorzaré con mis hijas.

—¿Vienes? —cuestiono mirando a mamá.

—Tengo trabajo que hacer.

—Como siempre—murmuro por lo bajo.

—Vamos—habla papá y nos ponemos en marcha a un restaurante cerca a la empresa. Una vez sentados en nuestra mesa papá comienza a hablar.

—Maya, hija. Por favor no pelees con tu madre.

—No peleo con ella padre.

—El comportamiento que tuviste hace un momento fue inadecuado.

—¿Es por eso que no almuerzas? —pregunto y me mira sin entender—Por darle sus gustos a ella te quedas sin comer. Ella sabe perfectamente que es malo para tu salud. Sin embargo, lo hace. Y odio que haga eso.

Él se queda callado al igual que mi hermana—Lo siento. Pero me jode que sea así con nosotros, contigo. Eres su esposo y nosotros sus hijos. No comprendo porque lo hace.

...

Después del almuerzo, un poco tenso al principio, se pudo comer a gusto. Sin reproches de por medio por cierta persona. Fue un almuerzo tranquilo contándonos cosas. Le pedí al señor Leonel que me traiga a la universidad de mi hermano. Asegurando a él y mi hermana que Dalex me llevará de regreso.

Camino por los pasillos de este lugar de estudios, por este lado se puede ver los paisajes ya que estos no cuentan con paredes en si, sino con ventanales. No tengo ni idea a donde ir. Pero según mi hermana, subir al segundo piso cerca al balcon del ala derecha esta el cuarto de ellos. Voy en esa dirección, y efectivamente me encuentro con la puerta, pienso en tocar pero intento abrirlo y abre fácilmente. Veo el interior, adornos, colores, elementos. No me gusta.

Escucho las voces de ellos. Esta como que muy interesante la conversación.

—... así que será divertido—dice Dalex.

—Pero ¿Le has preguntado? —cuestiona Daniel.

—Ella dirá que sí. No se va a negar.

—Nose porque me suena a suicida esta idea—dice Dylan.

—¡Oye!—se queja mi hermano ofendido.

—¿Que hacen?— cuestiono haciendo acto de presencia.

—Pequeña —me saluda Dereck.

—Hola—le devuelvo el saludo sonriéndole.

—Un hola para nosotros no estaría mal—habla Daniel.

—A todos. No me dejaron terminar mi frase—respondo sentándome al lado de Dereck— Y ¿De qué hablaban?

—Sobre un viaje. Todos nosotros, incluida Alay, y quizás su amiga, no viajan sin la otra—responde Dalex.

—¿Ella también irá? —pregunta Dylan con una mueca.

—Eso es lo que dije.

Veo a Dylan un poco incómodo y emocionado a la vez.

—¿Qué pasa? —le cuestiono.

—¿A mi?  Nada.

—¿Tienes problemas con que ella vaya?

—No... Claro que no.

—No lo se Dylan, no te creo.

—Pues... Es cosa tuya.

Sospechoso

—Bueno... Tu y yo nos vamos—dice Dereck parandose y ofreciendome su mano.

—¿A donde?

—Te debo una salida.

—Oye, si quieres coquetear con mi hermana hazlo fuera de mi vista.

—Tranquilo... Solo hago esto delante tuyo... Porque lo que le quiero hacer se hace en privado.

Estas palabras me toman de sorpresa, veo como mi hermano avanza, y Daniel y Dylan lo agarran. Y Dereck esta riendo.

—Tranquilo.

—Deja de joder con eso. Que es mi hermana.

...

—¿Falta mucho?—es la quinta vez que le pregunto. ¡Y el solo se rie!—Deja de reirte. Quiero saber.

—Falta poco.

—¿A donde vamos?

—Creo que te va a gustar.

—Pues apúrate. No aguanto más.

—No cambias—dice con una sonrisa en su rostro.

—Tu tampoco. Digo, sigues siendo reservado, callado, pero a la vez coqueto.

—Veo que me conoces.

—Todos lo hacemos.

—Pero tú observas más.

—Creo que lo aprendí de ti.

—Espero que solo cosas buenas.

Río. Y quiero preguntar algo, que desde que llegue esta por consumirme. Pero tengo miedo de que todo la tranquilidad se vaya.

—Llegamos—avisa, apagando el auto. Observo el exterior, plantas.

—Si me quieres matar y enterrar aqui, de una vez te digo que mi hermano te matará.

—Y yo que pensaba hacerlo sin que nadie se entere. Bajemos.

—¿Por qué aqui?

—Ya lo verás.

Caminamos por un camino rocoso. Y plantas en ellas. Hay algunas luces por el suelo. Que hacen que se vea sombras grandes. Conforme avazamos veo algunos frutales es un bonito paisaje. Cuando alzo la mirada puedo ver nuestro sitio.

—No puede ser—murmuro sorprendida.

—¿Te gusta? —pregunta mirandome con una sonrisa.

—Yo... No... Quiero decir si me gusta, me encanta. Es...

—Sí.

—Es nuestro faro—le digo con una sonrisa.

—Sí pequeña, es nuestro faro.

Otoño (Saga Estaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora