El Ballenista

El Mismo Destino

Un año con Valur y Calvin. Acompañamos en su viaje a las ballenas unas tres veces, mientras las estaciones cambiaban. 

Nos detuvimos en un par de puertos, y volvimos a Galápagos. Nos aprovisionamos, visitamos a los compañeros, que ya me recibían como uno de los suyos, y descansamos. Esta vez tuvimos un poco más de tiempo, porque teníamos que hacer el mantenimiento de las piezas metálicas de Valur.

Un par de remaches, un par de placas oxidadas por reemplazarse, una calibración a la aleta con soporte mecánico, una revisión veterinaria de la criatura, y una adición a la nave al interior del cetáceo.

- Pronto tendrás que hacer esto solo muchacho.

- No diga eso capitán, usted nos acompañará mucho más tiempo

- Como un cadáver quizás - El capitán rió. Estaba haciéndolo más seguido. La soledad amarga a las personas hasta cierto punto. 

- ¿Qué falta?

- Lavar la nave.

- ¿Y a Valur?

- Claro, sacaremos a la ballena gigante del agua y la lavaremos con esponjillas y un cepillo gigante. - Reímos nuevamente.

- Será una lástima dejarte solo muchacho... - Le cambió el semblante.

- ¡Que no diga eso capitán!

- No puedo evitarlo. Estoy algo viejo, y me duele todo.

- ¿Nuevamente con tus achaques anciano?

- jajajaja tranquilo muchacho. Aún no me voy. Bueno, eso creo.

- Así está mejor. No se habla más del tema. Terminemos todo para irnos.

- Hay que traer las provisiones.

- ¿Qué grupo nos toca esta vez? 

- Creo que esta vez viajaremos solos hasta el santuario. Allí debemos vigilar.

- ¿El Santuario? 

- Al norte, MUY al norte. Por suerte tenemos buena ropa. 

- Oh. ¿Y por qué allá? 

- Viene la temporada de balleneros, y tenemos que ir a cuidar que no abusen de la cacería. O que se detengan.

- Supongo que será un viaje difícil.

- Ni tanto, no iremos con un grupo, nos encontraremos con éste allá. 

- ¿Quién nos acompañará? 

- El silencio, Valur, y los bancos de peces. Será más rápido, estaremos allá en un mes. 

- Nunca habíamos hecho un viaje así.

- Nunca había estado tan grave la situación entre las ballenas.

- ¿Y qué haremos con un mes de viaje sin vigilar nada?

- Aprender. Necesito que aprendas cómo reparar y hacer los mantenimientos, además de cómo interpretar a Valur.

- ¿Por qué el afán?

- Sé por qué te lo digo. Vamos, Valur nos espera. -

La conversación se cortó fuertemente y se sintió un silencio incómodo mientras regresábamos al interior de la ballena. 

Fue un largo mes de estudios. Nunca había recibido tanta información, ni siquiera cuando acepté estar en la ballena. Había mucho de qué preocuparse, por lo que comprendí el porqué de las arrugas del Capitán. Estudié desde anatomía hasta informática, cibernética (Por lo menos las bases) y algunos datos de física y navegación que no comprendía antes.