Capítulo 27: Caida de un imperio

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Mientras torturaban a Lee en residencia de los Uchiha; llegó a oídos de la líder del clan No Sabaku que su asesino había sido capturado, la anciana todopoderosa matriarca del clan la abuela Chiyo, azotó la mesa furiosa pues se suponía que Lee debía asesinar a Naruto y el muy cabeza dura había metido la pata hasta el fondo al cometer el garrafal error de herir al príncipe de los Uchiha, pues Fugaku acababa de amenazarla por teléfono con asesinar a todos los No Sabaku si su hijo fallecía por causa de su mercenario; maldijo furiosa, pues por hacer un trato con aquel clan de sádicos psicópatas su amado nieto Sasori había sido asesinado por el hijo de la "Habanero Sangriento" la omega más peligrosa del clan Uzumaki, legendaria por asesinar a mano limpia a todo un clan naciente que cometió la tontería de insultar a su Alfa.
Kushina en su etapa de soltería era temida por todos los que la conocían, pues debían cuidar su lengua si no querían que ella se las arrancara por hablar de más; la abuela Chiyo lo sabía bien, en una ocasión se salvó por poco de la pelirroja al culpar a un subornidado por un insulto ella soltó imprudentemente; recuerda ese día con pavor, pues Kushina le arrancó la mandíbula del rostro abriéndose la de par en par con ambas manos y no conforme con eso escupió sobre el rostro del joven que agonizaba en el suelo. Aquella horrorosa escena fue suficiente como para abstenerse de establecer una alianza con los Uzumaki, pues de cometer un error aquella psicópata vendría a ajustar cuentas y lo que menos quería era poner en riesgo a su familia. Sin embargo, ahora estaba atada de pies y manos, ya que por la tonterías causada por su asesino, no solo había perdido la protección de los Uchiha, si no que ahora estaba en la mira de los Uzumaki; la situación no podía estar peor, pues aunque contaba con el apoyo del Clan Nara no era suficiente para defenderse de los reyes del país, como se supone que haría para defenderse de los dos clanes Yakuza más poderosos de todo Japón, o más importante, como librarse de las represalias que se vendrían; simplemente era imposible, los Hyuga estaban en la ruina y los Yamanaka fueron erradicados por los Uchiha tras intentar apropiarse de una parte del territorio. Tiró el escritorio de una patada sintiéndose impotente, pues ya nada podía hacerse ante un inminente ataque; Ebizō que observaba a su hermana perder la cabeza, sugirió al no ver alternativa: Hermana, me temo que tendremos que hacer lo menos honorable, tendremos que agachar la cabeza y pedir clemencia...

C: INACEPTABLE!!! NOSOTROS NUNCA NOS REBAJAREMOS A PEDIR PIEDAD

E: Me temo que no hay de otra... si nos anticipamos a su ataque pidiendo clemencia, al menos perdonarán la vida de Gaara y sus hermanos

C: ....

E: Chiyo... tienes que entender que esta situación ya no tiene remedio, si los dos clanes atacan al mismo tiempo...

C: Eso es...

E: ¿Como? ¿A que te refieres?

C: ¿No te das cuenta? Si convencemos a los Uchiha de que fueron los Uzumaki quienes enviaron al mercenario... conseguiremos que se ataquen entre sí... ese es el único empujón que necesitan para matarse entre sí... su rivalidad es legendaria...

E: Podría funcionar... ¿pero como lo haremos?

C: Fácil... invitaremos a los líderes del cada Clan a cenar y sembraremos el conflicto en la negociación...

Ebizō asintió algo preocupado por el plan de su hermana, pues a juzgar por la situación actual, le preocupaba una naciente alianza entre los descendientes de ambos clanes, alianza de la que Chiyo no tenía conocimiento.

Tras planear todo meticulosamente, llamó a residencia tanto de los Uzumaki como de los Uchiha con la intención que de solo verse empezaran a pelear; organizó la cena para esa misma noche sin avisar a ninguno de los clanes que su mayor rival compartiría con ellos el mismo lugar y hora.
Al caer la noche, Chiyo estaba impaciente al igual que Temari y sus hermanos, pues ansiaban ver como dos clanes se harían pedazos al cruzar sus puertas. Finalmente tras una larga espera, la tan ansiada hora llegó, y tal como era costumbre de los Uchiha, fueron los primeros en llegar, un sirviente los recibió sin hacer contacto visual con ningún miembro, los guió hacia una sala en el ala este y los invitó a tomar asiento con la excusa de que la líder vendría a verlos en unos 10 minutos; Fugaku renegó impaciente, pero dejo pasar por alto aquella falta de respeto, después de todo, de no llegar a un acuerdo con los No Sabaku acabarían con ellos esa misma noche. 10 minutos después llegaron los Uzumaki, Kushina entró imponente a la casa tumbando a todo aquel que se le cruzara en frente, pues tenía cosas que hacer y esperar a que la anciana se dignara a aparecer no estaba en sus planes. Chiyo recibió algo nerviosa a Kushina y la invito a tomar asiento en el comedor junto con su familia y otros dos miembros que venían con ellos; la anciana no pudo evitar sonreír al ver como Minato y Fugaku cruzaron miradas notando la presencia del otro, aquel par de alfas se pusieron a la defensiva de inmediato y esperaron el ataque del contrario, sin embargo; ambos fueron detenidos por sus esposas, que los obligaron a tomar asiento y a guardar silencio. Fugaku renegó entre dientes cuando Mikoto lo tomó del brazo y lo obligó a sentarse, Minato por su lado se sentó temeroso de lo que su esposa le haría a la centenaria, ya que su esposa al ser fría y calculadora al igual que la omega Uchiha había descubierto las turbias intenciones de la anciana. Itachi no pudo evitar reír a carcajadas al ver el rostro de la abuela Chiyo, pues su expresión de molestia y sorpresa le provocaba gracia, ya que hacía 3 años que el Clan no Sabaku no recibía información de su espía porque había sido asesinado y todos los datos y fotos que llegaban a sus manos era información falsa o tragiversada hecha por él, lo que significaba que ella misma se había puesto la soga al cuello al cometer el grave error de no corroborar los hechos, y ahora estaba a merced de los asesinos más sádicos de todo Japón.

Amor al estilo YakuzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora